El pasado sábado se disputó un encuentro de la División de Honor Infantil en la Ciudad Deportiva del Rayo Vallecano, cuyos equipos eran el Infantil B de cantera y el Infantil A de Fundación. A priori, un derbi entre equipos del fútbol base en el que tenía que primar la deportividad y el buen ambiente entre equipos, con independencia del resultado final. Esto sería lo normal con un club normal y unos dirigentes normales. El Rayo Vallecano, por desgracia, es ejemplo de todo lo contrario.

Empezando por el final, hay que decir que el resultado fue de 1-0 a favor del Infantil B, equipo que llegaba al partido en quinta posición con 15 puntos, estando el Infantil A en noveno lugar (de 16 equipos) con 10 puntos y habiendo ganado al Carabanchel (cuartos) la jornada anterior. Para poner al lector en contexto, el Infantil B está compuesto por chicos de primer año (12 años) y el Infantil A por chavales de segundo año (13 años). Los asistentes al partido lo definen como un choque bonito y disputado entre ambos conjuntos, en el que casi al final logró llevarse el Infantil B.

¿Qué le hacía diferente a este partido? El hecho de haber órdenes desde la dirección deportiva de la cantera rayista al cuerpo técnico del Infantil B para que el partido lo ganase su rival. Es decir, tenían que dejarse ganar el pasado sábado. ¿Qué falló entonces en el plan urdido por la dirección deportiva? Cometieron el error de encontrarse con un cuerpo técnico íntegro, rayista y leal a unos principios y valores en el deporte y en la vida. Bajo ningún concepto se iban a dejar ganar por un millón de razones, pero principalmente porque no estaban dispuestos a fallar a esas familias y a esos niños con los que han compartido estos meses. Sí, toca hablar en pasado, porque inmediatamente después de finalizar el partido dejaron de dirigir al Infantil B. No les han echado, se han ido a ellos por los mismos motivos por los que no se dejaron ganar, por principios y dignidad. ¿Les hubiese costado el puesto la victoria? Los responsables de la dirección deportiva dirán seguramente que no, pero les iba a pasar factura antes o después , y no tenía sentido seguir bajo las órdenes de alguien a quien no le importa ir en contra de los valores del deporte y no tener reparos en adulterar una competición deportiva de niños de 12 años.

Lo cierto es que no es la primera vez que se da esta situación, pidiendo que se dejen fuera a los mejores jugadores, que se juegue al ralentí y que sí hace falta que haya algún penalti, que no duden en hacerlo. Antes se solía hacer en la segunda vuelta y para evitar un descenso que no evitaría ni la Virgen de Lourdes. De hecho, este es el tercer año en el que se pide que se deje ganar a este equipo, tanto en División de Honor Infantil como en Superliga. Este año ha sido todo distinto y la orden ha llegado en la primera vuelta y sin estar en descenso el equipo de Fundación. Además, se han encontrado con gente honrada que no ha querido pasar por un aro por el que otros decidieron pasar. Según los encargados de dar este tipo de órdenes, es algo normal que, por ejemplo, el Atlético de Madrid lo hace siempre y que no dejan de ser cosas de empresa. Sí, todo aquello que significaba la cantera en cuanto a sentido de pertenencia, el orgullo de lucir un escudo, de defender una Franja y unos valores de los que habla nuestro himno, ellos lo han simplificado a verlo como una empresa y un negocio, en el que cosas tan aberrantes como esta les parece lo más normal del mundo. Esto se une a la presencia de, cada vez muchos más, niños de fuera de España cuyos padres pagan por ver entrenar a sus niños en la cantera del Rayo (no tienen ficha y no compiten), se priorizan tecnificaciones sobre horarios de entrenamientos de los chicos, disputa de partidos internacionales entre semana, etc…
La semana pasada ya saltaba la liebre y corría el rumor de que la orden ya estaba planteada al cuerpo técnico y la negativa de estos últimos a dejarse ganar. De hecho, en Twitter había un usuario que ponía un tuit en el que decía literalmente lo siguiente:

«Otro año más, Antonio Ríos y Cristóbal Castro obligando a sus entrenadores de cantera a dejarse perder con los equipos de Fundación. Hasta cuándo vais a seguir manchando este club, @Rayo_academia ? Los entrenadores, por dignidad, un año más NO ACEPTAN. Hasta cuándo @RFFM_oficial»

El mismo jueves hubo reunión en las oficinas de la Ciudad Deportiva en la que se confirmó lo que se venia rumoreando días antes. Lo increíble es que en la reunión estuviera presente el entrenador del Infantil A (equipo al que debían dejar ganar) y no se negase en rotundo a que dejasen a su equipo ganar. ¿Dónde ha quedado el espíritu deportivo y el orgullo por tu profesión? Tras la reunión, no había vuelta atrás y el cuerpo técnico tenía muy claro que harían todo lo que estuviera en su mano por ganar el partido, pero independientemente del resultado en el momento en el que el colegiado pitase el final, ellos dejaban de ser entrenadores del Infantil B del Rayo Vallecano.

Una vez concluido el partido, el cuerpo técnico explicó su decisión a los chicos y, lógicamente, pueden imaginar la reacción de niños de 12 años a los que se les partía el corazón en mil pedazos al saber que sus entrenadores estaban en la calle por semejante motivo. Entrenadores con los que estaban (y están) a muerte tanto ellos como las 22 familias que hay detrás y que alucinaban al ver a sus hijos salir hechos un mar de lágrimas. Para la dirección deportiva no ha supuesto ningún drama y a Rey muerto, Rey puesto. Ya hay cuerpo técnico para que empiecen hoy mismo y, tal y como se hace todo en el Rayo en los últimos años, elegidos absolutamente a dedo y en base a la amistad por encima de cualquier otro criterio deportivo. Y es que la meritocracia en el Rayo Vallecano se mide según el grado de amistad de unos y otros. Esto en cuanto a adultos se refiere, si hablamos de meritocracia deportiva de los niños, va en función de los ceros que tenga papá en su cuenta bancaria. Hace años, si en tus notas había ceros no jugabas en el Rayo, a día de hoy cuántos más ceros más amigos.
Ni que decir tiene que, en Matagigantes siempre estaremos al lado de la honestidad y las personas con valores y principios y, por lo tanto, nos duelen las manos de aplaudir la decisión tomada por este cuerpo técnico. Nos duele casi tanto como el alma, de ver a esos niños descompuestos y a esas familias hundidas.
Recordamos a nuestro Juanpe a diario, pero especialmente en días como estos. Prometimos defender su legado con uñas y dientes, pero nos lo están poniendo bastante complicado entre unos y otros.