«Dulcinea es un personaje que no existe, es una invención de don Quijote de la Mancha, que a su vez es una invención de Alonso Quijano que, a su vez, es una invención de Cervantes, que a su vez…». Son las primeras frases … de ‘Dulcinea’, la obra escrita y dirigida por Juan Carlos Rubio que, protagonizada por Paloma San Basilio -a la que acompaña Julio Awad, con el piano, con la palabra y con la gola-, se estrena este viernes 21 en el Palacio de Festivales de Santander. Tras este estreno santanderino, la función viajará a Paterna (28 de noviembre), Torrepacheco (29 de noviembre) y estará en el Teatro Olymplia de Valencia del 3 al 14 de diciembre.

Con ella, la artista cruza un nuevo umbral en su carrera; cantante, pintora, escritora y, ahora, actriz. «’Dulcinea’ es una obra que escribió para mi Juan Carlos Rubio. Dije que sí al proyecto antes de leerme el texto porque hacía mucho tiempo que quería hacer teatro que no fuera musical; en el fondo, me siento más actriz que cantante». Paloma San Basilio fue Eva Perón en ‘Evita‘, Aldonza en ‘El hombre de La Mancha‘, Eliza Doolittle en ‘My Fair Lady‘, Victoria Grant en ‘Victor / Victoria’, Norma Desmond en ‘Sunset Boulevard‘, y Peristera en ‘La décima musa‘. Su experiencia teatral está fuera de toda duda, «pero todo eso son teatro musical. En ‘Dulcinea’, aunque canto varias canciones -una de ellas de Ivana, su hija-, mi trabajo es de actriz».

Ese juego de muñecas rusas que es la identidad de Dulcinea del Toboso lo ha llevado Juan Carlos Rubio a la dramaturgia de la obra, en la que la protagonista es, sin solución de continuidad, una actriz cómica, una narradora, la propia Dulcinea, una actriz dramática, Aldonza y la misma Paloma San Basilio. «Dulcinea se reivindica a sí misma, no quiere ser un sujeto pasivo de Don Quijote, sino ser siempre alguien que no tiene voz y que no sabe nadie quién es».

«Yo soy Dulcinea -termina la función-. Escurridiza, simbólica y misteriosa. Pero siempre seré siempre la luz de vuestras andanzas sobre los senderos de esta baja vida. El consuelo en las adversidades, manadero de acometedores bríos, seré la doncella engendradora de altas empresas, por quien es llevadera la vida y vividera la muerte. Dulcinea será siempre ese sueño que no se pudo alcanzar, pero por el que mereció la pena vivir».

«Ser la mujer perfecta -dice Juan Carlos Rubio, que ha incluido textos de Cervantes y Unamuno-, modelo de educación y encanto, dama y señora del más famoso caballero andante de la historia es un peso que Dulcinea ya no quiere seguir soportando. En un mundo donde los ideales tienen cada vez menos cabida, donde la ética ha dado paso a la estética y la moral a la corrupción, no tiene sentido seguir defendiendo sueños imposibles. ¿O quizá sí? ¿Necesitamos hoy en día, más que nunca, a Dulcinea? Quizá ella, con humor, con dolor, con ironía y con una absoluta sinceridad, sea la única capaz de darnos esa respuesta». «La mujer tiene el derecho a sentir, a pensar y a ser escuchada», acota Paloma San Basilio. «Esa mujer ideal, forjada a golpe de tópicos y ensoñaciones del caballero andante más famoso del mundo -completa el autor y director-, nos cuenta ahora su historia desde otro ángulo, ese que solo ella conoce, el que los libros de caballería, por muy geniales que sean, no han sido capaces de recoger. Y lo hace con humor, con dolor, con ironía y con una absoluta sinceridad».

A la artista le quedan todavía algunas fechas de su gira de despedida ‘Gracias’, que terminará en Miami el 12 de abril del próximo año. Está cansada de los conciertos, confiesa, pero no de esa «aventura constante» que es, añade, «la esencia del artista». «Pero tener la osadía de subirme al escenario sin cantar me parece una aventura. Y yo quiero seguir aventurándome hasta donde sea capaz».

Y su escudero en esta aventura, Juan Carlos Rubio, vaticina. «Paloma va a sorprender a mucha gente, ya lo verá…»