Son muchos los comensales que recurren a ‘First Dates’ antes de darse por vencidos. Sandra (54 años) asegura que no se ha enamorado nunca. La monitora de gimnasio y camarera llegaba al restaurante buscando algo en el entorno liberal que también le permitiese tener su intimidad, y que no se asuste al descubrir que trabaja en un club de intercambio de parejas. Eso y que estuviese duro: «Que le guste el deporte y se cuide. Es que tocar un brazo que esté más blando que el mío pues como que no».

El equipo del ‘dating show’ le ha preparado una cita con Manuel (64 años). El cocinero y culturista cumplía todos los requisitos que había mencionado Sandra, pero esta ya ha dejado claro que no iba a tener una segunda cita con él incluso antes de intercambiar la primera palabra. 

«Sorry, pero no. Se ha visto que no», ha reconocido a las cámaras de ‘First Dates’ al ver al cocinero. ¿El motivo? Su estatura. «Es muy bajito. Por primera vez, me he sentido alta. Es como… no, por favor», ha añadido. Manuel no se ha percatado de la reacción de Sandra. Se ha quedado prendado con su físico y su interés por el deporte. 

A Sandra no le ha gustado que lleve las cejas pintadas ni se ha sentido lo suficientemente cómoda como para contarle dónde trabaja realmente. «No le he dicho que trabajo en un bar liberal. Procuro ser muy clara en mis cosas, pero como no lo vi en situación de ir más allá de una amistad, en plan pareja y tal, digo: no hace falta decírselo», ha comentado a las cámaras de ‘First Dates’. 

Toño SanchísToño Sanchís y Lorena Romero, un matrimonio que hizo aguas cuando salió a la luz la traición a Belén EstebanEn busca de los puntos discrepantes

Han seguido charlando. Manuel buscaba puntos comunes, Sandra los discordantes. La camarera incluso le ha preguntado por su equipo de fútbol con el presentimiento de que sería diferente. La cita ha subido de temperatura por culpa de una de las preguntas que le ha propuesto ‘First Dates’: sus zonas erógenas. «Las mías son un poco peculiares. A mí me gusta el cuellos, las axilas y los pies», ha respondido el cocinero. Sandra no ha dado crédito a su respuesta. «Yo no quería saberlo», ha apuntado a sus espaldas.

Pese a las discrepancias, Sandra ha accedido a darle una clase de baile. Esto le ha dado esperanzas a Manu. «Sí me gustaría tener una segunda cita contigo. Me has parecido una persona muy agradable y guapa, y que practicas los mismos hobbies que yo, que es el gimnasio. Así que, bueno, me encantaría», le ha dicho en la decisión final.

Lo cierto es que no tendrán una segunda cita porque Sandra le ha dado un ‘no’ por respuesta. «No me gustaría tenerla porque me ha faltado algo que para mí es un poquito importante que es que a mí me gustan los hombres más altos. Eso no quiere decir que no me hayas caído. Me has caído súper bien, ha sido una conversación muy agradable, pero me faltó eso y que hubiera un poquito de chispa», le ha contestado. «Pues nada, espero que tengas suerte», le ha dicho Manuel antes de irse por donde ha venido.