Jamás se había planteado ser artista. Sin embargo, ya en primaria un profesor intuyó su talento innato al verla actuar en una obra del colegio. Tras aquella interpretación, fue el propio docente quien vaticinó el prometedor futuro de su alumna . “Tú vas a llegar a ser actriz”, le presagió. Y no se equivocó.
Tres años después de aquel augurio, Carla Quílez (Barcelona, 2008) tampoco pasaba desapercibida para la directora de casting Irene Roqué. Fruto del azar de los algoritmos y del talento que ya exhibía como bailarina a través de sus vídeos en redes sociales, aquella adolescente —entonces de 14 años— sorprendía a la industria cinematográfica cuando Pilar Palomero la eligió para protagonizar La maternal . Sobre aquel casting la joven promesa confiesa en conversación con La Vanguardia haber acudido con cierto recelo tras haber sido previamente contactada a través de Instagram . “Recuerdo que mi madre y yo grabamos el sitio de la prueba por si nos secuestraban o cualquier cosa”, reconoce.
Aquel debut resultó tan inesperado para una niña de Horta como revelador para muchos cineastas, que vieron en ella unas dotes interpretativas impropias de su edad. Apenas unos meses después de aquel primer papel, Quílez se alzaba con una Concha de Plata y un Premio Gaudí. La Academia del Cine también la invitaba a entregar un Goya en aquella edición, ya que, al ser menor de 16 años, no podía estar nominada.

Carla Quílez recoge una Concha de Plata en el Festival de San Sebastián (2022)
Jesus Briones
Afortunadamente, el éxito ha seguido acompañando a la joven catalana quien, desde su descubrimiento, no ha parado de trabajar. Lo hizo hace meses con Leticia Dolera en la serie Pubertat , y desde este noviembre, lidera los estrenos de Movistar Plus+ con la producción de Elena Trapé, Yakarta , una serie que coprotagoniza junto a Javier Cámara, y en la que firma con tan solo 17 años una actuación soberbia y plenamente a la altura de su curtido compañero de reparto.
“Los prejuicios engañan. A veces nos los tomamos muy a pecho y perdemos oportunidades”
En esta ficción, que pese a estar ambientada en el mundo del bádminton transita durante seis breves capítulos por territorios personales ásperos, la barcelonesa da vida a Mar, un personaje marcado por las carencias pero sostenido por una narrativa bien construida que rehúye de la lágrima fácil. “A simple vista puede parecer antipática o distante, pero no sabemos qué le pasa. Los prejuicios engañan. A veces nos los tomamos muy a pecho y perdemos oportunidades bastante bonitas”, reflexiona la actriz.

Carla Quílez interpreta a Mar en ‘Yakarta’
MovistarPlus
Una experiencia que, según ella misma reconoce, vivió también hace tres años en primera persona tras el estreno de La maternal, film donde daba vida a una adolescente encinta. “Yo estaba estudiando por aquella época en un instituto público y cuando volví allí tras el rodaje, mucha gente me preguntó si realmente me había quedado embarazada”.

Las actrices Carla Quílez y Ángela Cervantes durante el rodaje de ‘La maternal’
Imdb
Más allá de la exigencia emocional de su último trabajo, la intérprete destaca también cómo preparó su papel de deportista de élite. Una exigencia que la llevó a compaginar durante tres meses los sets de rodaje con visitas recurrentes a un centro de alto rendimiento de Granollers, donde aprendió a manejarse con cierta destreza con la raqueta y el volante. Nunca antes había jugado al bádminton, pero sus habilidades en el baile —que practica desde los cuatro años y que continúa estudiando en un ciclo de danzas urbanas— le dio una ventaja decisiva. “Conozco bien mi cuerpo y sé mis límites. Eso me ayudó a adaptarme, aunque fue duro e intenso”, admite.
Convertida de la noche a la mañana en un personaje público, Quílez reconoce que aún se está acostumbrando a la velocidad que ha tomado su vida. “Echo de menos tener tanto, tanto tiempo como tenía antes para amigos y familia” y confiesa con pesadumbre que a veces sus abuelos la llaman para recordarle que hace demasiado que no la ven.
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Pese a la exposición mediática, insiste en que no ha perdido su esencia. “Sigo siendo la Carla de siempre y soy súper cercana. Creo que eso es también lo que me permite ser como soy, porque no dejo de ser quien soy por dedicarme a lo que me dedico”, asegura.