Stranger Things llega a su final; pero este éxito de Netflix no surgió de la nada: antes que ella, hubo otras series de televisión con chavales que se enfrentan a fuerzas inexplicables.

Algunas de estas producciones utilizaron el terror psicológico; otras apostaron por mundos paralelos, monstruos imposibles o misterios que han de resolver sus jóvenes protagonistas.

Vamos a conocer las series que prepararon el terreno para la pandilla de Hawkins, desde clásicos hasta joyas ocultas. ¿Estás preparado?

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Eerie, Indiana (1991)

Marshall Teller se muda con su familia al pueblo de Eerie, donde los habitantes parecen atrapados en conspiraciones y sucesos de otros mundos.

Con su mezcla de elementos sobrenaturales y humor negro, esta serie de NBC recreaba la estética de los años 50, para explorar la paranoia estadounidense desde un punto de vista juvenil.

Aunque su recepción fue discreta, con los años ha adquirido estatus de culto, hasta convertirse en influencia clave para la ficción sobrenatural para adolescentes.

Pesadillas (1995)

¡El clásico entre los clásicos! Máscaras vivientes, muñecos poseídos, casas embrujadas y criaturas de todo tipo protagonizaron esta antología, que daba vida a los libros de R. L. Stine.

La serie, emitida en España por Antena 3, trataba de no exceder los límites del formato juvenil; pero sin renunciar a episodios muy inquietantes.

El impacto cultural de Pesadillas fue inmediato: además de hacer que millones de chavales descubriesen el terror, cimentó un imaginario que resonaría en Stranger Things.

Fenómenos extraños (1999)

Ir de gira con su madre cantante es la oportunidad ideal para Fiona Phillips, una joven investigadora de lo paranormal: en sus viajes se topa con misterios que pueden ayudarle a contactar su padre fallecido.

Aquí Disney Channel se alejó de su estilo más edulcorado, para abrazar influencias de Expediente X y la ciencia ficción televisiva de finales de los 90.

Pese a su accidentada producción (la protagonista fue obligada por su madre a dejar la serie en plena tercera temporada), So Weird posee una legión de fans y merece el título de joya a redescubrir.

El club de medianoche (1990)

¿Hay algo más tradicional que un grupo de adolescentes reunidos para contar historias de terror? Es también la premisa de esta serie, todo un clásico de los 90.

Cada episodio narra un relato independiente de corte sobrenatural, con una imaginaicón que se salió de los límites del formato (y de un presupuesto mínimo).

Esta producción canadiense tuvo un trasvase con Stranger Things: tras ser una de sus influencias, el éxito de la serie de Netflix dio lugar a un reboot en 2019, Are you afraid of the dark.

Buffy cazavampiros (1997)

Antes de la panda de Hawkins estuvieron los Scoobies, el nombre informal de los protagonistas de Buffy cazavampiros. Hablamos de un referente en la ficción televisiva.

Buffy Summers trata de equilibrar su vida con su labor como cazadora de demonios, vampiros y seres ancestrales, en una mitología que mezclaba, de manera magistral, terror, romance y humor.

El Buffyverso es una de las obras más influyentes de la televisión moderna. Pronto tendrá un reinicio, aunque no contará con muchos de los actores originales, como la tristemente desaparecida Michelle Trachtenberg.

Hemlock Grove (2013)

En un pueblo sumido en supersticiones, dos jóvenes se ven envueltos en unos asesinatos vinculados a criaturas sobrenaturales. ¿O tal vez son ellos los responsables?

Eli Roth produjo esta serie para Netflix, a la que dotó de un tono más brutal de lo habitual. Fue el salto a la fama de Bill Skarsgard, quien más tarde sería Pennywise en las películas de It.

Con sus temas sobre identidad sexual y conflictos familiares, Hemlock Grove ofrecía gran carga narrativa. El tiempo la ha revalorizado, y es innegable que Stranger Things “le echó un ojo”.

It (1990)

Stranger Things bebe mucho de It, el libro de Stephen King: desde el grupo de protagonistas, que remite al Club de los Perdedores, hasta su enfrentamiento con una entidad de inmenso poder.

La primera adaptación televisiva de It fue, pese a su modestia de medios, una piedra angular del terror televisivo. En ella, una pandilla trata de sobrevivir a un mal que adopta mil formas, y que también los persigue al hacerse adultos.

Tim Curry interpretó a un Pennywise que aterrorizó a millones de espectadores, en una miniserie que inspiró a otros proyectos televisivos. Por su parte, la obra de King dio lugar a dos películas y una serie precuela.

Otromundo (1985)

Durante una visita a la Gran Pirámide de Giza, se produce una conjunción de planetas milenaria; un fenómeno tan inusual que hace que la familia Sterling se traslade a otro planeta.

Thel se divide en varias regiones, todas sometidas a la Iglesia de la Inteligencia Artificial. Los Sterling recorren estos lugares en busca del camino a casa, mientras el Comandante Kroll les da caza.

La arqueología televisiva oculta maravillas como Otromundo, con apenas ocho capítulos repletos de inventiva. Thel recuerda al Mundo del Revés de Stranger Things, pero aquí es un vasto planeta, donde habitan humanos y androides.

Cuentos desde la oscuridad (1983)

Entre los años 60 y 80, las antologías de terror fueron recurrentes en el cine. Era un género también idóneo para la televisión, sobre todo si contaba con el sello del maestro George A. Romero.

El creador de las películas de zombis dio lugar a una serie que, con cuatro temporadas, presentaba todo tipo de fábulas sobrenaturales.

Tales from the Darkside cogió el testigo de Creepshow, y añadió humor negro en muchos episodios. Tuvo además una nómina de grandes autores, como Clive Barker, Roberth Bloch, Harlan Ellison y por supuesto, Stephen King.

Los rebeldes de la ciencia (1985)

En busca de seres con habilidades sobrehumanas, un científico lidera el equipo más peculiar: un hombre capaz de reducir su tamaño a 28 cm, una joven telequinética y un rockero con poderes eléctricos.

La premisa de Misfits of science era propia de los 80, con series que eran una apuesta arriesgada: o se convertían en éxitos rotundos… O bien no pasaban de la primera temporada, como en este caso.

Pese a todo, esta producción fue otro de los cimientos de Stranger Things, y definió el concepto de “grupo variopinto con poderes”. Además, supuso la presentación de Courteney Cox, mucho antes de Friends.

Dead of Summer (2016)

En el verano de 1989, un grupo de jóvenes visita Camp Stillwater; allí, entidades demoníacas y secretos oscuros transforman sus vacaciones en una experiencia terrorífica.

Dead of Summer evocaba el cine slasher de los 80, mezclado con elementos paranormales y referencias al pánico satánico. Todo ello, al ritmo del mejor rock y synth pop de la época.

Pero ninguno de esos ingredientes dio lugar a una mezcla ganadora. Hoy, muy pocos recuerdan esta producción, aunque fue clave en el resurgir del terror juvenil de estilo retro.

Dentro del laberinto (1981)

Rothgo, un mago atrapado entre dimensiones, recluta la ayuda de tres jóvenes para recuperar la Nidus, una reliquia mágica capaz de restaurar su poder.

A través de varias épocas y mundos paralelos, Phil, Terry y Helen deben impedir que la malvada Belor se apodere del artefacto. Lo hicieron durante tres intensas temporadas para todas las edades.

La televisión británica más desprejuiciada dio lugar a Into the Labyrinth, una serie que, con sus ecos de Doctor Who y el folk horror, dejó huella en millones de espectadores. En España la disfrutamos gracias a RTVE.

Si lo has pasado genial con las series que precedieron a Stranger Things, no te pierdas las referencias cinéfilas de la serie, las mejores series de terror para hacer maratones, y las películas imprescindibles del género de los 80.