A razón del pulso que siguen manteniendo tanto el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, como los sindicatos policiales, el primer turno de la Policía Local de Sevilla no envió ningún efectivo de cara a cubrir el partido que se disputa en el estadio … en la Cartuja a las 16.15 de la tarde entre el Betis y el Girona. Lo único que se encontraba a falta de dos horas para el envite era un patrullero de la Policía Local de Santiponce, que según reflejan a este periódico, suele formar parte del dispositivo de forma habitual, aunque hoy es aún más llamativo. En el segundo turno sí que han ido apareciendo algunos patrulleros, aunque no los suficientes para un dispositivo de este calado. Es lo que ha quedado patente a tenor de un breve paseo por los puntos más elementales en los que normalmente el dispositivo de seguridad suele desplegarse para poder ir regulando tanto el tráfico como ir asistiendo a las personas que necesiten ser atendidas ante cualquier posible emergencia a ese lado de la isla de la Cartuja.
De este modo, se ha podido comprobar este domingo cuando el reloj ya quedaban tres horas para el encuentro, que es cuando suele ponerse en funcionamiento el operativo global, que ningún patrullero de la Policía Local de la capital andaba custodiando la seguridad de quienes estaban desplazándose al encuentro en el citado recinto sevillano. Se ha podido ver en los aledaños del estadio de la Cartuja un automóvil perteneciente al municipio de Santiponce, que comparte con la capital hispalense la propiedad del propio recinto deportivo. Así que Sevilla ha tenido que recurrir a los miembros de seguridad de esta localidad ante el retraso de sus propios policías, que han ido apareciendo a pocos minutos de que arranque el partido. Ello ha provocado problemas a la hora de atender problemas en otros puntos de la ciudad, muy mermados igualmente por la falta generalizada de agentes.
Ni en la avenida de los Descubrimientos, ni en el cruce de la avenida Carlos III, que es donde suelen ponerse al menos dos agentes de forma habitual en los enfrentamientos anteriores, ha habido miembros de la Policía Local de Sevilla por las mencionadas negociaciones. Otro de los lugares en los que se solía ver otros días la presencia de sus integrantes tan esenciales era a la entrada de la SE-30, por debajo del Puente del Alamillo, donde normalmente se colocaban miembros de la Policía Local para recibir entre otros, a los medios de comunicación que cubren el choque. Sin embargo, este domingo se da la circunstancia de que los que están en su lugar son profesionales de la seguridad privada de la Cartuja, que debe redoblar esfuerzos ante la falta de apoyo policial.

Miembros de la seguridad privada de la Cartuja, haciendo el trabajo que suele desempeñar la Policía Local
Manuel Gómez / ABC
De 15 patrulleros, medida habitual para un partido del Betis, a pocos
Se recuerda en este punto que el sindicato mayoritario de la Policía Local en Sevilla ya estableció que un choque de Betis o Sevilla suele contar con unas 15 patrullas. Hoy brillan por su ausencia por esa negociación entre el Ayuntamiento y el sindicato, que según aseguran a este periódico están por la labor de pedirle al alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, que suspenda alguno de los eventos ante la imposibilidad de poder llegar a todos los frentes. Apuntan en ese mismo sentido que ni la Carrera de la Mujer de Sevilla ni algunas salidas procesionales recientes han tenido policías locales. La más multitudinaria, la celebrada el pasado sábado en la salida extraordinaria de la hermandad de las Penas, tan sólo contó con dos miembros de la Policía Local.
Sí se ha podido ver desde primera hora de la mañana de este domingo a algunos componentes de la Policía Nacional, que han ido llegando al estadio de la Cartuja en sus coches policiales para poder atender las exigencias que marque este encuentro, que si se cumplen las previsiones, será uno de los duelos que más personas presencien en el coliseo sevillano, cuyo aforo máximo se recuerda es de 70.000 personas. Sevilla vive un fin de semana marcado por la numerosa presencia de personas en el centro y en otros puntos de la ciudad y con las negociaciones policiales cogidas con alfileres.