En lo primero que se fijó la interiorista y diseñadora Rosa Lahoz, fundadora de Lapopie Studio, cuando entró en este piso de 1905, fue que, aparte de estar excesi­vamente compartimentado, con paredes torcidas y agrietadas, era muy oscuro, ya que la entrada de luz procedía únicamente de la fachada y de la galería posterior. «No había ni una ventana en la parte central que diera a un patio de luces…», co­menta. Así que conseguir la máxima luz natural se convirtió en el principal objeti­vo de la reforma integral de esta vivienda de ochenta y siete metros cuadrados, situada a escasos pa­sos del centro de Zaragoza.