Varias decentas de personas se reunieron este domingo ante la sede del Tribunal Supremo en una protesta más simbólica que multitudinaria para protestar contra la condena al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. Diversos colectivos sociales y sindicales habían llamado a mostrar … rechazo, pero la asistencia, aunque ruidosa, no logró la presión visual que muchos daban por hecha.
Entre gritos de «vergüenza», «golpistas con toga» y «esto es política, no justicia», los presentes criticaron la decisión del alto tribunal, que avanzó una pena de dos años de inhabilitación y 7.200 euros de multa por un delito de revelación de datos reservados, a raíz de la filtración de un correo que apuntaba a un fraude fiscal de la pareja de Isabel Díaz Ayuso.
La presencia de figuras como la exfiscal general Dolores Delgado y su pareja, el exjuez Baltasar Garzón añadió densidad al acto, aunque no consiguió elevar el volumen de una concentración que, por momentos, parecía más un gesto de resistencia que una demostración de fuerza. Garzón, condenado a once años de inhabilitación por el Supremo en el caso Gürtel, calificó el fallo contra García Ortiz de «injusto» y «arbitrario». Criticó, además, que se adelantara sin explicar los fundamentos jurídicos, un movimiento que, según sostuvo, «revictimiza» al fiscal y alimenta el «desasosiego» institucional.
Ese malestar impregnó el ambiente, pero también dejó al descubierto el contraste entre la indignación expresada y la limitada capacidad de movilización. Garzón advirtió de que decisiones como esta erosionan la confianza en la justicia, que la ciudadanía espera «clara, justa y comprensible».
El manifiesto leído en la concentración, obra de participantes anónimos sobre el papel al menos —«gente de a pie, demócratas», «sin siglas ni banderas»—, denunció una posible vulneración de la presunción de inocencia y la falta de peso otorgado a testigos clave de la defensa. Javier Álvarez, el encargado de leerlo, resumió su postura con una crítica directa al Supremo por actuar «con una clara intención política».