En la Audiencia Jubilar en la Plaza de San Pedro, varios peregrinos llegados de diversas partes del mundo para celebrar el Jubileo de los coros, animados por el amor a la música, «instrumento de Dios para hablar al alma».
Rosario Capomasi – Ciudad del Vaticano
«En la calle oscura una luz me salvó…» La canción de los jóvenes Juan y Henrique se alza alegre en la nublada y fría mañana de la Plaza de San Pedro: sus ojos se dirigen al cielo como para agradecer esa «luz que salva en la calle oscura», como dice la letra de la canción que interpretan. Han venido desde Arecibo, Puerto Rico, para la Audiencia Jubilar de hoy con León XIV, una pequeña parte de los 35.000 peregrinos de 117 países, las voces de coros profesionales, diocesanos, parroquiales y aficionados que hoy, en la festividad de Santa Cecilia, patrona de la música, y mañana, celebran su Jubileo en Roma.
Los acompaña el padre Javier Avilés, vicario parroquial de la Catedral de San Felipe Apóstol y director del coro diocesano puertorriqueño. «La música significa felicidad, alegría, porque es un instrumento que Dios usa para hablar al alma», explica el sacerdote. «En la música, de hecho, el canto se convierte en oración», recordó el Pontífice. «Es una sensación de atracción por la belleza que nos eleva hacia Dios y une los corazones en la alabanza. No olvidemos», añade el padre Avilés, «que desde sus orígenes, la Iglesia ha unido las celebraciones litúrgicas con himnos de gloria al Señor, contribuyendo a fortalecer el vínculo entre nosotros y Él, y entre nosotros y los santos».
Los fieles esperan escuchar las palabras del Papa León (@Vatican Media)
El Jubileo de la Familia Orionina
Un poco más lejos, escuchando estas palabras, la Hermana María Rosa Delgado Rocha, vicaria general de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, asiente con una sonrisa. Constituyen el mosaico de la Familia Carismática Orionita, cientos de cuyos miembros estuvieron presentes hoy para celebrar su Jubileo, cien años después del que tan intensamente vivió San Luis Orione. «Muchos de nosotros hemos venido de cuatro continentes», señala la monja, «para dar testimonio de cómo la caridad de Cristo, si se vive plenamente, puede inspirar a todos en los caminos del mundo a tender una mano amiga a quienes sufren, llevándolos al encuentro con Jesús». Este testimonio cobra aún mayor relevancia a la luz de los Decretos promulgados ayer por el Papa, que, entre otras cosas, reconocen las virtudes heroicas de Gaspare Goggi, sacerdote profeso de la Congregación de la Divina Providencia.
Grupo musical saluda al Papa (@Vatican Media)
El regalo del cardenal Re
Entre los actos jubilares celebrados hoy se encuentra el de las monjas redentoristas de Magliano Sabina. Antes de su audiencia con el papa Prevost, asistieron a la misa celebrada en la Basílica Vaticana por el cardenal Giovanni Battista Re, titular de la Iglesia Suburbicaria de Sabina-Poggio Mirteto. «Fue un regalo que el cardenal nos hizo con todo su corazón y que añadió una nueva alegría a la alegría de haber conocido al Santo Padre», enfatizó la hermana Edvige Kawik, superiora de la orden monástica desde mayo pasado.
El regalo de las monjas de Magliano Sabina a León XIV (@Vatican Media)
Una campana para las generaciones más jóvenes
Al concluir el jubileo trienal dedicado a Santo Tomás de Aquino (700 años de su canonización, 750 de su muerte y 800 de su nacimiento), el padre Stefano Di Mario, párroco de Monte San Giovanni Campano, en la provincia de Frosinone, donde el Doctor Angélico estuvo preso durante dos años, trajo a León XIV una pequeña campana para bendecirla. Esta será colocada en la habitación de éxtasis del santo. «La inscripción blasonada en la campana —«Que el tañido de esta campana recuerde a nuestros hijos la fe de sus padres»— es una exhortación a las nuevas generaciones a no perder nunca la certeza de que el Todopoderoso está siempre a su lado», comentó el sacerdote. Por último, más de 400 monaguillos de la Archidiócesis de Salerno-Campagna-Acerno, junto al padre Davide Barra, director diocesano, hicieron bendecir por el Papa una cruz de madera que acompañará a los grupos de monaguillos en sus actividades parroquiales y con ocasión del Jubileo diocesano previsto para el 21 de diciembre.
La campana bendecida por el Papa León (@Vatican Media)