Con motivo del 50 aniversario de la democracia en España, la Familia Real ha celebrado en El Pardo un almuerzo que ha estado marcado por el blindaje del interior ante la prensa y su carácter íntimo y familiar. A su llegada a la histórica construcción donde se han reunido con numerosas figuras pertenecientes a la dinastía de Borbón y Grecia, Felipe VI y su hija, la Princesa Leonor, se han saltado una ‘norma no escrita’ que vela por su integridad.

Se trata del precepto que, pese a no estar registrado en ningún lugar, indica que el Rey y el heredero o heredera no deben viajar en el mismo vehículo. Una premisa implantada para evitar que cualquier accidente o imprevisto llegue a afectar a los dos a la vez y pueda poner en riesgo la continuidad de la Corona. De esta manera, y tras llegar juntos y acompañados por la Reina Letizia y la Infanta Sofía, durante la jornada de ayer, esta indicación quedó totalmente diluida.

Lo cierto es que no es la primera vez que esto ocurre, el monarca y la primera en la línea de sucesión al trono han compartido medio de transporte en otras ocasiones. Suele suceder en actos que no se encuentran dentro de sus obligaciones oficiales, como los primeros días de colegio de sus hijas cuando eran pequeñas o el trayecto hasta la casa de Jesús Ortiz, padre de la Reina, para comer el roscón de Reyes el 6 de enero.

Para los viajes, esta no es la única indicación que debe seguir la Familia Real. Con el fin de estar prevenidos, los Reyes tanto de España como de otras Casas Reales, deben incluir en su equipaje un estilismo oscuro por si en algún momento tienen que acudir de forma inesperada a un entierro, actos en los que, por protocolo, deben vestir de riguroso luto.

Los detalles del almuerzo

El salón de los Austrias fue el escenario en el que los asistentes disfrutaron de un cóctel previo a la comida. Una vez sentados a la mesa, fueron agasajados con un exquisito menú servido por el catering Alabardero, del Grupo Lezama, que constaba de un primer plato —boletus edulis—, un segundo —mero—, postre y café.

Doña Sofía, a la salida del almuerzo familiarGTRES

Mientras los comensales degustaban el pase dulce, Felipe VI, micrófono en mano, pronunció unas palabras en las que entrelazó lo institucional y lo personal y que emocionaron a sus padres, la Reina Sofía y el Rey Juan Carlos. Cuando finalizó el encuentro, el abuelo de la Princesa Leonor fue el primero en abandonar la finca. Tras él lo hicieron el resto de los asistentes, a excepción de la Reina Letizia y sus hijas, que regresaron a su residencia saliendo por otro de los accesos de El Pardo en el que no estaba congregada la prensa.

Siguiendo los datos que maneja Alejandro Entrambasaguas, la Reina no se separó de sus hijas en ningún momento de la jornada, mostrando así una actitud protectora ante la situación a la que se estaban enfrentando. Esto se debe a que es el primer encuentro entre Doña Letizia y al Rey Juan Carlos tras la publicación de Reconciliación, un libro de memorias que ha puesto de manifiesto la opinión del padre del actual Rey de España en relación al papel de Letizia respecto a la cohesión familiar.