El Tour de Francia sigue poniendo la salidas fuera del país.

Ahora es Praga la que se suma a la carrera por un Grand Départ, aspirando a 2029.

CCMM Valenciana

La capital checa recibió a Christian Prudhomme con toda la escenografía diplomática posible, y el director del Tour salió encantado: “una candidatura magnífica”.

Prudhomme no suele regalar cumplidos, así que la cosa va en serio.

La jugada llega en un momento muy particular: el Tour encadena una racha histórica de salidas desde el extranjero.

Barcelona en 2026, Edimburgo en 2027 y un 2028 aún por adjudicar donde Luxemburgo es favorito y Praga también presiona.

Si finalmente también se concede el 2029 a una ciudad fuera de Francia —algo plausible, viendo el movimiento checo y el interés de Liubliana—, la década de los 2020 quedará marcada por un vuelco absoluto: el Tour habrá arrancado más veces fuera de Francia que dentro.

Y sin necesidad de especular: ya ha empezado en Copenhague (2022), Bilbao (2023) y Florencia (2024), frente a las salidas domésticas desde Brest (2021), Niza (202o) y Lille (2025).

Nunca la carrera había sido tan internacional en su propia década, cosa que mosquea a las ciudades francesas.

Dentro de este contexto, la candidatura de Praga tiene músculo.

Škoda, patrocinador histórico de la carrera y marca nacional, figura en primera línea del proyecto.

Y en ciclismo, las relaciones pesan.

La capital checa combina escenario, historia y un socio industrial de primera fila.

Ingredientes que ASO sabe valorar.

Pero la internacionalización del Tour no gusta a todos.

Como digo, varias regiones francesas han mostrado su rechazo a la idea de tres —o incluso cuatro— Grand Départs consecutivos fuera del hexágono. Cada salida extranjera significa renunciar a impacto económico y simbólico en casa.

El debate late: ¿cuánto puede globalizarse el Tour sin diluir su esencia francesa?

Incluso saliendo mucho fuera de Francia, el Tour sigue siendo uno de los mejores embajadores de Francia.

Mientras tanto, la geografía de sus arranques sigue mutando.

La carrera ha salido fuera de Francia 26 veces, con Holanda y Bélgica como anfitriones recurrentes.

Pero jamás —y esto sí sería nuevo— ha puesto su primera línea de meta al este del viejo Telón de Acero.

Praga quiere ser la primera.

Y viendo cómo se mueve Prudhomme, quizá esta vez el Tour mire definitivamente hacia el este, completando la década más viajera de su historia.