Esta semana se cumplen 30 años del estreno original de Toy Story. La primera película animada de Pixar fue una revolución en el terreno de la animación, el comienzo de una exitosa carrera para la compañía (y de lo que luego acabaría siendo su matrimonio con Disney) y de una de sus sagas más populares, con cuatro entregas y una quinta en camino.
Al menos uno de los involucrados ya tenía claro la clave detrás de la enorme popularidad de la cinta. En una entrevista de 1996 rescatada por el canal Steve Jobs Archive, el cofundador de Apple y ejecutivo de Pixar alaba la película un año después de su estreno, que por aquel entonces se había convertido en una de las películas más exitosas de la historia de la animación independientemente del formato.

Cualquiera puede comentar el éxito, pero lo que no es tan fácil de predecir es el legado. Fuera de los números y de las proezas técnicas, el ejecutivo hablaba de la inusual combinación de talentos que se daba en el estudio, y ponía gran fe en la narrativa de Toy Story para seguir enamorando al público décadas en el futuro.
«Creo que la gente estará viendo Toy Story en 60 años. No por los gráficos de computador, sino porque es una historia sobre amistad. Y eso es algo increíble para mí. Y algo muy diferente de la industria en la que he trabajado en el pasado. Tener la oportunidad de poner estas historias en la cultura es una rara oportunidad. Y creo que todos en Pixar se sienten privilegiados de tener esta oportunidad.»
En estos momentos hemos llegado a la mitad de ese tiempo, y desde luego no parece que el impacto cultural de Toy Story vaya a perderse en poco tiempo. Jobs comparaba la película con Blancanieves, que por aquel entonces se había estrenado hacía sesenta años y seguía siendo una de las películas animadas favoritas del público, recaudando 30 millones de dólares en su primer reestreno y 40 millones en el tercero. «Estas historias se renuevan a sí mismas con cada generación», afirmaba.
No es lo único en lo que Jobs va bien encaminado en la entrevista. A la pregunta de a dónde va la tecnología se maravilla ante el progreso computacional que han visto en diez años, y al mismo tiempo se mantiene cauto con ver mejoras en un espacio tan complejo como el tiempo de renderizado. «Creo que será una constante, nuestra ambición crece tan rápido como la tecnología puede alimentarla«, haciendo referencia a como cada frame de Toy Story tardó tres horas en renderizarse, lo mismo que para su primer corto. Si acaso es algo que se ha disparado en la otra dirección, con frames en películas modernas del estudio que tardan de media 24 horas.
Portada: Steve Jobs Archive (Youtube)
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