Los países reunidos en la cumbre climática de la ONU (COP30) en la ciudad brasileña de Belém han aprobado este sábado por consenso un documento final que no contiene referencia explícita a los combustibles fósiles, mientras llama a aumentar la ambición de las acciones para enfrentar el calentamiento global.

El presidente de la COP30, el brasileño André Corrêa do Lago, ha reconocido durante su intervención en la sesión plenaria de clausura que algunos países «tenían mayores ambiciones» y se ha comprometido a abordar sus preocupaciones a lo largo del próximo año.

El texto principal de la cumbre, presentado por la presidencia brasileña, no menciona la necesidad de dejar atrás los hidrocarburos, pese a la insistencia de la Unión Europea (UE) y de países como Colombia para que se incluyera.

Tras intensas negociaciones que se extendieron durante la madrugada, la referencia explícita se quedó fuera del texto ante la negativa rotunda de los países árabes a hablar del tema, aunque sí se «reconocen», de forma general, las decisiones tomadas en otras COP. En una de ellas, la COP28 de Dubái en 2023, se estableció por primera vez la necesidad de una «transición» para dejar atrás los combustibles fósiles.

Para compensar la ausencia de referencias, Corrêa do Lago ha anunciado que, bajo su presidencia, creará una «hoja de ruta» para esta transición y otra para revertir la deforestación.

“Sabemos que muchos de ustedes tienen grandes ambiciones sobre los temas que tenemos sobre la mesa, sabemos que la juventud y la sociedad civil nos demandarán que hagamos más para combatir el cambio climático. Quiero reafirmar que intentaré no decepcionarlos durante mi presidencia”, ha dicho antes del anuncio.

Durante el año que dura la presidencia brasileña de la COP estas dos cuestiones estarán a la cabeza de la agenda. Así, se organizarán reuniones de alto nivel en las que el planteamiento tendrá un marcado componente científico, en las que además participarán los gobiernos, la industria y la sociedad civil. Una vez realizadas, el resultado se volcará de nuevo en la COP, ha destacado Corrêa do Lago. La primera conferencia de alto nivel se celebrará en abril en Colombia y se centrará en la reducción del uso de combustibles fósiles, ha explicado.

Compromiso con la meta de limitar a 1,5 °C el aumento de las temperaturas

En el capítulo de financiación, el texto final mantiene el acuerdo alcanzado en la COP29 de Bakú, en el que se «urge» a los países ricos a mantenerse «en el rumbo» hacia el objetivo de aportar 300.000 millones de dólares anuales a los emergentes y se menciona el objetivo de «triplicar» los recursos para acciones de adaptación.

Por otra parte, el texto reconoce que el cambio climático «es una preocupación común de la humanidad» y reafirma el compromiso de los países con el Acuerdo de París y con la meta de limitar a 1,5 °C el aumento de las temperaturas.

El pleno de la COP30 también ha aprobado un documento con una lista definitiva de «indicadores» para medir los avances en las acciones de adaptación ante el cambio climático.

En otro de los textos votados, se establece un «mecanismo» para llevar a cabo una «transición justa» que tenga en cuenta las necesidades de los trabajadores afectados por los cambios en el modelo energético.

Varios países objetan la toma de decisiones

Varios países latinoamericanos, entre ellos Argentina, Colombia, Ecuador, Panamá, Uruguay y Paraguay, han objetado la toma de decisiones en el plenario y el presidente de la COP30 ha suspendido la sesión para consultar a las partes. «Lo siento. No he visto las banderas», ha dicho Corrêa do Lago, que ha abierto una ronda de consultas a puerta cerrada.

Los delegados se han quejado principalmente por el hecho de que la presidencia brasileña no les ha cedido la palabra antes de decretar la aprobación de los acuerdos alcanzados en la cumbre.

La delegación colombiana ha expresado su malestar por la ausencia de partes que habían sido acordadas por consenso. «Colombia no aceptará un texto que niega la ciencia, impide el cumplimiento del objetivo del 1,5 ºC, y le da la espalda a los pueblos y a la vida», ha dicho la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Irene Vélez-Torres.

La jefa de delegación de Panamá, Ana Aguilar, ha dicho estar «extremadamente decepcionada» porque Corrêa do Lago prometió un «proceso transparente» y considera que no se cumplió. En concreto, se ha quejado porque los nuevos indicadores de adaptación contra el cambio climático se han presentado «tarde» y no ha dado tiempo de estudiarlos.

Sobre el mismo punto, los países del Cono Sur, representados por la delegada de Uruguay, han protestado porque la víspera se presentaron 59 indicadores nuevos, con poco tiempo para su análisis, y porque según su visión los indicadores no se apoyan en la ciencia. «La ciencia es la base en la que en Uruguay, Argentina y Paraguay decidimos las inversiones, el uso del agua, la energía, y garantizamos nuestra estabilidad», ha afirmado.