Más de 160 bandas vascas han retirado su música de la plataforma musical en protesta por las inversiones de su dueño en empresas armamentísticas.
Más de 160 formaciones musicales de Euskal Herria, junto a cerca de 650 artistas, han emprendido un boicot contra Spotify retirando sus canciones de la plataforma. La decisión surge a raíz de las inversiones del propietario de la compañía, Daniel Ek, en una firma vinculada al desarrollo de tecnología militar (incluidos drones), una noticia que para muchas y muchos músicos supuso un punto de no retorno.
La iniciativa, agrupada bajo el nombre Musikariak Palestinarekin, se dio a conocer recientemente en la librería Katakrak de Iruña-Pamplona. Sus impulsores recordaron que han pasado más de dos años desde que Israel intensificó la ocupación sobre Palestina, un escenario que, denuncian, se ha convertido en un trasfondo normalizado a pesar de la violencia que implica. En ese contexto, la apuesta económica de Daniel Ek por la industria armamentística reforzó en el colectivo la necesidad de posicionarse.
El movimiento comenzó de forma discreta a comienzos de agosto, impulsado por integrantes de un par de grupos. Con el paso de las semanas organizaron un núcleo motor y fueron ampliando la red mediante contactos personales, reuniones informales y un flujo constante de llamadas y correos. Aunque reconocen que surgieron dudas y temores, también afirman que encontraron entusiasmo y apoyo, elementos que han dado sentido a la creación de una estructura colaborativa. De siete personas en verano han pasado a cientos en apenas unos meses.
Aun así, señalan que su crecimiento no ha terminado y animan a quienes quieran sumarse a hacerlo sin reservas. Subrayan que el colectivo no pretende erigirse en juez moral ni señalar a compañeras o compañeros del sector, ya que cada proyecto musical tiene circunstancias propias. Su objetivo, dicen, es mostrar que, del mismo modo que la plataforma apenas repara en la música local, quienes conforman la escena vasca pueden decidir prescindir de ella. Reconocen que el impacto económico de su gesto será limitado dada la magnitud de la empresa, pero insisten en que la fuerza del boicot reside en el mensaje político y cultural que transmite. En estos meses, la música de bandas como Glaukoma, Nakar, Kortatu, Negu Gorriak, La Furia, Mursego o Jon Maia, ha sido retirada de la plataforma, reforzando la idea de que la creación artística vasca mantiene una tradición de compromiso social y solidaridad internacional.
Spotify, por su parte, ha respondido asegurando que la compañía armamentística en cuestión opera de manera independiente y que la plataforma no tiene relación con el conflicto en Gaza. Sin embargo, para quienes impulsan Musikariak Palestinarekin, el debate no se reduce a cuestiones legales: consideran que las fronteras entre tecnología civil y militar son cada vez más difusas y que una empresa cultural debe asumir las implicaciones éticas de las inversiones de su máximo responsable.