Sábado, 22 de noviembre 2025, 19:59
| Actualizado 21:36h.
La primera vez que utilizó Joaquín Caparrós la expresión fue en 2013, cuando entrenaba al Levante y salió del Camp Nou con siete goles bajo el brazo. «Hemos salido del dentista y ahora que pase el siguiente», dijo el utrerano en una sentencia totalmente aplicable a lo que le sucede al Athletic cada vez que comparece en el coliseo azulgrana. Ya son 25 visitas sin ganar. Desde aquel 1-2 en 2001 con goles de Ezquerro y Urzaiz al que se hace referencia anualmente como si estuviera incluido en el santoral del calendario, las ha habido de todos los colores y la de ayer entra en el terreno de lo preocupante. Porque se puede perder, sí, pero el Barça goleó con lo mínimo. Salvo diez minutos en el tramo final de la primera parte, el Athletic se mostró frágil, sorprendentemente frágil, un equipo que se rompió a la mínima que el rival apretó arriba y puso en aprietos a Unai Simón. Y llama la atención porque apenas han pasado 13 encuentros de Liga y las sensaciones son muy diferentes a las de aquel que era una roca el pasado curso, que finalizó la temporada con seis derrotas en 38 encuentros y 29 goles encajados. Ayer, el Athletic igualó el número de derrotas con el primer tercio de encuentros jugados y acumula 17 tantos en contra, una proyección que le llevaría a la barrera de los 50 al finalizar el curso.
Se esperaba que la fundamental victoria de la jornada anterior ante el Oviedo y el parón por compromisos internacionales supusiera un cambio de inercia en las sensaciones, porque estaba claro que puntuar en el regreso al Camp Nou siempre es una empresa compleja. Y más para el Athletic en las dos últimas décadas. Pero todo lo planteado por Ernesto Valverde saltó por los aires a los cuatro minutos. «Hemos sido incapaces de sacar el balón», resumió el entrenador rojiblanco sobre la cascada de errores que se saldó con el gol de Lewandowski, y desde ahí todo fueron problemas. Porque al Athletic le costó ajustar la presión, y el Barça con el marcador a favor tan pronto le permitió jugar con el viento a favor.
Tanto que esa agradable sensación de tenerlo todo bajo control le llevó a sestear. Entonces, solo en esos momentos entre el minuto 30 y el 45, apareció el Athletic, pero en ese formato desesperante de desaprovechar ocasiones que luego se lamentan. Las tuvo Unai Gómez por partida doble y un Nico Williams que envió fuera un remate que tenía sabor a gol. El Barça, dormido, no desaprovechó en cambio otro de los regalos del Athletic, que los tuvo y muchos en ambas áreas y en casi todas las versiones. Yuri perdió uno de esos balones tontos en campo rival y eso desencadenó una contra que se saldó con el 2-0 en el último segundo del descuento del primer tiempo.
Difícil explicar ese resultado y más todavía que casi en la primera acción de la segunda mitad el partido quedara cerrado con el 3-0, o que por si no se había pegado suficientes tiros al pie, el Athletic acumuló otro con la autoexpulsión de Sancet en el minuto 52. Regresando a la comparativa, hay muy pocas semejanzas a día de hoy entre aquel equipo tremendamente competitivo de la pasada temporada, lo más parecido a una roca, y el actual, en el que un soplido derriba el castillo de naipes.
Lo más llamativo es que las piezas son prácticamente las mismas, con la presencia de Laporte en lugar de Paredes y Gorosabel en el lateral derecho, donde de momento se ha impuesto a Areso. Pero Unai Simón no atraviesa su mejor momento, como quedó claro en los dos primeros goles, Vivián no es el mariscal de meses atrás en el centro de la defensa y Galarreta y Jauregizar acumulan minutos y fatiga en sus piernas, como se vio durante el encuentro de ayer.
De hecho, en los ‘minutos de la basura’, Valverde apostó por retirarles del campo y concederles un poco de aliento para el duelo del martes en Praga frente al Slavia. También retiró a modo de protección a Nico Williams y Berenguer.
Goleadas pasadas
Se da la circunstancia de que la última vez que el Athletic perdió 4-0 en Liga fue también en el Camp Nou. Fue el 23 de octubre de 2022, aunque no es la última goleada encajada por los rojiblancos en el torneo doméstico. Esa fue el 13 de mayo de 2023, cuando el Athletic encajó un 5-1 en el estadio de La Cerámica frente al Villarreal.
Desde ese momentos, las principales goleadas se han encajado en Europa, y resulta llamativo repasar lo sucedido en el pasado curso, donde nos referimos a esa capacidad defensiva que llevó al Athletic a la Champions. Pero en aquella recordada Europa League donde se llegó a semifinales, el Besiktas y el Manchester United fueron capaces de marcar cuatro goles a los rojiblancos.
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