Haber compartido el escenario y tener el privilegio de abrir los shows de Ozzy Osbourne en tres oportunidades, para mí fue una bendición. Realmente, me siento tocado por una varita mágica, porque es la banda que me acompañó durante toda mi vida, en todo momento. Momentos tristes, momentos alegres, momentos etéreos en lo que que escuchás sin escuchar… Por todo eso, para mí es como estar bendecido por los dioses del rock.
La primera vez que tocamos con él fue en un Monster of Rock. Tocaban varias bandas y eran dos días. Tuvimos la oportunidad de colarnos en el Meet & Greet con los ganadores del concurso que había armado una radio. Así que pude tenerlo al lado, darle la mano, saludarlo. Pude decirle: “Hola”, no dio para mucho más. No es que nos sentamos y nos quedamos charlando toda la noche hasta la madrugada. Además, yo soy una persona bastante respetuosa y no me gusta molestar. Si se da la posibilidad, genial. Pero no ando moscardoneando. Pero ese encuentro, para mí, fue apoteósico.
Mi primer recuerdo es de cuando tenía entre 15 y 16 años. Con un amigo y dos amigas fuimos al cine. Nosotros vivíamos en Lavallol, partido de Lomas de Zamora, y en ese momento ir a Capital era toda una aventura. Ibamos a un cine sobre la calle Corrientes, en el que pasaban videoclips de las bandas de ese momento: Rod Stewart, Supertramp y algunos otros que ahora no recuerdo. También proyectaban un video más largo de deportes en la nieve con música de Rick Wakeman. Y a lo último cerraba “Never Say Die”, que creo que era el último show de Ozzy con Black Sabbath. Esa fue la primer vez que vi a Black Sabbath. y quedé hipnotizado. Me acuerdo que el cine estaba lleno y se vació. Quedaron un par de melenudos, de bigotes, más grandes que nosotros, que parecían “eruditos” en la materia. Y nosotros cuatro.
Mis amigos se querían ir, y yo estaba impresionado con la imagen, con la distorsión, con todo. Yo les pedía, por favor, que nos quedáramos. Y así llegué a escuchar dos o tres temas de ese show. Y quedé impactado, realmente.
Yo ya escuchaba Deep Purple, Led Zeppelin y Kiss. Pero nunca le había prestado atención a Black Sabbath hasta ese día. Y no solo lo escuché, sino que también los vi: les ví la facha, cómo estaban vestidos, las cruces colgando. Y quedé estupefacto.
Su música forma parte de la banda sonora de mi vida. Me ha acompañado desde esa primera vez que que lo escuche y lo ví en ese cine hasta el día de hoy, Y me seguirá acompañando hasta el día que me deje este plano.
La dimensión de Ozzy es gigante. Junto a Black Sabbath son los que más me ifluyeron para animarme a cantar este tipo de música tan particular que es el heavy metal. Me refiero al rock pesado, a la distorsión, a la rebeldía, al antitodismo. No estamos conformes con nada y no le creemos nada a nadie. Por eso ellos ocupan un lugar tan importante como puede ser un hermano, un padre o una madre.
Y no nos olvidemos que, también, hace poco hemos perdido a Ricardo Iorio, que en mi caso era otro pilar fundamental. Para mí, está a la altura de Ozzy. Tuve la bendición de haber compartido la banda, Hermética, de haber grabado y de haber salido juntos de gira. Por unos años, tuve la bendición de haber compartido nuestras vidas. Ahí también perdimos a un grande.