El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha declarado este domingo, en una audiencia de control de detención, que entró en un estado de «paranoia» y «alucinaciones» inducido por la ingesta de ciertos medicamentos que lo llevó a quemar con un soldador su tobillera electrónica.

Los dos fármacos citados son pregabalina (antiepiléptico) y sertralina (antidepresivo).

Bolsonaro se ha sometido por videoconferencia a las preguntas de una jueza auxiliar sobre las condiciones de su arresto, tras pasar su primera noche en prisión preventiva en la sede de la Policía Federal, en Brasilia.

La sesión de control de detención es un trámite crucial para verificar la integridad física del detenido y comprobar si se violaron sus derechos fundamentales.

La jueza auxiliar del magistrado de la Corte Suprema Alexandre de Moraes, relator del proceso por el que Bolsonaro fue condenado a 27 años y tres meses de cárcel por golpismo, ha constatado la ausencia de «abusos o irregularidades», según el informe oficial.

El líder del Partido Liberal (PL), quien cumplía arresto domiciliario desde el pasado 4 de agosto en su residencia de Brasilia, fue detenido de manera preventiva la mañana del sábado, por «riesgo concreto de fuga» y «amenaza al orden público», antes de una vigilia de simpatizantes planeada frente a su domicilio.

Bolsonaro niega el intento de fuga

Una de las razones de la orden de prisión fue el hecho de que el ex jefe de Estado (2019-2022) confesó haber quemado con un soldador la tobillera electrónica impuesta por el alto tribunal para controlar sus movimientos.

Bolsonaro, de 70 años, ha alegado también que no duerme bien y que estaba «alucinado» porque creía que en el interior de la tobillera había un sistema de escucha. Ha relatado que comenzó a manipular el aparato desde la tarde del viernes hasta la medianoche del sábado, cuando el dispositivo lanzó una alerta a las autoridades brasileñas, que acudieron a verificar lo sucedido inmediatamente.

El expresidente ha negado que intentara quitarse la tobillera para fugarse, como sostiene el juez instructor.

Su arresto se produjo en vísperas de que el Supremo ordene la ejecución de la condena que recibió por «liderar» una trama golpista para «perpetuarse en el poder», tras perder las elecciones de 2022 frente al actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva.