Para esta temporada, Telecinco se había propuesto salir del pozo de las audiencias con dos reality shows que siempre le funcionaron: La isla de las tentaciones y Gran Hermano. El primero, de momento, está dando resultado y ya ocupa cuatro de las siete noches de la semana, pero el programa de Jorge Javier Vázquez no logra levantar cabeza y marcó en su gala de este jueves otro mínimo histórico para el formato tras 20 temporadas.
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La tercera gala del veterano concurso con anónimos (que se extendió casi hasta las dos de la madrugada) se tuvo que conformar con unos escuetos 636.000 espectadores de media y un 11,3% de cuota de audiencia, por debajo del anterior mínimo de hace siete días, de 714.000 espectadores, y un 11,8% de cuota. Lo hizo, además, contra el máximo de temporada del programa de humor de Andreu Buenafuente en La 1. Futuro imperfecto logró reunir 1.056.000 espectadores, un 14,3% del share tras anunciarse que el cómico catalán daría las campanadas de TVE junto a su mujer, Silvia Abril.
Ya no hay duda de que el arranque de esta edición de Gran Hermano no está reportando los resultados que esperaba Telecinco de uno de sus realities estrella. Y tanto es así que el pasado domingo expulsaron a dos concursantes para acelerar el proceso. Este jueves, el canal de Mediaset marcó un 8,8% de cuota de pantalla en su día completo, y sigue como tercera opción, con un 9%, este noviembre, lejos de Antena 3 y La 1. Al menos, y como victoria pírrica, Gran Hermano sigue estando por encima de la media del canal, arrastrado hasta su suelo por los malos datos del concurso Agárrate al sillón, las noticias de Carlos Franganillo (que este jueves alcanzaron un 6,7% de audiencia) o el informativo matinal La mirada crítica.
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Este dato se une al de la reducción en la parrilla de Gran Hermano, que perdió la semana pasada su resumen diario de las tardes tras rondar el 5% de cuota. Además, El debate de Gran Hermano ha cedido una hora (de 22.00 a 23.00) al debate de La isla de las tentaciones, aunque ni eso logró salvarlo el pasado domingo. Para tratar de remendar lo que queda de programa, Telecinco colocó el pasado lunes un Gran Hermano: Última hora con Ion Aramendi en el late night y tras La isla de las tentaciones.
En el combate previo, además, Telecinco ya da por perdido su enfrentamiento a El hormiguero (15,6% y 1.931.000 espectadores este jueves) y La revuelta (14,6% y 1.810.000) y Gran hermano: Expres se conformó con reunir a un 6,3% de los televidentes, superado incluso por El intermedio en La Sexta, que este 20-N hizo su máximo del año con un 8,4% de cuota y 1.058.000 espectadores.
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Esta estrategia de separar este segmento inicial de la gala la sigue Telecinco precisamente para maquillar la cifra total, que quedaría si se uniesen ambos bloques en un Gran Hermano, marcando un 8,5% de cuota de pantalla. Una cifra que ni siquiera sube por su tardío final, donde casi no tiene competencia y en el que fue superado por reposiciones en La 1. Telecinco, de momento, no toca fondo.