BARCELONA, 24 Nov. (EUROPA PRESS) –
Un estudio del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), el Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona y el Barcelona Supercomputing Center (BSC) ha descubierto el «potencial rejuvenecedor» del fármaco Rhosin en las células madre sanguíneas.
El trabajo, publicado en la revista ‘Nature Aging’, se basa en la proteína RhoA, una proteína «clave» en el envejecimiento celular, informa el Idibell en un comunicado de este lunes.
CÉLULAS MADRE HEMATOPOÉTICAS
Las células madre sanguíneas, o células madre hematopoéticas, se hallan en la médula ósea y se encargan de fabricar continuamente todos los tipos de células sanguíneas, pero cuando envejecen pierden capacidad regenerativa y generan menos células y de peor calidad.
El envejecimiento se ha relacionado con la inmunosensescencia, la inflamación crónica de bajo grado, varias enfermedades crónicas y el cáncer.
Dentro del núcleo celular, los efectos del envejecimiento se hacen notar porque se acumulan mutaciones y se desordena el ADN, aumentando la tensión mecánica de su envoltorio y dificultando su replicación.
PAPEL DE RHOA
El trabajo, después de descubrir el papel clave de la proteína RhoA en el proceso de envejecimiento celular, han confirmado su potencial como diana farmacológica para el rejuvenecimiento.
Primero, el equipo ha tratado ‘ex vivo’ células madre de la sangre envejecidas con Rhosin, un fármaco inhibidor de RhoA, y después ha observado cómo las células volvían a un estado más joven, con menos tensión en el núcleo y mejor organización del ADN.
La coprimera autora del estudio e investigadora del Idibell, Eva Mejía-Ramírez, ha explicado que Rhosin rejuvenece las células madre de la sangre, «aumenta la capacidad regenerativa del sistema inmunitario y mejora la producción de células sanguíneas una vez trasplantadas a la médula ósea».
Los resultados son «prometedores» y los investigadores se han mostrado optimistas sobre cómo esta nueva estrategia podría mejorar la calidad de vida de las personas mayores, si bien los estudios clínicos deberán verificar si los resultados en modelos animales se pueden traducir de forma segura y eficaz a los humanos.