Rubén Sellés está de dulce. La andadura en el Real Zaragoza del entrenador valenciano tuvo un inicio complicado, con tres derrotas en sus tres primeros partidos, pero las dos victorias en siete días que ha conseguido su equipo, ante el Huesca y el Eibar, han conseguido cambiar la cara al conjunto aragonés.
Tras el triunfo en el derbi aragonés, los tres puntos logrados en Ipurua dan un subidón a la confianza del equipo, especialmente por la manera en la que se logró, con un jugador menos durante más de una hora. La resistencia numantina del Real Zaragoza con un jugador menos tuvo un premio extraordinario, con el gol de Bakis -a tiro de Toni Moya- que daba los tres puntos al equipo.
Sin embargo, la buena gestión de esos minutos -no exentos de sufrimientos y sostenidos en la extraordinaria actuación de Andrada- tuvo una base, que reveló el propio Sellés en la rueda de prensa posterior al partido: “La semana pasada estuvimos defendiendo en los entrenamientos una inferioridad 60 minutos con una línea de cinco (defensas). Podía pasar, pero pensaba que el equipo podía ajustarse. Tenían las bases para poder hacerlo”, contó sobre el trabajo específico realizado entre semana en la Ciudad Deportiva, que sirvió como base para resistir a los ataques del Eibar.
El Real Zaragoza se colocó con una defensa de cinco jugadores, con solo un central específico (Ale Gomes), tras le lesión de Insua y la expulsión de Saidu. Le acompañaron como centrales los laterales Pomares y Aguirregabiria, con Francho y Valery en los costados. “Hemos mantenido la línea fuera del área y sabíamos que podíamos tener una oportunidad”, dijo Sellés en referencia al gol.
En su rueda de prensa, Sellés recordó que su equipo lleva dos partidos viendo dos rojas, algo que dijo que “hay que corregir”. “No podemos dar tantas facilidades al rival, no es admisible en un equipo profesional. Tenemos que solucionarlo como equipo. Somos responsables de esas situaciones, hay que cortarlo ya”.