Álvaro Iglesias Puzas es especialista en dermatología clínica.

El especialista matiza que se trata del carcinoma basocelular que, afortunadamente y a diferencia del melanoma, no produce metástasis
24 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

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En el 2024 se diagnosticaron casi 21.000 casos de cáncer de piel en España. De ellos, 7.881 casos corresponden a melanoma, uno de los tipos más graves. El principal factor de riesgo sigue siendo la sobreexposición a los rayos ultravioleta (UV). Álvaro Iglesias Puzas, dermatólogo y especialista en esta patología, alerta que «venimos experimentando un incremento en la incidencia del cáncer cutáneo, todo ello motivado a expensas de los hábitos de exposición solar».  

—¿Todos deberíamos acudir a un dermatólogo de forma regular?

—No está de más una revisión periódica. Pero es verdad que, si no existe ningún tipo de factor de riesgo, lo que realmente mejora el pronóstico de las lesiones malignas es acudir cuando uno tenga síntomas. Es decir, cuando haya sospechas con cambios asimétricos, bordes irregulares, cambios de coloración y diámetro más de 6 milímetros. Eso es realmente lo que sí que ha demostrado un aumento en la supervivencia, sobre todo cuando hablamos de lesiones melanocíticas. Si se tiene oportunidad, no está de más hacer revisiones periódicas, aunque en estudios poblacionales grandes no se ha llegado a demostrar a día de hoy una mejoría en la supervivencia. Otra cosa es la gente  que sí cuente con antecedentes familiares de melanoma o de cáncer cutáneo. Ahí sí que la periodicidad o las revisiones son obligadas. Pero si hablamos de población general, asintomática, sin ningún tipo de factor de riesgo, existe bastante controversia sobre la conveniencia o no de pasar por consulta.

 —¿A qué signos de nuestra piel deberíamos estar alerta?, esos que sí requieren una visita a un dermatólogo.

 —Lesiones de reciente aparición, con cambios, asimétricas, bordes irregulares, varios colores o cambios de coloración, que siempre tengan un diámetro generalmente mayor de seis milímetros. Cuando hablamos de las pigmentadas, siempre se requiere una valoración especializada. Es la regla «ABCDE» (Asimetría, Bordes irregulares, Color, Diámetro y Evolución). Lo que solemos decir los dermatólogos es que siempre que haya alguna duda, es mejor valorarlo con un profesional de la medicina.

—¿Es lo mismo un melanoma que un cáncer de piel?

—No, un melanoma es un tipo de cáncer de piel, pero no el más frecuente. Se trata de una neoplasia maligna que se deriva de los melanocitos, que son unas células que existen en la piel. 

—¿Cuál es el cáncer de piel más frecuente?

—El carcinoma basocelular, que es un tipo de cáncer cutáneo que prácticamente va a tener una de cada cuatro personas a lo largo de su vida. La incidencia se está incrementando en los últimos años, y una de cada cuatro personas va a sufrirlo. Afortunadamente, a diferencia del melanoma, no produce metástasis, suele darse de forma local en la inmensa mayoría de los casos, pero sí que requiere un tratamiento y tiene una morbilidad importante.

Otro tipo de cáncer de piel, que sería el segundo en frecuencia, es el carcinoma epidermoide. En este caso tiene posibilidad de invasión local y sí que existe cierta posibilidad de invasión a distancia y de metástasis. Gran parte de la mortalidad que se asocia al cáncer cutáneo viene por el melanoma. Los cánceres de piel más frecuentes no producen tanta mortalidad, pero sí que son mucho más frecuentes.





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—¿La supervivencia ha mejorado en todos los tipos de cáncer de piel?

—Sí, ha cambiado mucho. Cuando hablamos de melanoma, la supervivencia gracias a los nuevos tratamientos y a la detección precoz ha mejorado en los últimos años. Venimos experimentando un incremento en la incidencia del cáncer cutáneo, todo ello motivado a expensas de los hábitos de exposición solar. La mortalidad parece que se ha estancado, estamos viviendo una meseta, afortunadamente, derivada de que detectamos lesiones en un estadio inicial gracias a campañas de concienciación o detección precoz, y mejores tratamientos para tratar el melanoma metastásico. 

—¿Es posible prevenir el cáncer de piel?

—Claro, la prevención es fundamental. Hay que evitar la exposición solar, pero la gente la entiende como ir a la playa a tomar el sol, cuando realmente va más allá de eso, hacer actividades al aire libre también implica exposición solar. Tener en cuenta que, en menores de veinte años, las quemaduras duplican e incluso triplican el riesgo de tener un melanoma en la edad adulta. Es fundamental también evitar las horas centrales del día, protegerse del sol, utilizar medidas físicas como sombrero y gafas de sol. 

—¿Qué es la cirugía de Mohs?

—Es una forma de abordar el cáncer cutáneo, especialmente el que no es melanoma. Permite un análisis histológico inmediato. La mayoría del cáncer cutáneo no melanoma, el carcinoma basocelular y epidermoide, se asienta en áreas faciales o con cierto compromiso estético, donde el tejido importa un poco más, tanto desde el punto de vista reconstructivo como desde el punto de vista estético. En algunos tumores, con cierta agresividad y tendencia a la recidiva, que están muy mal delimitados, es un tipo de cirugía que permite extirpar la lesión y analizar los bordes, es decir, asegurar que la pieza está totalmente extirpada en el acto. Nos permite tasas de curación cercanas al 90 %, incluso del 95 y del 99 % de los casos.

—¿Estamos más concienciados sobre los peligros del sol?

—Quizás estemos más concienciados, pero hay hábitos que la gente, desgraciadamente, sigue haciendo, como ir a cabinas de bronceado. Esto es absolutamente perjudicial y está más que demostrado. También lo es ir quince días de vacaciones y quemarnos. Se ha visto que es tanto o incluso más perjudicial que la exposición continuada al sol. Estamos más concienciados, pero tampoco cambiamos mucho nuestras actividades.





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—¿Deberíamos echarnos crema solar todo el año?

—Sí, sobre esto también hay un poco de debate. Tenemos que ser conscientes que depende de nuestras actividades y de dónde vivimos. Soy un defensor de la protección solar, me parece fundamental. Y creo que debemos utilizarla todo el año o por lo menos, en otoño, primavera y verano. Está claro que en latitudes como la nuestra, en el norte, puede estar justificado en ciertos momentos no utilizarla, como en pleno diciembre. Pero no es lo mismo vivir en el norte de España, que en Andalucía. Además, en actividades invernales, como el esquí, existe mucha radiación ultravioleta muchas veces imperceptible. Al margen de la fotoprotección, lo más importante son las medidas físicas y los hábitos. No sirve de nada ponerse mucha crema solar y exponerse al sol en horas centrales del día o durante un tiempo muy prolongado. 

Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.


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