La Guía Michelin 2026 ha anunciado esta noche en Málaga que Ochando, el restaurante de Juan Carlos Ochando y Elena Pérez en la pedanía de Los Rosales (Tocina), se incorpora al firmamento gastronómico español con su primera estrella Michelin. Un reconocimiento … que confirma la pujanza de la cocina sevillana y que convierte a este pequeño restaurante de la Vega del Guadalquivir en la tercera estrella activa de la provincia, junto a la histórica Abantal y la conseguida por Cañabota en 2021.

En una comunidad donde Sevilla nunca ha sido uno de los territorios más nutridos en galardones de la guía roja, la llegada de esta nueva estrella supone un hito especialmente simbólico. La gala —celebrada en Málaga y conducida por Jesús Vázquez— ha convertido a Andalucía en epicentro de la alta cocina durante unas horas, y ha recompensado la valentía de un proyecto que nació lejos del ruido urbano y que ha demostrado que la excelencia también puede cocinarse desde lo rural.

Un proyecto nacido entre campos y memoria

Ochando abrió sus puertas en 2023 en Los Rosales, una pedanía rodeada de olivos, huertas y trigales, donde tanto Juan Carlos como Elena crecieron. Su idea fue simple y ambiciosa a la vez: crear un restaurante que llevara al menú la cocina que les formó, la de los guisos, los fondos trabajados y los sabores de raíz, pero con una mirada contemporánea y un respeto absoluto por el producto local.

En una cocina mínima en tamaño pero enorme en intención, el equipo fue dibujando una propuesta basada en menús degustación, con pases que reinterpretan la tradición sin desligarse de ella. Con el tiempo, Ochando se convirtió en un restaurante-destino: un lugar al que se va expresamente, por carretera, porque se ha corrido la voz de que allí se cuece algo distinto.

La fuerza del guiso y del equipo

Tras formarse en la Escuela de Hostelería de Carmona y recorrer durante más de una década grandes casas del país, Juan Carlos volvió a su origen acompañado por Elena, jefa de sala y motor del proyecto. Su cocina ha evolucionado desde los primeros meses —cuando aún sobrevivían entre croquetas y albóndigas— hacia una identidad firme donde prima el guiso, el sabor profundo y la técnica silenciosa.

La sala, íntima y con apenas siete mesas, es otra de las claves: un espacio acogedor que recoge el ritmo rural del entorno y la cercanía que ellos mismos reivindican como valor fundamental. Allí, el comensal es parte del hogar, no solo del restaurante.

Una estrella que cambia el mapa gastronómico sevillano

La primera estrella Michelin para Ochando es mucho más que un reconocimiento individual: representa un nuevo capítulo para la provincia de Sevilla, un territorio donde la alta cocina ha crecido con más lentitud que en otras capitales andaluzas. Tras la pionera Abantal y la distinción de Cañabota, Ochando demuestra que la mirada hacia lo local —si se cocina con rigor y personalidad— también tiene cabida en las grandes guías.

El galardón consagra a un proyecto que ha construido una identidad propia desde una pedanía de 4.500 habitantes, demostrando que la constancia, la sensibilidad y el amor por el recetario andaluz pueden competir al más alto nivel.

Ochando ya es estrella Michelin. Y Sevilla, desde su provincia, suma una nueva luz que ilumina su cocina hacia el futuro.