El emblemático edificio de Es Sindicat, antigua bodega cooperativa y símbolo social de Felanitx y de la Mallorca agrícola, inicia el camino hacia su recuperación gracias a la propuesta Re[Vi]ure Es Sindicat, ganadora del prestigioso concurso internacional Europan. Detrás del proyecto hay cinco jóvenes arquitectos: Aina Perelló, Arnau Carbó, David Perelló, Francisca Gual y Sergi Pérez que han sabido reinterpretar el pasado del edificio para proyectar una rehabilitación que mira a un futuro lleno de actividad, comunidad y vida pública.

El equipo de arquitectos que proyectan la reforma de Es Sindicat. / Re[Vi]ure Es Sindicat
El equipo está formado por dos mallorquinas y tres arquitectos catalanes que coincidieron en la carrera y que ya había colaborado en otros concursos. Francisca Gual, de Santa Margalida, reconoce en nombre del equipo arquitectónico que este premio tiene un significado especial. “Ha sido una gran sorpresa y una inmensa alegría. Estamos muy agradecidos al jurado por la confianza y la oportunidad que supone este proyecto que asumimos con rigor y gran responsabilidad”. “Nos hizo mucha ilusión que las administraciones públicas y EUROPAN apostaran por Es Sindicat. Es un proyecto muy interesante a nivel patrimonial para recuperarlo y darle una nueva vida”, valora la joven arquitecta.
Re[Vi]ure Es Sindicat plantea recuperar el edificio para transformarlo en un gran equipamiento multifuncional que combine distintos usos públicos con un centro de creación cultural y artística, una zona expositiva dedicada a la memoria del pasado como bodega, así como un laboratorio de gastronomía del producto local, con tienda y restaurante, y también la incorporación de vivienda cooperativa y de vivienda pública para ciudadanos residentes en Felanitx.

Reproducción de cómo quedará Es Sindicat tras su rehabilitación. / Re[Vi]ure Es Sindicat
A nivel arquitectónico, el equipo de arquitectos razona que pese al poco tiempo que llevan ejerciendo, siempre han entendido la rehabilitación no como la congelación de un edificio en el tiempo, como si fuera una escultura o una obra artística. “Para nosotros, rehabilitar significa recuperar aquellas piezas que han quedado en desuso y devolverles la vida mediante un programa lo suficientemente potente como para que la gente vuelva a utilizarlas de forma activa”. En esta línea, plantean un conjunto de usos y programas que conviertan el edificio en un hub cultural y artístico, con espacios de formación y, sobre todo, con la incorporación de vivienda pública y cooperativa que contribuya a paliar la gran demanda habitacional existente en la actualidad.
Orgullo
“De lo que estamos más orgullosos es de no haber abordado Es Sindicat como una única pieza arquitectónica, sino desde distintos niveles”, admite el equipo de arquitectos. Así, existe un primer vínculo territorial a través del paisaje, recuperando la fauna y la flora autóctonas y todo ese mosaico agrícola que envuelve Es Sindicat. En la trama urbana, su misión es volver a conectarlo con el pueblo de Felanitx, ya que actualmente queda separado por la carretera y la rotonda existente. Finalmente, a escala de espacio público, se han centrado en los propios usos y programas del edificio.

Reproducción de cómo quedará Es Sindicat tras su rehabilitación. / CAIB
El proyecto engloba uno de los temas que más preocupan a los ciudadanos: el acceso a la vivienda. Aunque el equipo de arquitectos reconoce que esta parte se debe definir con las administraciones, su clara intención es que no se destine a vivienda libre y privada, sino que incorpore programas cooperativos, recuperando así el espíritu original del celler, que funcionaba como cooperativa vinícola. “Son modelos que quizá en Mallorca aún no están plenamente implantados, pero que en Cataluña nuestros compañeros ya han trabajado», explica Gual. Son cooperativas de usuarios que deciden convivir y promover conjuntamente sus propias promociones de vivienda. Por otra parte, si encaja dentro de los programas del IBAVI del Govern, también podría incorporarse una parte de vivienda pública: ya sea asistencial, para jóvenes o para personas mayores, pero siempre con un marcado carácter social.

Reproducción de cómo quedará Es Sindicat tras su rehabilitación. / CAIB / CAIB
Asimismo, se ha tenido en cuenta el producto local. Desde la escala territorial y urbana se plantea la creación de un pequeño parque que complemente la propuesta y en el que una de las piezas sea el cultivo. Es cierto que no es viable recuperar la vertiente vinícola —los terrenos no lo permiten—, pero sí se podrían introducir especies de cultivo autóctono que pudieran incluso transformarse en el propio edificio, o bien vincularse a un espacio gastronómico que dé valor y difunda el producto local y de proximidad.
Finalmente, Francisca Gual avanza que la primera gran cita será el 10 de diciembre. Todos los equipos ganadores a nivel estatal, unos siete, se desplazarán al Ministerio, en Madrid, concretamente a la Casa de la Arquitectura. Allí tendrá lugar la primera toma de contacto entre los equipos galardonados y las administraciones públicas. De forma paralela, el Consell de Mallorca, que es el propietario de Es Sindicat, también se ha puesto en contacto con el equipo de arquitectos para mantener una reunión con el presidente Llorenç Galmés y presentarle el proyecto.
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