Es de conocimiento público que la casa ya no es lo que era (¡y qué fortuna!). La forma en que habitamos nuestros hogares ha cambiado en la última década. Hoy en día, ya no los imaginamos como un espacio al que llegamos al final del día para dormir y poco más. Actualmente, nuestros hogares se convierten en un refugio frente al ajetreo del mundo exterior, pero también en un lugar donde podemos explorar nuestros hobbies y vivir cada etapa con autenticidad y comodidad.
No es casual que estemos hablando tanto sobre personas con múltiples intereses o multipotenciales. Los avances tecnológicos y las oportunidades creativas nos permiten desarrollar varias pasiones o hobbies. Evidentemente, en nuestras casas buscaremos espacios que puedan adaptarse a todos esos mundos interiores: entrenar, tocar música, pintar, leer, grabar contenido o recibir amigos sin complicaciones. El interiorismo y la arquitectura deben acompañar estos cambios culturales y residenciales.
Este fenómeno se recoge claramente en el último reporte The New Habitat 26/27, donde la vida hiperdoméstica aparece como una de las principales tendencias. En ese contexto, la hobbyficación del hogar marca la pauta: trasladar al interior de la casa actividades que antes buscábamos fuera. En palabras simples, haremos todo lo posible por integrar el ocio, el arte y la creatividad en la vida cotidiana.
Para comprender cómo se traduce esta tendencia en interiorismo y arquitectura, conversamos con los arquitectos de Cala Estudi (@calaestudi): Àlex Dalmau, Paula Tapiz y Xavier Taulé comparten su mirada profesional. Para ellos, hay una pregunta decisiva que realizan antes de empezar cada proyecto: «¿Qué te hace sentir en casa?». A partir de ahí, exploran cómo adaptar la vivienda a los intereses y necesidades del cliente. En esta entrevista, el equipo de Cala Estudi analiza cómo la hobbyficación está redefiniendo los hogares y también la manera en que se reforman y diseñan los interiores.

Proyecto Calís: una arquitectura que acompaña el diario vivir.
Cala Estudi
Cambia el contexto, cambian las viviendas
- Desde vuestra experiencia, ¿qué entendéis por hobbyficación del hogar? ¿Qué cambios de mentalidad o hábitos reflejan esta tendencia?
«Nosotros entendemos la hobbyficación del hogar como la extensión del uso del hogar más allá de comer y dormir. Siempre hemos creído que proyectar bien es sinónimo de conocer y entender la manera de vivir de la persona que va a habitar ese espacio.
De hecho, es un aspecto tan fundamental que la primera pregunta que hacemos en el estudio es: «¿Qué te hace sentir en casa?». La realidad es que la mayoría de veces la respuesta está vinculada con el ocio: padres que quieren jugar con sus hijos, cenas con amigos los viernes, tener un espacio donde entrenar en casa… También hemos observado que, muchas veces, es cuestión de comodidad. La gente busca evitar desplazamientos, la conciliación familiar, etc.
Una tendencia que hemos visto es que, desde hace un tiempo, siempre nos piden estudios. Ya sea como espacio para teletrabajar, para hacer música o para organizar talleres, es un espacio que se ha vuelto una demanda obligatoria en todos nuestros proyectos, tanto de familias como de usuarios independientes».
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- Efectivamente, cada vez más personas destinan espacios de la casa a sus pasiones: talleres, estudios creativos, zonas de lectura o música. ¿Cómo se traduce esto a nivel arquitectónico?
«En cuanto a diseño, tratamos de generar espacios que sirvan para una función muy concreta pero que, a la vez, sean genéricos. Entendemos que los hogares han de poder adaptarse a diferentes etapas de la vida. Espacios que hoy cumplen una finalidad, en el futuro quizás cumplan otra. Por ejemplo, un estudio para grabar hoy quizás se convierta en una habitación de invitados mañana. Esa versatilidad la tenemos siempre en mente, desde la luz y el mobiliario hasta la distribución de los apliques».

Calís, una casa mediterránea en Sant Cugat, con un escritorio muy bien aprovechado.
Cala Estudi
Mobiliario adaptado a un hogar versátil
- ¿Qué papel juega la flexibilidad del mobiliario y la luz (natural o artificial) en estos entornos más personales?
«Siguiendo en la línea de lo que comentábamos, buscamos que sean espacios que tengan mucha luz de entrada pero que sean totalmente regulables y queden completamente oscuros si es necesario.
Sin embargo, lo más interesante sucede en el mobiliario, donde buscamos cubrir todas las necesidades ocupando el menor espacio posible. Por eso, recurrimos a muebles que se pliegan, como hicimos en Rubina, una vivienda en Viladecavalls, donde el gimnasio se convierte fácilmente en una habitación de invitados gracias a una cama y un escritorio plegables.
Incluso, utilizamos otros elementos de la casa con funciones distintas, pero que adaptamos para que se puedan usar. Por ejemplo, en Calís, uno de nuestros proyectos en Sant Cugat del Vallès, el escritorio está en el rellano de la escalera, en la repisa de la ventana».

Proyecto Pola: un piso reformado, donde una de las habitaciones originales se convierte en un espacio versátil.
Cala Estudi
Reconectando con el hogar: un lugar de paz y encuentro
- ¿Creéis que esta tendencia tiene también un componente emocional o terapéutico, como forma de reconectar con uno mismo dentro del hogar?
«Definitivamente sí. Venimos de unos años donde abundaban las casas dormitorio. Hogares donde la vida ocurría en el fin de semana, si eso. Ahora, la tendencia es la opuesta: se buscan espacios de paz durante el día a día. En medio del ritmo de la ciudad, la casa se convierte en un refugio de calma, donde el ritmo se frena. Es entonces cuando el hogar se convierte en un espacio sanador, en la extensión de uno mismo y de su identidad».

Estudio conectado al salón mediante un elemento arquitectónico clave: un círculo divisor.
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- ¿Habéis notado este cambio en vuestros clientes recientes? ¿Piden más espacios adaptados al ocio, la creatividad o el autocuidado?
«Como comentábamos antes, tener un estudio se ha vuelto una demanda constante en todos los proyectos. Donde antes se centraba la atención en el número de habitaciones y de baños, ahora se focaliza en cuál va a ser ese espacio destinado al ocio y a los hobbies.
Por ejemplo, en Pola, un piso que acabamos de reformar en Madrid, una de las tres habitaciones originales la convertimos en uno de estos espacios versátiles de los que hablamos, donde ahora es un estudio conectado con el salón mediante un gran círculo, pero que en el futuro puede ser la nueva habitación de invitados. La hobbyficación era el centro de este proyecto.
Pablo, el cliente, estaba pasando a una nueva etapa de su vida donde le apetecía mover al interior de su casa parte del ocio que antes ocurría fuera. Por eso, organizamos la distribución del piso de tal manera que todos los espacios estuvieran alrededor de un polivalente salón-comedor, con la cocina abierta. Allí, Pablo se convertirá en anfitrión cada viernes y será el lugar donde comiencen muchas tradiciones. Ese es el verdadero poder del diseño y de la arquitectura.
Otra tendencia que hemos observado es que, mientras antes se buscaba «el sueño americano», con suites enormes de 20 metros cuadrados, ahora se prefieren suites algo más pequeñas, donde quepa lo básico, y se prioriza el espacio común, el lugar donde sucederán talleres, actividades, etc.
Por último, también hemos notado que el open concept está de capa caída, quizás por hacer sentir a los usuarios cierta deshumanización. A día de hoy, se prefieren espacios algo más recogidos, más segmentados, separados con arcos o puertas correderas y, sobre todo, donde prevalece la personalización».