VALÈNCIA. «No retenemos el talento porque el tamaño de nuestra industria es insuficiente para retribuirlo». Así lo apunta el director general de Innovación, Juan José Cortés, quien pone el foco en uno de los problemas estructurales que, a su juicio, condicionan la competitividad de la Comunitat Valenciana. No obstante, el alto cargo de la Conselleria de Industria considera que la autonomía sí está bien posicionada a nivel de innovación y que está afianzando las bases para el futuro. «Lo estamos haciendo bastante bien. De hecho, este año hemos pasado a ser una región fuerte dentro del ránking europeo de regiones innovadoras. Hemos subido a la primera liga en España junto a Barcelona, País Vasco y la Comunidad de Madrid y con bastante menos presupuesto, lo que tiene más mérito», reconoce.

El responsable autonómico destaca que el ecosistema innovador valenciano cuenta con una estructura consolidada, formada por universidades, parques científicos, institutos tecnológicos y agentes de innovación desplegados en el territorio. Estos elementos han contribuido a elevar la capacidad de transferencia y a reforzar la colaboración público-privada. No obstante, señala la importancia de incidir en los clúster y usar a los institutos tecnológicos como impulsores de la innovación empresarial. 

Otra de las cuestiones que Cortés identifica como decisivas para acelerar la modernización del tejido productivo es la compra pública innovadora, una herramienta que permite a la administración impulsar soluciones que aún no existen en el mercado. El director general defiende que, pese a su complejidad, es una vía que debe verse como una inversión. «La capacidad de gasto de la administración puede excitar a las empresas a que resuelvan retos», señala. Es una herramienta muy potente y, a pesar de todo, en 2024-2025 hemos sacado solo dos o tres proyectos. Hay que ir concienciando y demostrar que sí podemos hacer innovación a través de la compra pública innovadora», recalca.

– ¿En qué punto estaba el ecosistema innovador de la Comunitat Valenciana cuando llegan a la Generalitat?

– Primero habría que plantearse, qué entendemos por innovación. Tenemos la social, aquella que trata de resolver problemas de la ciudadanía donde distintas administraciones trabajan conjuntamente para solucionar estos retos. Luego, tenemos la innovación como herramienta de competitividad. ¿Cómo nos diferenciamos? A través de la innovación. Vivimos en un mundo saturado de oferta. Hemos llegado a una economía de océanos rojos en la que cada cliente que uno gana prácticamente es un cliente que está quitándole al otro. Y, en esos océanos, o eres muy barato o eres diferente. Y la innovación es el mejor camino para diferenciarse.

Este año hemos pasado a ser una región fuerte dentro del ranking europeo de regiones innovadoras»

En Comunitat Valenciana, creo que lo estamos haciendo bastante bien. De hecho, este año hemos pasado a ser una región fuerte dentro del ranking europeo de regiones innovadoras. Hemos subido a la primera liga en España junto a Barcelona, País Vasco y la Comunidad de Madrid y con bastante menos presupuesto, lo que tiene más mérito. Es verdad que tenemos un ecosistema diseñado que es la suma de la inspiración de otros modelos de éxito, y bastante bien imbricado. Tenemos la academia, las universidades y los parques científicos. A las administraciones públicas, las empresas y a la sociedad civil.

Por un lado, está la investigación básica y luego el brazo armado de la innovación, que son los institutos tecnológicos. Una figura que se replica y se copia en parte de España y en Europa. Y junto a éstos tenemos los agentes de innovación, que es una herramienta que se ha demostrado muy potente. En este sentido, hemos creado los agentes de innovación de proximidad, tanto para los polígonos industriales como para las áreas rurales. El primer año ha sido de mucho éxito y vamos a intentar incrementar el presupuesto para esas líneas. Hay que llevar la innovación allá donde están las empresas, que son los parques empresariales. Y, sobre todo, porque la realidad valenciana es de pequeñas y muy pequeñas empresas que no hablan el idioma, no tienen departamento de I+D+i, y los institutos tecnológicos y los agentes de innovación son clave para acercarla.






– Unas de las figuras más recientes que se ha puesto en marcha es la de los enclaves tecnológicos, para la que València ya tiene el reconocimiento provisional. ¿Alguna más lo ha solicitado?

– Que yo sepa, en principio no. Es una figura muy novedosa. Dentro del ecosistema valenciano tenemos polos de innovación que tiene que ver mucho con los clúster tradicionales de la industria como el zapato, el turrón, el juguete, la cerámica o el agroalimentario. Pero, concretamente esa figura, es todavía novedosa y parte de industria. Y, aunque no es mi competencia, es una de las manera con las que, desde la administración, vamos a intentar llegar a esa transformación digital del territorio. Tenemos varios drivers, pero uno es el talento y, por otro lado, el territorio. En este sentido, Valencia, por masa crítica y otros muchos factores, hay que quitarse el sombrero.

València es una de las ciudades más innovadoras no solo de España, sino de Europa»

Es una de las capitales más innovadoras no solo de España, sino de Europa. El talento existe, se promociona, se cuida, se desarrolla y tenemos que estar bastante orgullosos de cómo la administración regional y el Ayuntamiento de València están haciendo una labor muy considerable. El equipo de innovación del consistorio es ejemplar y, a Fermín Cerezo, uno de los responsables, no solo lo han galardonado sino que le han ofrecido puestos a nivel nacional. 

De hecho, estamos en La Harinera, y junto al Ayuntamiento hemos conseguido sacar de Madrid el proyecto de talento digital de la Once para personas con discapacidad y es el primero que está fuera de allí. València, con su alcaldesa y la concejal Paula Llobet, allá por donde vayas, a cualquier feria de innovación del mundo, están. 

– Cuándo llega al puesto de la dirección general de Innovación, ¿en qué ven necesario mejorar para seguir avanzando?

– Es una pregunta bastante interesante. Como en todo proyecto de transformación digital hay pequeñas victorias que se pueden hacer ya y hay cosas de más calado que requieren tiempo. Respecto a lo primero, no se entendía muy bien el porqué no se exigían planes de negocio para otorgar ayudas. El hecho de que los recursos para desarrollar un proyecto innovador vengan de la administración, no tiene que eximir de la obligación, como así ocurre en la financiación privada, de tener un plan solvente. Tampoco se entendía que en el presupuesto que manejamos sí se examina la viabilidad técnica de los proyectos y el carácter innovador, no se valorara si el producto iba a ser admitido en el mercado, a qué precio se iba a vender, a través de qué canales, estrategia comercial y territorio.

En mi caso entiendo la innovación como aquel producto y servicio que hoy no existe y que, una vez se pone en el mercado, este lo acepta y lo compra. Porque si no, nos ocurrirá como tantas veces los papers en la universidad. Investigaciones muy chulas, con mucho rigor y recursos, pero que no se transfieren a un producto o servicio que reciba la sociedad. También están los agentes innovadores, que se quedaban muy pegados a donde se genera el conocimiento. Ahora queremos que se den los instrumentos para que exista una transferencia. Ahora, queremos que den ese apoyo para entender cómo se hace un proceso de innovación, que es bastante complejo. 

En todo caso, la innovación casa mal con la administración, porque siempre es con miras largas y horizontal»

En todo caso, la innovación casa mal con la administración, porque siempre es con miras largas y horizontal y muy de mezclar y de hibridar. Y la administración siempre va a muy corto plazo, porque los gobiernos tienen ese deadline de cuatro años y es muy jerárquico. Pero uno de los aciertos fue crear esta conselleria donde industria, innovación y emprendimiento vamos de la mano intentando cambiarlo.






– ¿Y cuáles son esos planes a largo plazo que se necesitan?

– Alineado con el país, tenemos una problemática crucial que es el tamaño de las empresas. Ocurre un fenómeno curioso, generamos talento e incluso intentamos desde la Generalitat generar las oportunidades para que ese talento se desarrolle, y cuando éste empieza a brillar se compra y se va. No tenemos capacidad para retener el talento porque no tenemos el tamaño de las industrias suficiente para retribuirlo en condiciones de mercado. Y eso es un mal endémico no solo de la Comunitat Valenciana, sino de toda España. Por eso, la estrategia tiene que ser conjunta y a largo plazo. Eso significa un cambio de cultura. 

El ADN empresarial de la Comunitat Valenciana nos ha posicionado como la mayor región exportadora de toda España. Y lo que en su día ese ADN hizo que cruzáramos el charco para poner el mármol de Novelda en el capitóleo de los Estados Unidos y lleváramos zapatos, la naranja o nuestra cerámica, ahora no es suficiente. Eso tuvo sentido en un mercado donde todos los bienes y servicios se vendían y solo había que atreverse a salir fuera. El mercado ha cambiado por completo. Ahora se necesita tener un tamaño suficiente para precisamente generar y retener el talento y poder competir. 

Me gustaría que se empezaran a hacer alianzas estratégicas»

Una de las estrategias que a mí me gustaría, y con ello estamos en el plan de reindustrialización, es empezar a hacer alianzas estratégicas. En todo aquello en lo que no sea un factor clave para mi éxito respecto a la competencia, voy a arrimarme a mi vecino y a mi proveedor y voy a tratar de ver que el mercado es el mundo entero. Muchas veces nos empeñamos por competir en una región por un mismo cliente, cuando el mundo es muy grande. Esto tiene que ver con el tamaño de las empresas, todavía muy familiares, la gobernanza y la cultura. Mientras no haya ese cambio generacional y la mente abierta, difícil. Los jóvenes emprendedores no tienen ningún problema en asociarse, alinearse, establecer alianzas y ver dónde aporta cada uno mayor valor y salir fuera. No así la gente de mi generación. Y esto es muy importante, porque si no conseguimos tamaño no podremos retener talento. Ese es el último camino.






– ¿Cómo va a impactar la estrategia de clústeres en este crecimiento empresarial?

– Hay que darles cauces y formas para ayudar. Todo esto es complejo, porque los empresarios ya tienen bastante con abrir la persiana, generar empleo y riqueza, cumplir la normativa, competir en esos mercados y desde la administración debemos facilitarles. La estrategia de la política de clústers viene desde Europa, está bien diseñada y el reto para nosotros es adaptarla. Desde Industria, hay un instrumento que son las mesas sectoriales y que, desde que nos incorporamos al Gobierno, junto con el director general de Industria, acudimos. El reto será implantarla poco a poco. Eso requiere un diagnóstico para empezar que ya está en marcha, dentro del plan de reindustrialización y, sector por sector, ir aunando esas fuerzas.

Por ejemplo, en el sector de la cerámica, seguro que hay infraestructuras y elementos que se pueden compartir sin know how de éxito con el que compito, pero sí infraestructuras comunes que antes en unas circunstancias de mucha demanda donde todos vendemos en mercados que crecen, tengo para mí solo. Mi flota, mis propios hornos, mis proveedores,… Quizá ahora hay que ir a la optimización de infraestructuras comunes y proveedores de servicios, haciendo pools aunque se mantenga en secreto la clave del éxito. Pero así, minoramos costes. Todas estas reflexiones se deben hacer desde el clúster o un foro común. Por eso decía que son soluciones a medio plazo y desde la secretaría autonómica de Industria se está empujando.

– ¿En qué punto se encuentra el presupuesto en innovación para 2026? ¿Aumentará?

– Vamos a mantener el presupuesto, a pesar de que a nadie se le escapa que tenemos un plan de reconstrucción con un presupuesto mil millonario, como no podía ser de otra manera. Es el objetivo principal del Gobierno no es solo reconstruir lo destruido por la Dana, sino aprovechar para reenfocar en base a estrategia las nuevas oportunidades que podrían surgir en un área o una industria. El presupuesto se mantiene, que ya es mucho, porque todas las consellerias hemos detraído partidas para esos créditos extraordinarios de la Dana. Pero hay ayudas en innovación directamente ligadas a la Dana. Proyectos de innovación que tienen que ver con nuevos materiales para evitar posibles nuevas catástrofes naturales o incendios. También hemos presupuestado una plataforma tecnológica de gestión de la información de satélites, drones, vuelos no tripulados, imágenes de Aemet, o de la Confederación Hidrográfica del Júcar.

La previsión global de los presupuestos de innovación son unos 270 millones»

La previsión global son unos 270 millones. Hablando de alguna partida concreta, de la que sí que tengo la cifra, es ‘Territoris innovadors’, por ejemplo. Es una línea de ayudas a los municipios en concurrencia competitiva para proyectos de innovación que se traducen automáticamente en beneficios y servicios para los ciudadanos de los pueblos. Ha resultado de tanto éxito que la hemos duplicado, porque había muchos proyectos que se quedaban fuera simplemente porque no había más recursos. Una línea que vamos a ir consolidando y donde hemos creado una sublínea para extrapolar casos de éxito. Por ejemplo, tenemos el programa Rural Life, en Aras de los Olmos, donde se ha monitorizado a la población en un tiempo determinado su conducta de actividad física, alimentación, rutina de sueño, medicación, esparcimiento, ocio, movilidad,…. Y con esa información, se crean productos adaptados a esa población. Esto se está exportando a toda España. 

O el asistente virtual Ali del Ayuntamiento de Alicante. Es un código abierto y un caso de éxito que ha sido premiado en España y Europa como innovador. Un asistente al que los ciudadanos pueden acceder y contactar fácilmente con la administración. Y ahora vamos a financiar que otros ayuntamientos se puedan beneficiar.






– ¿Se ha conseguido avanzar en la implantación de la compra pública innovadora?

– Es uno de los elementos más tractores. La capacidad de gasto que tiene la propia administración para estimular a las empresas a que resuelvan retos, desde el punto de vista de la oferta y la demanda. En compra pública innovadora, este que te habla ha cogido su maleta de vendedor y se ha ido a casi todas las consellerias presentando las bondades y explicando. Es un proceso complejo desde el punto de vista jurídico y decirle a un funcionario que tiene que poner su firma en comprar algo que no existe y que es posible que no sirva, no les cuadra.

Pero la ley lo prevé, hay casos de éxito en Comunitat Valenciana. Desde la empresa ilicitana PLD Space hasta el asistente virtual del que hablaba, son ejemplos de innovación que surgen a partir de compra pública innovadora. Se trata de ver cómo convencemos a los que tienen esa capacidad de gasto. Al final, está la compra pública innovadora catalítica en la que, esta dirección general, se pone a disposición del resto de administraciones y les hacemos un llave en mano. Nos reunimos con sus equipo para ver qué necesitan.

La compra pública innovadora es una herramienta muy potente»

Estuvimos con infraestructuras para los trenes de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana. Un sistema de intercomunicación para los vagones que se queden dentro de un túnel. Se seleccionan los retos y nosotros hacemos todo el proceso administrativo hasta llegar al piloto y lo financiamos. Esto es una herramienta muy potente y, a pesar de todo, en 2024-2025 hemos sacado solo dos o tres proyectos. Hay que ir concienciando y demostrar que sí podemos hacer innovación a través de la compra pública innovadora, porque permite tener un sector público emprendedor. No hay que verlo como un gasto, sino como una inversión. Por el lado de la demanda pones retos y necesidades de la administración y acercas a las startups a la administración y por el lado de la oferta que sean las propias empresas las que puedan dirigirse a la administración para dar solución a retos que ellos mismos han detectado.






-¿Cómo ha afectado el Plan Simplifica a la parte de Innovación?

– La dirección general de Simplificación, que cae de Presidencia junto con TICs, están haciendo una labor ímproba. Pero estamos haciendo ya una prueba piloto con dos convocatorias. Una de concurrencia competitiva y otra de CPI, para aplicar esa automatización a la revisión de documentación con inteligencia artificial para que diga si está completa o no. Son casos de uso que están encima de la mesa y solo tenemos que darle al botón, pero se está haciendo con éxito en otras consellerias. Es verdad que hay que aplicar la regla de pareto, el 80-20, y han ido primero dónde más falta hace, porque hay más contacto con el ciudadano y más burocracia, por lo que hay más impacto. Han pasado por Urbanismo, Sanidad, Dependencia y próximamente llegará a Innovación.

-¿En qué punto están los hubs de innovación del Puerto de Alicante y el Puerto de Castellón?

– Ya estamos en la fase de adjudicación de los dos contratos de asesoramiento técnico. Aquellos contratos que van a definir cómo van a cumplimentarse las propias instalaciones y qué va en cada sitio. En el de Castellón, que vamos a hacerlo en los antiguos cines que están en el propio Puerto, o en el de Alicante que van en Las Naves de Amaro. Durante este 2026, podremos aprobar la ejecución de las obras y para 2027 estaremos en capacidad de ponerlo en marcha. Ahora ya, con el plan estratégico, estamos buscando las empresas que queremos que gestionen esos espacios y atraer, junto con la oficina de atracción de inversiones de la Generalitat Valenciana y las locales, compañías tractoras. 

– ¿En qué sectores se quiere incidir más con este apoyo a la innovación?

– Hay algunos sectores que son cruciales. El aeroespacial sí o sí. El audiovisual. Estamos en plena fase de plan estratégico de aeroespacial, con las reuniones con KPMG. El audiovisual se asignó a PwC. Estos son dos sectores de muy alto valor añadido. La conversión de cada película que se rueda en la Comunitat Valenciana genera muchísimo retorno. El aeroespacial junto a la defensa es un sector con mucho valor añadido. Estamos sembrando hoy y la Comunitat Valenciana será de las más potentes en España y en Europa. En aeroespacial tenemos toda la cadena de valor. Lanzamos cohetes, diseñamos, los operamos, diseñamos y fabricamos satélites y tenemos sistemas para procesar cuando los datos llegan en áreas como emergencias o agricultura de precisión. Tenemos todos los mimbres para ser una potencia en aeroespacial. 

Pero también tenemos el sector de los chips y semiconductores pasar de electrones a la fotónica. Ese talento lo tenemos en la Comunitat Valenciana. El futuro Silicon Valley de la fotónica está aquí. Mencionar además el sector biotech o el agroalimentario. Además, los institutos tecnológicos son esa piedra angular que soporta muchos proyectos que se convierten en servicios de futuro e incluso ellos tienen Redit Ventures para poner en marcha nuevos proyectos.