Redacción
La ingesta de componentes vegetales, como los ácidos fenólicos o la isoflavona, podría tener relación directa con el riesgo de desarrollar neoplasias linfoides, un tipo de cáncer de la sangre como es el linfoma de Hodgkin, según un estudio del Idibell-ICO.

Los polifenoles son un componente con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que se encuentran en la mayoría de alimentos vegetales. La isoflavona, que está presente en la soja, cuenta con «cierta acción protectora reduciendo ligeramente el riesgo de linfomas», como destacan los investigadores. Sin embargo, los ácidos fenólicos, que aparecen en el café, se relaciona con un aumento del riesgo de linfoma de Hogdkin.

El investigador principal del Idibell-ICO y codirector del estudio, Raúl Zamora, destaca que «las asociaciones que hemos encontrado son un buen punto de partida, pero hay que situarlas en su contexto y completar nuestras observaciones con otros estudios». Además, añade que este estudio es «una primera tentativa de salir del laboratorio y comprobar si las propiedades de los polifenoles son lo que se pensaba», lo que les motiva a «plantear nuevas hipótesis e investigaciones para profundizar en las propiedades de estos compuestos».

«Las asociaciones que hemos encontrado son un buen punto de partida, pero hay que situarles en su contexto y completar nuestras observaciones con otros estudios», señala el Dr. Zamora

El estudio se ha publicado en la revista British Journal of Cancer, y se ha realizado en el marco de la cohorte europea EPIC (European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition), un proyecto colaborativo europeo iniciado en los años 90 donde se reclutó a más de 350.000 personas de siete países. Durante 14 años, se ha realizado un seguimiento de estos pacientes para investigar las relaciones entre la dieta, los estilos de vida, la genética, el cáncer y otras enfermedades crónicas.

Este estudio EPIC ha permitido identificar a a 2.394 participantes que han desarrollado neoplasias linfoides durante el seguimiento. A través de una comparación en la dieta se analizó las diferencias entre personas que sí desarrollaron cáncer y quienes no tras la ingesta de polifenoles. Además, la cantidad enorme de datos recogidos en este estudio también permite explorar esta relación en subtipos de neoplasias linfoides menos frecuentes.

A través de una comparación en la dieta se analizó las diferencias entre personas que sí desarrollaron cáncer y quienes no tras la ingesta de polifenoles

Las neoplasias linfoides son un grupo heterogéneo de cánceres de la sangre y «existen más de 75 tipos de neoplasias linfoides, más o menos agresivas, con tratamientos y pronósticos radicalmente diferentes», informa la Dra. Delphine Casabonne, investigadora principal del Ciberesp e Idibell-ICO, experta en epidemiología de las neoplasias linfoides y codirectora del estudio.

Esta diferencia es la que «dificulta su estudio, pero hay que seguir investigando para entender cómo se desarrollan y cómo podemos prevenirlos. De estos cánceres conocemos pocos factores de riesgo modificables. Por ello, estudios como este son importantes para identificar nuevos potenciales factores de riesgos o protectores», concluye la Dra. Casabonne.

«Existen más de 75 tipos de neoplasias linfoides, más o menos agresivas, con tratamientos y pronósticos radicalmente diferentes», informa la Dra. Delphine Casabonne

La dieta es un factor que varía entre poblaciones, especialmente en diferentes zonas geográficas o países. De esta forma, se analizó el consumo medio diario de polifenoles. España fue el país con una ingesta más baja, mientras los daneses fueron quienes registraron un mayor consumo.

Los investigadores también señalan la diferencia de hábitos entre diferentes regiones de un mismo país, además de la evolución que experimentan los hábitos dietéticos y la creciente tendencia a aumentar los componentes vegetales en la dieta, que podría tener un impacto en la salud que aún se debe estudiar.

«Estamos trabajando en ello. De hecho, la incidencia de algunos subtipos de neoplasias linfoides en población asiática es menor. Si es cosa de la dieta, y la soja como componente principal de sus hábitos alimentarios tiene algo que ver, todavía debemos descubrirlo. Los estudios en poblaciones asiáticas con un alto consumo de productos de soja ayudarán a aclarar esta relación», concluye la Dra. Casabonne.