Si Simeone se propuso ser incómodo para el duopolio Madrid-Barça cuando llegó al Atlético, Bordalás llegó al fútbol de élite y al Getafe para incomodar a cualquier equipo que se le cruce. Lo comprobaron los futbolistas de Simeone, que ganaron con un tanto en propia puerta de Duarte. A un magnífico David Soria, tres intervenciones prodigiosas, solo le pudo batir su central. El gol se vendió caro, que era lo que buscó el Getafe.

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David Soria, Abdel Abqar (Kiko Femenía, min. 76), Juan Iglesias (Juanmi, min. 86), Diego Rico, Domingos Duarte, Luis Milla (Javi Muñoz, min. 89), Djené Dakonam, Mauro Arambarri, Mario Martín (Alex Sancris, min. 85), Adrián Liso (Coba da Costa, min. 75) y Borja Mayoral
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Juan Musso, José María Giménez, Clément Lenglet, Matteo Ruggeri (Conor Gallagher, min. 68), Nahuel Molina, Koke (Alexander Sørloth, min. 58), Álex Baena, Marcos Llorente (Antoine Griezmann, min. 13), Pablo Barrios, Nico González (Dávid Hancko, min. 68) y Julián Alvarez (Giacomo Raspadori, min. 58)
Goles
0-1 min. 81: Domingos Duarte
Arbitro Guillermo Cuadra Fernández
Tarjetas amarillas
Abdel Abqar (min. 39), Julián Álvarez (min. 48), Giménez (min. 56), Mario Martín (min. 78), Simeone (min. 80), Juan Musso (min. 90)
Se presentó el Atlético para el partido áspero que se a aventuraba sin Oblak y sin Giuliano con lo que la poderosa banda derecha del Atlético quedaba reducida a Llorente. A su espalda Nahuel Molina, que aún busca encontrar una versión decente del futbolista que se coronó campeón del mundo. La novedad del Cholo fue escorar a Barrios a la derecha juntar a Koke con Baena en el medio y a Nico González en la izquierda por delante del meritorio Ruggeri.
Un plan al que Bordalás opuso hormigón armado. Djené de mediocentro formando un triángulo cementero con el completo Milla y el machacón Arambarri. A esa terna le guardaba las espaldas dos centrales sobrios y agresivos en la anticipación como Abqar y Duarte. Cinco futbolistas que le hicieron ver al Atlético que por dentro el Getafe estaba bien sellado. El vaivén inicial duró un suspiro. Un barullo en el área del Atlético y un par de transiciones que depararon un par de saques de esquina a los rojiblancos. En el segundo, tocado en corto hacia Koke arañaron la única ocasión clara en todo el primer tiempo. La rosca cerrada y templada del capitán colchonero la reventó de cabeza Nico González. David Soria hizo una exhibición de reflejos para manotear el martillazo. Otro cabezazo de cuello blando de Baena a un buen centro de Ruggeri fue la última señal de peligro del Atlético en la primera mitad. Para colmo la banda diestra se le terminó por desmantelar a Simeone con la lesión muscular de Llorente.
La recomposición puso a Griezmann en el campo como acompañante de un gris Julián Alvarez, Barrios a escoltar a Koke y Nico González a la izquierda. No resultó. El Getafe fue pétreo con esos cinco futbolistas que obturaban cualquier intento del Atlético de abrirle un resquicio en los pasillos centrales. Apenas podía estirarse, pero impuso ese partido espinoso que pretendía con la Intensidad que todos sus futbolistas aplicaban en cada acción defensiva. Eran lobos los jugadores de Bordalás para tapar espacios y para no dejar pensar ni girarse a los Baena, Julián, Barrios, Koke y Griezmann. Y cuando no podían, faltas tácticas de libreto en aluvión para cortar juego y ritmo. Ataque poco, porque el Atlético también se anclaba bien y ganaba las disputas en campo propio. Solo una de esos plátanos que tan bien dibuja Juan Iglesias que fue cabeceado al medio por Borja Mayoral recordó que Musso reemplazaba a Oblak.
Murió el primer acto con ese juego sin concesiones de ningún tipo. Con el Getafe ganador por imponer el partido áspero y largo que pretendía. También se impuso el equipo de Bordalás por pulmones y revoluciones en la reanudación. Lo detectó Simeone que sentó a Koke y a Julián Alvarez para meter juego aéreo con Sorloth y ratonería con Raspadori, elegido para ser el nuevo Correa cuando no hay espacios ni soluciones claras. Esos cambios , mas las posteriores entradas de Hancko y Gallagher le devolvieron el gobierno del partido al Atlético. Raspadori obligó a David Soria una parada espectacular. Su zurdazo iba abajo y esquinado a lo que el meta azulón respondió con una estirada rápida para clavar las costillas en la hierba y estirar su brazo derecho al límite.
Era otro Atlético que buscaba resolver antes de que el partido entrara en el último cuarto de hora. Territorio peligroso porque el Getafe podía empezar a sacar provecho de los nervios y la impaciencia del Atlético. Así lo intentó, pero también a costa de destaparse. Y en una buena circulación de los rojiblancos, Baena, que también funcionó a la derecha, le puso con el exterior a Raspadori un centro que el italiano prolongó al medio en el primer palo. Duarte, que junto a Abqar había firmado un partido imperial hasta desesperar a Julián Alvarez, introdujo la pelota en la portería de David Soria. El central fue el único jugador que fue capaz de superar a su compañero porque Baena también se topó con el formidable guardameta.
Le tocó al Atlético pasar esa prueba de sostener el marcadora favor, su talón de Aquiles este curso. Lo logró, pero estuvo a puto de no concretarlo. Arambarri enganchó una tijera que cayó a plomo sobre el larguero de Musso, lo que permitió que los de Simeone sumaran su segunda victoria como visitantes y sigan al acecho de la cabeza.