En los últimos años, la melatonina ha pasado de ser un término conocido solo en entornos científicos a convertirse en un producto habitual en farmacias y conversaciones sobre descanso. Su fama se debe principalmente a su relación con el sueño.

La melatonina es una hormona que el cuerpo produce de manera natural, principalmente en la glándula pineal. Su liberación aumenta cuando cae la luz del día, por eso suele asociarse con la señal biológica que nos indica que es hora de descansar. No actúa como un sedante, sino como un regulador: ayuda a sincronizar los ritmos internos con los ciclos de luz y oscuridad del entorno. En otras palabras, contribuye a que nuestro reloj biológico mantenga una rutina estable.

Su popularidad también tiene relación con situaciones que pueden alterar ese reloj interno, como los turnos rotativos en el trabajo o los cambios de huso horario. En estos casos, algunas personas recurren a suplementos de melatonina para facilitar la adaptación del organismo a esos nuevos horarios. Sin embargo, un estudio de la Asociación Americana del Corazón ha advertido sobre los peligros de su uso sobre la salud cardiovascular: de acuerdo con este, quienes toman melatonina de forma rutinaria durante más de un año tienen casi el doble de riesgo de sufrir insuficiencia cardiaca.

Pese a que la relación entre ambos factores no es directa y se deben hacer más estudios al respecto, se trata de un aviso con el que está de acuerdo el especialista en neumología Carlos Egea Santaolalla, presidente de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (Fesmes), coordinador del grupo Alianza por el Sueño y responsable también de la Unidad del Sueño en la OSI Araba. “Esto habla de dos cosas: que el tratamiento con melatonina no es tan benigno como se cree y que se necesitan estudios de más enfoque”, apuntaba el médico en una entrevista en COPE Euskadi.

Cambio de hábitos

Sin ánimo de ser alarmista, el doctor fue claro sobre su postura con respecto al uso de estos suplementos: “La melatonina no es beber agua, no es tomarse un jugo de una planta, es un tratamiento y que requiere monitorización de un médico”.

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Asimismo, es importante tener en cuenta que los suplementos no sustituyen hábitos necesarios para un sueño reparador como mantener una rutina de descanso constante, reducir el uso de pantallas antes de dormir o evitar cenas demasiado pesadas. También es recomendable pedir orientación profesional en caso de enfermedades, embarazo, lactancia o si se toman otros tratamientos.

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