Si bien en los últimos años hemos visto cuentas en X, TikTok o Instagram de camareros que explican sus duras condiciones laborales, ahora también empiezan a proliferar perfiles en redes sociales de hosteleros que muestran los problemas a los que se enfrentan a diario, tanto trabajando como propietarios de un negocio.
Uno de ellos es Abraham Galera, un hostelero que también trabaja como camarero y que, a través de TikTok, explica tanto los problemas que enfrenta como empleador como los desafíos del día a día en un bar. Además de estos vídeos, Abraham ha profundizado en el tema en entrevistas, como en el pódcast ‘Rompiendo esquemas’.
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Además de revelar, entre otros datos, los impuestos que puede llegar a pagar solo en concepto de Seguridad Social de sus empleados, García también compartía información interesante sobre las ganancias y qué genera más dinero en un bar: «Lo que más beneficio deja es un clásico: el alcohol. Dicen que el café, que te cuesta 10 céntimos, si lo vendiera a 7 euros sí sacaría beneficio, pero al final lo vendes a 1 euro y poco. La gente se pasa una hora solo tomando ese café, consumiendo el wifi, tú lavas el vaso, lavas el plato, tienes que estar pendiente de atenderlo… Sí, me ha costado una bolsa 20 euros y he vendido 100 cafés, son 200 euros, multiplicado por 100, pero al final no es ese coste real».
«El licor, según el precio que le pongas, la gente compra una botella por 20 euros y con dos ‘cubatas’ ya la has amortizado. Si vendes diez o doce… multiplicas rápidamente y de manera sencilla», siguió explicando sobre los beneficios de las bebidas alcohólicas.
Abraham Galera, en ‘Rompiendo esquemas’
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Sin embargo, uno de los productos más demandados y apreciados por muchos, el clásico menú del día de bares y restaurantes, es una de las ofertas que menos rentabilidad deja: «No le gano nada al menú, se hace porque es un servicio. Nuestro sistema para sacarle beneficio ha sido añadir extras en muchas cosas, aumentando el ticket medio. Así, un menú que vale 14 euros lo acaban pagando muchos a 17,50 y no les duele. Ahí sí que hay un poquito más de margen, pero en sí, los menús de restaurantes como el mío, tan ajustados, dejan muy poco».