Carlos Felipe de Orleans y Naomi-Valeska Kern están felices y han querido compartirlo haciendo pública la noticia de que van a ser padres. El viernes emitieron un comunicado en el que anunciaban que su primer hijo en común, del que no han revelado si será niño o niña, nacerá la próxima primavera. “A la espera de ese día bendito, Sus Altezas Reales agradecen a todas las personas que se unirán a su felicidad y rezan para que este momento de alegría esté rodeado de paz y amor”, expresan.

Una noticia que, sin duda, llena de felicidad al hijo de Beatriz de Orleans con la exmodelo y empresaria. La pareja se casó en septiembre de 2023 en una ceremonia civil en el Ayuntamiento de París. La novia lució un vestido abrigo de la firma madrileña Valenzuela Atelier en color gris nácar confeccionado en tafetán con manga francesa y detalle de tul fruncido en uno de los hombros.

Era la segunda boda del duque de Anjou, que antes había estado casado con la noble portuguesa Diana Alvares Pereira de Melos, duquesa de Cadaval, con quien tuvo a su hija Isabel. La joven de 13 años, ahijada del rey Felipe VI por la estrecha relación entre ambas familias y la gran amistad que comparte el monarca con Carlos Felipe de Orleans, tendrá, por tanto un hermano o hermana el próximo año. El pequeño será el nieto número 14 de Michel y Beatriz de Orelans.

Naomi también estuvo casa antes, con el diseñador alemán Otto Kern fallecido de forma trágica en Mónaco en 2017 y con quien no tuvo hijos.

El amor surgió entre los futuros padres de forma casi inmediata, nada más verde durante un almuerzo en 2019 en Mónaco; aunque tuvieron que esperar dos años hasta que pudieron constatar que aquello que sentían podía ser real. Él ha dicho que ella es la mujer de su vida. Desde luego, han superado una importante prueba de amor. Bastante polémica, además, ya que la Casa Real de Francia a la que él pertenece no reconoce el divorcio e impide el matrimonio civil, tiene que ser por católico, —exige, además, el visto bueno del Jefe de la Casa Real, el primo hermano del príncipe, Juan de Orleans—, y en caso de producirse provoca la pérdida del título de Alteza Real; algo que le sucedió al príncipe con su boda.

Carlos Felipe de Orleans sigue siendo príncipe y duque de Anjou, aunque ya no puede hacerse llamar Alteza Real. Ella, por su parte, no obtuvo con el matrimonio ningún título, ni el de princesa —lo sigue siendo su ex— ni puede usar el de duquesa de Anjou, aunque se le puede llamar Madame Charles-Philippe d’Orleans, como precisó en su momento el conde de París. Su hijo, en principio, tampoco podrá reclamar el desaparecido trono francés con, sin embargo, varios aspirantes.