Los eslovenos han anulado este domingo la ley de muerte asistida en un referéndum vinculante, con una mayoría del 53%. Los electores han votado por anular la norma que pretendía legalizar la eutanasia para algunos adultos con enfermedades terminales.

La ley se aprobó tras un referéndum en 2024, apoyado por el 55%, fue impulsada por el Gobierno de centro-izquierda y respaldada primero en una consulta no vinculante y luego aprobada por el Parlamento, pero desde el primer momento fue muy criticada por la oposición y la Iglesia católica. Una iniciativa ciudadana liderada por el político conservador Ales Primc forzó la celebración de este referéndum. «Estamos presenciando un milagro. La cultura de la vida ha derrotado al culto a la muerte», ha declarado Primc tras conocer los resultados.

La pregunta formulada a los eslovenos ha sido: «¿Apoya la entrada en vigor de la ley sobre la muerte asistida, aprobada por el Parlamento el 24 de julio de 2025?». Después de que más de la mitad del país haya votado por el «No», la aplicación de la ley se suspenderá durante al menos un año.

Sin embargo, esto no implica que se descarte por completo la posibilidad de legalizar la eutanasia. El Parlamento podrá volver a votar sobre un nuevo proyecto de ley después de 12 meses.

Varios países europeos, como España, Suiza o Austria, ya permiten que las personas con enfermedades terminales reciban asistencia médica para terminar con sus vidas. Se esperaba que Eslovenia se uniera a ellos este otoño. Sin embargo, un grupo cívico, apoyado por la Iglesia Católica y la oposición conservadora, logró reunir las 40.000 firmas necesarias para bloquear la implementación de la legislación, a la que acusan de permitir «el envenenamiento de enfermos y ancianos», y para convocar un nuevo referéndum. La Iglesia Católica ha criticado duramente la legislación, afirmando que «contradice el Evangelio, la ley natural y la dignidad humana».

Para pacientes lúcidos y terminales

Antes del referéndum, los partidarios de la ley afirmaron que, de aprobarse, aliviaría el dolor innecesario que sufren muchas personas en el país. El primer ministro liberal, Robert Golob, animó a los eslovenos a apoyar la ley. «Cada uno de nosotros debe poder decidir por sí mismo cómo y con qué dignidad terminará su vida», declaró el miércoles durante su votación anticipada en Liubliana.

La ley pretendía conceder el derecho a terminar con su vida a los pacientes lúcidos y terminales, cuyo sufrimiento o estado de salud es insoportable, excluyendo los casos de enfermedad mental. Sin embargo, el texto no autoriza la muerte causada por un cuidador a petición del paciente.

De los aproximadamente 1,7 millones de ciudadanos con derecho a voto, el 40,9% acudió a las urnas.