Los Miami Heat han experimentado uno de los cambios más drásticos de juego que se recuerdan en los últimos años. Y por el momento podría decirse que ese cambio ha sentado a las mil maravillas tanto al equipo como a Erik Spoelstra, quien las ha visto de todos los colores en sus 17 años como entrenador en South Beach, un periplo que le convierte en el técnico más longevo de la NBA en un mismo equipo.
Y es que desde que está ‘Spo’ en el banquillo de South Beach, si algo ha caracterizado a sus equipos es su ADN especialmente defensivo, físico, táctico y ultracompetitivo y uno que obligaba a bajarse al barro si la ocasión (o la eliminatoria de Playoffs) lo requería. Así ha sido desde que el técnico de origen filipino tomó el mando relevando a Pat Riley en primera línea. No obstante, siempre llega un punto en el que es necesario dar un paso para atrás para dar dos hacia adelante.
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Los Cavs pasaron por encima de los Heat en Playoffs.
CRISTOBAL HERRERA-ULASHKEVICH / EFE
Y ese punto de inflexión dio lugar al final de la pasada temporada 2024-25, cuando los Miami Heat llegaron nuevamente a Playoffs pasando el peaje del ‘play-in’ y clasificándose como octavos del Este, enfrentándose a unos Cleveland Cavaliers que les propinaron un severo correctivo y barriéndoles en cuatro partidos. No hubo historia y el dominio de los Cavs fue más que evidente. La mala serie hizo saltar las alarmas en Miami, donde el técnico era más que consciente que urgía tomar medidas.
«Nos superaron por completo y nos avergonzaron mucho en Playoffs. Fue de lo más vergonzoso que he vivido como entrenador. El vestuario se sintió igual. Tuvimos mucho tiempo para reevaluar las cosas durante la pretemporada. Estábamos acabados y… ni siquiera era mayo, y estábamos acabados», explicó Spoelstra recientemente ante los medios sobre el motivo de tal cambio.
Entonces, de ser el séptimo peor equipo anotador (110,6 puntos) y el cuarto que menos puntos anotaba de la NBA (97,08 posesiones), los Heat han sufrido una metamorfosis radical. Esta temporada, han incrementado 13,3 puntos su media anotadora respecto al curso anterior, liderando la liga en puntos (123,9), completan el top-3 en asistencias (30,2) y son el equipo que más rápido juega de la NBA, a 106,14 posesiones por choque. Un vuelco en el lado ofensivo sin precedentes desde que Spoelstra tomó el mando de los Heat en 2008 y todavía un terreno por explorar.
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Eloy Rodellar

Importancia para todos
Esta temporada los Miami Heat ya se han posicionado como uno de los equipos de moda en la NBA, y su metamorfosis priorizando el ataque ya se ve reflejada en la clasificación, posicionándose entre los cuatro mejores equipos de la Conferencia Este.
Gran parte de ese éxito tempranero recae en el reparto de puntos, y es que a día de hoy, hasta ocho jugadores de los Heat han logrado situarse en los dobles dígitos en anotación, y lo han hecho sin el lesionado Tyler Herro, el máximo realizador de la pasada campaña. Tomó el mando Norman Powell, que llegó a los Heat en verano fruto del traspaso que envió a John Collins a los Clippers y a Kevin Love y Kyle Anderson a Utah, un movimiento determinante para sustituir los puntos que era capaz de aportar Jimmy Butler. Hoy, Powell sigue siendo el jugador que brilló el pasado curso en Los Ángeles y que casi fue ‘All-Star’, y ha encajado como un guante en este baloncesto de tantas revoluciones que practican los de South Beach.
El cambio también ha beneficiado a jugadores como Jaime Jáquez Jr., que oposita a ser uno de los reservas más decisivos e importantes de la liga después de un año muy gris. Bam Adebayo, el ancla defensiva y motor del equipo, es el que más en serio se ha tomado el nuevo estilo, y es que el pívot ha aumentado su volumen de triples de forma radical y ya está en más de 5 intentos por choque (en 2024-25 promedió 2,8 y nunca antes había registrado más de 0,6 intentos de tres). Por su parte, Andrew Wiggins mantiene un rendimiento notable del engranaje en ambos lados de la pista.
Y este año, a la ecuación se han sumado otras piezas que hoy en día explican la nueva identidad de los Heat. La nueva joya de la corona y complemento de lujo para Adebayo es Kel’el Ware, de 21 años, un portento atlético, gran finalizador y reboteador, que en su segundo año está ganándose toda oportunidad que le brinda Spoelstra; Davion Mitchell, que llegó a Miami el pasado curso y renovó en verano, está gozando de una oportunidad única para consolidarse como base titular gracias a su extraordinaria capacidad defensiva; y finalmente las inclusiones de Simone Fontecchio, Pelle Larsson y Nikola Jovic, en las que han encajado como un guante y permiten al entrenador disponer de múltiples alternativas en sus quintetos.
Ahora, tras superar una lesión de tobillo, se les une un Tyler Herro con ganas de unirse y adaptarse a un estilo que, a priori, encaja como un guante. La primera muestra ya está vista: el que fuese ganador del último concurso de triples del All-Star sumó 24 puntos en su vuelta como titular ante los Mavericks. Sin duda, encajarlos a todos será un gran reto para un Spoelstra que, tras casi dos décadas en el banquillo de Miami, ha visto la necesidad de reinventarse.