Una semana. Es el plazo que contempla el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para que su homólogo de Ucrania, Volodímir Zelenski, responda al plan de paz de 28 puntos pergeñado entre Washington y Moscú. En declaraciones a la cadena Fox Radio, el republicano ha declarado que el próximo jueves, día de Acción de Gracias en Estados Unidos, es un “momento apropiado” para que Kiev decida si acepta la propuesta, que le obligaría a ceder territorio y dar luz verde a lo que hasta ahora han sido líneas rojas ucranias en la negociación.

Es la primera vez en que Trump se pronuncia en público sobre el plan que el secretario del Ejército estadounidense, Dan Driscoll, presentó a Zelenski durante una reunión en Kiev este jueves, y que prevé, entre otras cosas, una reducción de las fuerzas armadas ucranias y que el país ocupado ceda a Rusia el control de la provincia de Donetsk, de la que Moscú ocupa en la actualidad gran parte, pero no toda.

El presidente ucranio, Volodímir Zelenksi, durante su alocución este viernes. Foto: PRESIDENCIA DE UCRANIA

“Si las cosas funcionan bien, puedes prorrogar los plazos, pero creemos que el jueves es un momento apropiado”, ha declarado el presidente.

Preguntado si el plan es duro de aceptar para Ucrania, Trump ha replicado que “están perdiendo territorio ahora mismo”. También ha apuntado que la guerra está siendo “un baño de sangre” y el presidente ruso, Vladimir Putin, quiere ponerle fin. “Iban a ser cuestión de un día”, ha declarado sobre los combates, pero “ya llevan cuatro años”.

A lo largo de ese periodo “hemos dado a Ucrania los mejores equipos militares del mundo, y le hemos dado muchísimo”, ha subrayado el presidente estadounidense, impaciente por acabar una guerra a la que había prometido durante su campaña electoral poner fin en su primer día de regreso en la Casa Blanca, pero que se ha visto obligado a reconocer que es mucho más complicada de cerrar de lo que había calculado en un primer momento.

Trump sí precisó que se mantienen las sanciones impuestas contra Rusia, especialmente las que pesan sobre su sector energético, el motor de la economía del país agresor. Este viernes han entrado en vigor las más recientes -las únicas aprobadas durante su mandato-, contra los gigantes del petróleo ruso Lukoil y Rosneft y sus subsidiarias. “Las sanciones van a continuar y son muy contundentes, porque toda la economía rusa se basa en el petróleo”, ha puntualizado.