Nick Calathes sigue siendo uno de los jugadores con más talento de toda la Euroliga. Ahora en el Partizan, tras su paso por el Mónaco, el veterano base griego aporta su experiencia y calidad en el equipo que dirige Zeljko Obradovic. En una reciente entrevista para Eurohoops, Calathes se sinceró sobre sus inicios en la competición y su trayectoria por el Barça, lamentando lo cerca que se quedó el equipo azulgrana de conquistar la Euroliga en 2021. 

Al Barça le faltó poco para llevarse el título de la Euroliga en 2021, cayendo en la final ante un Anadolu Efes liderado por Micic y Larkin. «Es uno de los mayores ‘y si…’ de mi carrera, para ser sincero, porque creo que si no me hubiera lesionado el tobillo en la semifinal…», explica.

Lee también

MUNDODEPORTIVO.COM

Horizontal

«Creo que teníamos el mejor equipo de toda la temporada ese año. No creo que nadie pudiera habernos ganado. Obviamente, ganó el Efes y no les quito ningún mérito, pero creo que esa fue mi mayor oportunidad de volver a ganar«, reconoce un Calathes que recuerda con cariño su etapa en el Barça. 

Horizontal

Xavi Pascual da instrucciones a Nick Calathes en sus respectivas etapas en el Panathinaikos

Getty

A sus 36 años, Calathes afronta en Belgrado otra temporada ilusionante en la que asume que «todavía tiene mucho que ofrecer». El griego no escondió su amor por el baloncesto: «Sigo amando este deporte. Ya no soy el tipo que juega 35 minutos como antes, pero creo que todavía puedo aportar mucho al equipo«. 

Nick Calathes ha vuelto a coincidir con Zeljko Obradovic, quien le entrenó en el Panathinaikos por primera vez en 2009. «No tenía ni idea de cómo era el baloncesto europeo. Pensaba que era uno de los mejores jugadores universitarios. Y llegué a un equipo como el Panathinaikos», explicó sobre su primer etapa en la Euroliga tras su paso por la NCAA. 

Lee también

Óscar Périz

Rubén Domínguez, ex de Bilbao Basket, firmó su mejor actuación de la temporada.

«Pensaba que iba a jugar enseguida, que iba a llevar la batuta. Y no jugué nada el primer año. Acababa muerto en los entrenamientos. No los disfrutaba. Pensaba que no sabía si podría aguantar en Europa, que quizá esto no era lo adecuado para mí», se sinceró Calathes, aunque recalcó que poco a poco fue adaptándose a la exigencia de la competición: «En el segundo año, maduré como jugador y como persona y empecé a sentir lo que el entrenador quería de mí. Y eso me ayudó a crecer, porque si hubiera jugado antes, se me habría subido a la cabeza«.