Nunca se sabe de dónde van a surgir los mejores encargos. En ocasiones llegan por un concurso o una gran promoción; en otras, por una … conversación entre amigos. Así nació Barón 39, cuando una pareja cercana al estudio decidió adquirir una casa anexa a la suya en el corazón de Godella, un municipio con tradición agrícola en el área metropolitana de Valencia. Desde la primera visita a la vivienda, Paco Oria ya intuyó su potencial: muros de carga de ladrillo, cubierta a dos aguas, un patio central y una pequeña construcción posterior para aperos. Lo explica el arquitecto con un símil: «En esta construcción dormía la memoria de la casa de pueblo mediterránea, la que se adapta al clima y a la vida cotidiana porque así se ha hecho por tradición».


Había un punto de partida muy claro en este proyecto, y era el de rehabilitar antes de sustituir. Lo cuenta Paco Oria, que después de más de veinte años de profesión, cree que la crisis inmobiliaria obligó a agudizar el ingenio, a que el punto de partida fuera agudizar el ingenio, que se pusiera de nuevo el foco en los materiales mediterráneos más tradicionales, aquellos que ya existían, como la teja, la cal o la madera.

El proyecto tenía que responder al doble desafío de convertir la casa en habitable, ampliando el espacio, y hacerlo con el mínimo impacto posible, no sólo económico, también ambiental. Así, tenía que reutilizar la estructura existente, aprovechar la cimentación, conservar la fachada, los pilares medianeros… De esta manera, el uso del hormigón y el acero se reduce drásticamente, y permite acortar tiempos y costes de obra. De paso, disminuye las emisiones de CO₂ asociadas a la construcción nueva.

Fachada de la casa, que se ha integrado en la arquitectura de la zona.

Fachada de la casa, que se ha integrado en la arquitectura de la zona.

SIEVERSCARREGUI

La casa original

La casa original, de 1949, responde al tipo tradicional de una planta cubierta a dos aguas con entrada amplia para carros y animales. El estado de la casa era ruinoso, pero Paco Oria tuvo claro que todo lo que pudiera lo iba a reutilizar. Así, se mantuvo íntegro el patio y la construcción del fondo, y se ideó una ampliación de la casa en altura. Como dice Paco Oria, es mucho más sencillo derribar y comenzar de cero, pero la falta de presupuestos desde la década de 2010 ha agudizado la creatividad y ha permitido que la rehabilitación sea la opción más recurrente. «Tenemos que volver a recuperar el prestigio del arquitecto», afirma Paco Oria.

Paco Oria sobrevivió a la época de escasez presupuestaria tras la crisis del ladrillo poniendo la creatividad a funcionar. Barón 39 es uno de esos ejemplos de cómo esa escasez permite que la agudeza se ponga al servicio de soluciones sostenibles que con las nuevas normativas europeas están más vigentes que nunca. «Son el futuro», asegura Paco Oria, que fue premiado por Barón 39.

En concreto, se amplía la casa de forma vertical creando una primera planta y un altillo de una forma muy respetuosa con el entorno de casas adosadas, pero suficiente para multiplicar la superficie útil. En el centro de la casa, un nuevo patio interior regula la iluminación y la ventilación cruzada, generando un microclima que reduce la necesidad de climatización activa durante gran parte del año.

Son estas soluciones que se han venido usando desde épocas muy antiguas las que Paco Oria ha ido rescatando, que con el cambio climático y la necesidad de reducir la huella energética han tomado protagonismo. Conservar el calor en invierno, el frescor en verano, permitir ventilaciones o aprovecharse de las bondades del clima para defenderse al mismo tiempo de él.

Son lo que se llaman ahora estrategias pasivas: control solar, uso de patios, orientación estudiada. «La casa se comporta como un organismo que respira, que aprovecha la inercia de la cerámica y la calidez de la madera. El proyecto busca ser luminoso, ventilado y estable en temperatura».

Madera y cerámica

¿Por qué madera? Paco Oria lo explica: «Es el material de los pilares, de las vigas, de los forjados, de la carpintería. Es un material ligero, reciclable y con un excelente comportamiento térmico. Además, su huella de carbono es mínima, y su montaje en seco evita el consumo excesivo de agua». Cree que es el complemento ideal de la cerámica, que en la arquitectura mediterránea ha sido clave para muros, baldosas y pavimentos. «Aporta masa térmica e inercia, equilibrando la temperatura interior y reforzando el vínculo con la tradición constructiva mediterránea». Esta combinación de materiales, aparentemente antigua pero al mismo tiempo actual, otorga al proyecto un carácter atemporal. El uso de la cerámica o la madera tienen que ver además con su bajo impacto ambiental y por su proximidad geográfica. «Si la construcción fuera un país, sería uno de los más contaminantes del mundo, sólo por detrás de Estados Unidos debido a las emisiones que produce el hormigón armado», asegura Paco Oria, que ha desarrollado un estilo de arquitectura donde lo sostenible se llena de significado. «No es una tendencia, sino una forma sencilla de hacer arquitectura: construir bien, con lo necesario, y con respeto por lo que ya existe», asegura.

Reutilizar, reducir

Así, reutilizar, reducir y adaptar son las tres acciones que guían tanto el proceso constructivo como la filosofía del estudio. «Creemos en una arquitectura que reduzca su huella incluso antes de levantarse: que reutilice estructuras, que emplee materiales naturales y cercanos, y que apueste por sistemas basados en la circularidad», explica el arquitecto, que a pesar de haber sufrido la crisis en primera persona nunca tiró la toalla.

No ha sido fácil para Paco Oria esta conciencia ambiental, que Europa y también el desafío climático apuntalan ahora con mayor fuerza. «Europa obliga a los Estados miembros a controlar las emisiones del ciclo de vida completo de un edificio».

La vivienda Barón 39 mantiene el tipo de casa de pueblo con patio, pero lo hace con una mirada más actual, abierta y consciente. No se trata de destacar, sino de pertenecer y, al mismo tiempo, actualizando un modelo que ha demostrado su vigencia durante decenas de generaciones. «La tradición es precisamente esa permanencia pese a todo, lo dijo el poeta Vicente Aleixandre refiriéndose a la literatura en su discurso al recoger el Nobel, pero es plenamente trasladable a la arquitectura». Recuerda Paco Oria que durante sus años de estudio en la universidad no se hablaba de tradición más allá de la historia de la arquitectura, y hasta qué punto esta otra mirada abre oportunidades, por ejemplo, a la preindustrialización de materiales como la madera, que permite ser ensamblada.

Paco Oria ha sido premiado por tres proyectos muy significativos: una casa en el Cabanyal, justo en el momento en el que se ha descartado definitivamente la prolongación de Blasco Ibáñez al mar, otra en un entorno rural en un pequeño municipio alicantino, Gata de Gorgos, y la de Godella por esa mirada sostenible en la que antes que demoler lo ya existente hay que reaprovechar. Sobre todo por sostenibilidad.