¿Quién no ha soñado con tener su propia pantalla de cine en casa? Aquellos que disfrutamos con el séptimo arte siempre hemos pensado en tener una mansión con su propia sala, pero la realidad termina alejándonos de ese sueño. Sorprendentemente, algunas personas no tienen reparos a la hora de sacrificar espacios para construir monstruos tecnológicos juntando cuatro televisores, pero lo hacen sin saber que es la peor idea que podrían tener.

Un Frankenstein de 4.000 euros

En un hilo de Reddit, un usuario compartió la foto de una persona que juntó cuatro televisores OLED de 65 pulgadas para construir su propia pantalla de cine. En la foto original, se puede ver al hombre posando orgulloso junto a su construcción, pero hay un problema: es un monstruo más grande que él que tapa la ventana de la habitación. Además, teniendo en cuenta el valor de un televisor OLED, hablamos de un experimento que puede superar la barrera de los 4.000 euros sin problema.

Como era de esperar, la publicación se llenó de comentarios de todo tipo: alabanzas, chistes y observaciones sobre qué aspectos se podrían mejorar. En relación con estos últimos, existe una idea general que ha estado presente en cientos de comentarios: ¿por qué no compró un proyector para lograr una imagen gigante? Al hacerlo, no solo habría ahorrado en la parte económica, sino que también se habría despedido de las complicaciones técnicas.


Una pareja construyó un centro de datos en su cobertizo. No lo han hecho por amor a la tecnología, sino por ahorrar en calefacción

Un montaje con cuatro televisores implica mucha complicación técnica, ya que se necesita un controlador que sincronice las pantallas al mismo tiempo que ajusta la señal. Además, también tendrá que colgar físicamente los cuatro televisores en la pared, pero lo más problemático de todo es que el resultado siempre refleja un fino cruce negro en el centro de la imagen. Por ende, esto rompe la sensación de contar con una pantalla única y recuerda que, en realidad, son cuatro televisores unidos.

A diferencia de este gigantesco Frankenstein de televisores, un proyector ofrece rangos visuales de 100 a 150 pulgadas con un coste infinitamente menor. De hecho, también ocupa menos espacio y, en casos como el del protagonista de la historia de hoy, permite recuperar la ventana solo recogiendo la pantalla. Para muchos, el impacto estético ha sido uno de los aspectos más negativos, dado que una pared ocupada por cuatro pantallas negras apagadas domina por completo el salón.

Para muchos, un televisor gigantesco ya es molesto, razón por la que no se quieren imaginar lo que tiene que ser convivir con un «muro negro» que tapa una de las ventanas. Así, aunque se trata de una construcción curiosa, en realidad podría ser una idea con más problemas que soluciones. A la larga, el mantenimiento de uno de los televisores podría llegar a estropear el resto del conjunto, motivo por el que un proyector habría sido una idea más recomendable.

Imagen principal de Reddit

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