Lo que debía ser una semana tranquila para Cayetano Martínez de Irujo, recién casado con Bárbara Miján y aún recuperándose de las celebraciones en Sevilla, ha terminado convirtiéndose en un periodo especialmente amargo. A once años del fallecimiento de la duquesa de Alba, el … duque de Arjona se ha visto obligado a cancelar por primera vez la misa que cada 20 de noviembre organiza en memoria de su madre, un acto al que nunca había faltado.
Su ausencia, motivada por un grave contratiempo de salud, coincidió además con un homenaje alternativo celebrado en Madrid y marcado por ausencias igualmente llamativas.
La salud obliga a Cayetano a frenar
Tras su boda religiosa en la iglesia de Los Gitanos, Cayetano confiaba en disfrutar de unos días de calma junto a su esposa y en retomar sus rutinas tras una intervención de espalda derivada de su pasado como jinete. Pero sus planes se desmoronaron pronto. Aunque la operación salió bien, una infección posterior le provocó dolores «inhumanos», hasta el punto de hacerle pasar, según él mismo ha reconocido en su entorno, «las dos peores semanas de mi vida».
El tratamiento inicial no solo no logró frenar la infección, sino que llegó a complicar aún más el cuadro. Totalmente abatido, Cayetano llegó a temer no poder resistir ni un día más en ese estado. Solo cuando recurrió al doctor Trujillo, el mismo especialista que operó con éxito a su madre y le permitió volver a caminar tras un problema de espalda, su situación empezó a mejorar. Un cambio de medicación y una vigilancia más estricta consiguieron estabilizarlo, aunque no lo suficiente como para mantener la agenda prevista.
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La debilidad física y la orden médica de freno absoluto le obligaron a renunciar a uno de los rituales más íntimos y significativos del año: la misa en Sevilla. En declaraciones con ‘Look’, Cayetano dijo que «tenía una misa programada a las ocho de la tarde hoy y desgraciadamente la he tenido que cancelar porque he tenido una infección en la articulación y estamos intentando resolverla y me han exigido los médicos inmovilización, si no total, lo más total posible. Me querían ingresar, pero estoy en casa con un tratamiento».
Un golpe especialmente duro para él, que mantiene vivo el recuerdo de Cayetana Fitz-James Stuart en su día a día y que siempre ha sido quien impulsa ese oficio religioso en Sevilla.
La familia opta en su lugar por un homenaje en Madrid
Mientras Cayetano hacía frente a su recuperación en casa, el homenaje a la duquesa de Alba se trasladó excepcionalmente al Palacio de Liria, en Madrid. Nada de misa esta vez: el tributo consistió en un concierto celebrado en uno de los espacios más emblemáticos para la familia, un lugar lleno de recuerdos para la propia Cayetana.
El acto congregó a un reducido grupo de invitados. Entre ellos, Alfonso Díez, viudo de la duquesa, que llegó con la discreción que siempre le ha caracterizado, sin bajar del coche antes de acceder al recinto. También asistieron Carlos Fitz-James Stuart, nieto de la duquesa e hijo del actual duque de Alba, y Xandra Falcó, muy vinculada a la familia por la relación de su padre, Carlos Falcó, con la casa de Alba.
Fuera de ese núcleo, poco más se supo. Si hubo otros familiares dentro del palacio es un dato que no trascendió, aunque sí se hicieron notar algunas ausencias. La más comentada, la de Sofía Palazuelo, esposa de Fernando Fitz-James Stuart, que fue vista por la calle el mismo día del homenaje, evitando pronunciarse sobre por qué no acudió al acto.
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Una celebración que, si su recuperación avanza como está previsto, marcará el regreso del duque de Arjona a la vida pública con un tributo a la altura de su madre.