Un contrato para construir 100 cazas para Ucrania. Es lo que se firmó en París la semana pasada. El presidente de Francia y el de Ucrania acordaron que el país galo suministraría 100 aeronaves hechas por Dassault, quienes fabrican los Rafale, 90 países tiene ya versiones de todo tipo de sus modelos.
España, que participa en los programas Eurofighter y FCAS, se queda como mero espectador en un movimiento que favorece a Francia a todos los niveles, al menos de momento. Igualmente se queda fuera Alemania, o Italia, o la nórdica SAAB. La famosa “autonomía estratégica europea” de la que hablan en todas las empresa del sector ha quedado relegada a un segundo plano.
Emmanuel Macron recibe en El Elíseo a Volodimir Zelenski hace una semana.Sarah Meyssonnier
El proyecto francés, que se firmó con el presidente de Ucrania hace una semana en El Elíseo, es para dentro de 10 años. Los aviones aún no están construidos y Ucrania aún no tiene la financiación. Entre las primeras consecuencias, aunque oficialmente nadie lo ha dicho en voz alta, la fractura en Europa es grande. Francia ha actuado en solitario, y ningún mecanismo europeo lo puede impedir. El resto de países se queda fuera. Ni siquiera se ha apostado por el Future Combat Air System (FCAS), el caza europeo de nueva generación.
El precio de los Rafale varía, uno “básico” cuesta entre 80 y 100 millones de euros, pero con todo el paquete completo puede superar los 200-250 millones € por avión. El Rafale C (monoplaza), B (biplaza), M (naval para portaaviones) también varía el precio. Entre las opciones a elegir: misiles Meteor, SCALP, sistemas SPECTRA, entrenamiento, infraestructura, y millones por contratos de mantenimiento y soporte.
Por qué Kiev ha elegido a Francia
Varios motivos han hecho que Zelenski haya firmado con Francia, desde la propuesta del propio Macron, su eficacia a nivel diplomático, el respaldo de su industria, la velocidad en la entrega de cazas (mientras se habla de la firma del tratado de paz 10 años se antojan realmente lejanos), sin olvidar que Francia es uno de los aliados más fuertes dentro de la Unión Europea (habrá elecciones en 2027, si no ocurre nada extraordinario antes).
España se queda fuera en un momento en que la industria española de Defensa también se ve condicionada por los retrasos, desde el 8X8 Dragon que hasta la ministra de Defensa, Margarita Robles, preguntó a Indra qué estaba pasando, o el caso de los submarinos de Navantia, que también llevan retraso (India y Canadá dijeron no a la propuesta española este año).
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