Cada vez son más los ciclistas españoles que madrugan, cruzan la frontera y vuelven a casa con una bicicleta nueva comprada en Portugal por cientos de euros menos. El motivo es simple: el país vecino aplica un IVA del 6% a las bicicletas desde 2023, muy lejos del 21% español. El resultado son escenas como la que circula por redes: un ciclista que se levanta a las 5:42, recorre 799 kilómetros, gasta 70 euros en combustible y vuelve con una Van Rysel que en España cuesta 1.700 euros más. Un ahorro enorme que ya no es anecdótico y que se comenta cada vez más en redes e incluso medios (El Confidencial se hizo eco recientemente de esta situación).

Viaje a Portugal a por una bicicletaINSTAGRAM

El fenómeno se ha disparado especialmente en modelos cuyo precio es idéntico en toda Europa, salvo por los impuestos. Marcas como Van Rysel (Deachtlon), por su venta exclusiva en grandes superficies, o Canyon, por su modelo de negocio de venta online, concentran la mayor parte de estos viajes porque no permiten negociación en tienda y, por tanto, la diferencia fiscal se traslada íntegra al cliente. Un ejemplo claro: la RCR Pro del Decathlon AG2R La Mondiale Team cuesta 9.000 euros en Portugal y 10.000 en España. En redes sociales, varios jóvenes han viralizado vídeos contando el viaje y el ahorro, acercando el fenómeno a miles de ciclistas amateurs.

Sin embargo, si nos vamos a modelos de marcas con distribución en tiendas de bicicletas, y, por tanto, donde hay cierto margen para negociar el precio , el descuento del IVA puede ser una trampa. Según fuentes del sector de la bicicleta consultadas por MARCA hay ocasiones donde una tienda española puede ofrecer mejor precio que sus rivales portugueses: “Hay tiendas que al comprar volúmenes altos de producto tienen descuentos, los conocidos rappels, en una negociación con un cliente que quiere una bici pueden bajar el precio hasta ponerla más barata que una tienda pequeña-mediana de Portugal, pese al IVA más reducido”, explican.

Por eso, este descuentazo fiscal sólo afecta a aquellos que tienen precio fijo en sus productos, algo que en las tiendas de bicicletas es poco habitual. Y más ahora con un contexto de guerra de precios por el sobre-stock que sufren las tiendas, saturadas de producto y con menos compradores que cuando el boom post-pandemia. Muchos tienen que competir con precios por los suelos para quitarse bicicletas de temporadas anteriores que no terminan de salir… y eso no es un problema del IVA reducido de Portugal.

Las tiendas y marcas españolas viven esta situación con una mezcla de inquietud y resignación. La realidad del mercado, sin embargo, ha amortiguado parte del impacto. Tras el boom de la pandemia, la industria sufre un enorme exceso de stock. Muchas marcas acumulan bicicletas fabricadas en 2022 y 2023 que aún no han salido al mercado, lo que ha provocado descuentos continuos del 15%, 20% o incluso más. “Ahora mismo lo raro es que una tienda venda una bici sin aplicar un descuento importante”, explican fuentes del sector. Esa presión a la baja hace que, en gran parte de las gamas medias, viajar a Portugal no sea tan rentable.

Este problema también se aplica al comprar a distribuidores, pues muchas veces las tiendas salen beneficiadas de comprar recambios en webs de centro de Europa (que compran a un volumen altísimo cadenas, frenos o cassettes de cambio), que ofrecen precios más baratos que los propios distribuidores en España y mejor servicio de entrega. Esta doble situación marcada por los volúmenes de compra afecta claramente a las tiendas pequeñas, las grandes perjudicadas del IVA reducido y de los ‘grandes compradores industriales’.

En las zonas fronterizas la situación ya empieza a dejar huella. Algunas tiendas españolas han optado por abrir puntos de venta en Portugal para poder competir en igualdad de condiciones. En Galicia, Extremadura o Castilla y León, cruzar la frontera es cuestión de minutos, y para muchos compradores merece la pena el trámite. La patronal AMBE advierte de que, si la tendencia se consolida, puede afectar a los 24.000 empleos que dependen del sector en España.

Una situación complicada

La mayoría de los expertos consultados coincide en que el problema no explotará mientras persista el exceso de stock y los descuentos agresivos. Pero todos miran al futuro con preocupación. Cuando el mercado recupere la normalidad y los precios vuelvan a estabilizarse, la diferencia fiscal será más visible que nunca. “Si el sector estuviera sano, sería un golpe tremendo para las tiendas españolas”, resumen fuentes del sector. Y añaden: “Si no se iguala el IVA, esto irá a más”, señalan.

Sin embargo, tras la subida de precios en los productos deportivos en la post pandemia por el boom, muchos clientes se preguntan en redes sociales si con el IVA reducido realmente los precios bajarían, o las tiendas aprovecharían para ajustar los precios buscando la mayor rentabilidad posible, sin importar ese descuento en lo que al impuesto se refiere.

Entre tanto, las redes siguen llenándose de historias de ciclistas que salvan cientos de euros cruzando la frontera. Y mientras España mantiene su IVA al 21%, Portugal se convierte poco a poco en un inesperado destino ciclista: un paraíso fiscal de dos ruedas… que puede no ser tan ventajoso como lo pintan mientras se mantengan unos descuentos que a largo plazo no serán sostenibles.