El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro ha comenzado ya a cumplir su condena de más de 27 años por organizar el intento de golpe de Estado contra su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva.
El juez del Tribunal Supremo ha ordenado que Bolsonaro comience a cumplir la condena en la misma comisaría central de la Policía Federal en Brasilia donde se encuentra detenido desde el sábado, cuando intentó manipular la tobillera electrónica con la que cumplía arresto domiciliario.
Bolsonaro está preso en una sala de doce metros cuadrados con una cama individual, una pequeña mesa, un televisor y unas estanterías de madera, con paredes pintadas de color blanco y sin ningún cuadro ni adorno, según unas imágenes que ha difundido la propia Policía Federal, informa Efe.
El juez Alexandre de Moraes, relator del juicio que se celebró en la Primera Sala del Supremo, ha determinado el fin del proceso tras considerar que se han agotado las posibilidades de recurso, y por tanto el comienzo del periodo de reclusión, y que se le garantice a Bolsonaro la debida atención médica.
Bolsonaro, de 70 años, sufre diversos problemas de salud y las secuelas de un apuñalamiento sufrido en 2018, durante la campaña electoral que le llevó a la Presidencia.
El Tribunal Supremo de Brasil confirmó el pasado 7 de noviembre la condena de 27 años y tres meses a Bolsonaro por los hechos del 8 de enero de 2023, cuando miles de sus seguidores asaltaron las sedes de la Presidencia, el Congreso y el Supremo, para impedir que Lula da Silva hiciera efectiva su victoria electoral.
Bolsonaro ha recibido el apoyo del presidente de EE.UU., Donald Trump, quien ha pedido su libertad y le considera víctima de «una caza de brujas». Para presionar a las autoridades brasileñas, Trump ha impuesto aranceles del 50% a las importaciones estadounidenses de productos brasileños; ha sancionado al juez que supervisa el caso y ha revocando los visados de varios funcionarios brasileños.