El presidente de Estados Unidos presentó un plan de paz con 28 puntos para terminar con la guerra de Ucrania y dio un plazo para aceptarlo: este jueves, 27 de noviembre, Día de Acción de Gracias. Este miércoles, Donald Trump ha reformulado su idea: «Para mí la fecha límite es cuando se termina».
Desde el momento en que se puso encima de la mesa esa estrategia, las cancillerías de muchos países se revolvieron. El texto para un alto el fuego incluía que Kiev renunciara a los territorios invadidos por Rusia. Las regiones de Donetsk y Lugansk y la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014, «serán reconocidas de facto como rusas, incluso por Estados Unidos», recogía. Además, obligaría a Ucrania a rechazar para siempre la idea de entrar en la OTAN y reduciría 200.000 soldados su Ejército, hasta quedarse en 600.000.
Desde Ucrania, su presidente, Volodímir Zelenski, afirmó al conocer el documento que, tal y como estaba redactado, su país «perdería la dignidad o a un aliado clave».
Trump, desde el avión presidencial, ha vuelto a insuflar oxígeno a Ucrania este miércoles, aunque cree que Putin está mejor posicionado en la guerra: «El conflicto podría durar años, Rusia tiene muchos más soldados». Además, sobre la cesión de territorio, ha afirmado que «podrían ser conseguidos por Rusia de todas formas».
El líder norteamericano ha atendido a la prensa en un vuelo a una residencia privada para celebrar el Día de Acción de Gracias. En esa charla con los medios también ha apuntado a que se han negociado las garantías de seguridad a Ucrania con los países europeos.
Horas antes, había asegurado que veía «muy cerca» un acuerdo sobre la base de su estrategia: «El plan de paz original de 28 puntos, redactado por Estados Unidos, se ha perfeccionado con aportes adicionales de ambas partes, y solo quedan algunos puntos de desacuerdo».
En el optimismo también se ha visto acompañado por el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron. El mandatario francés ha indicado además que EE.UU. se ha comprometido a participar en la fuerza internacional de mantenimiento de la paz en Ucrania, que deberá ser desplegada para garantizar su durabilidad.
Para llegar a este punto, hay que fijarse a lo que ocurrió el pasado domingo en la ciudad suiza de Ginebra, donde hubo una reunión de urgencia de Ucrania, Estados Unidos y varios países de la Unión Europea para tratar el proyecto. De ahí nació una nueva propuesta de 19 puntos más favorable para Kiev y sus socios europeos, pero Moscú los acusó de intentar «socavar» el proceso para poner fin al conflicto.
El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio aseguró tras la cumbre con la delegación ucraniana que seguía habiendo puntos pendientes, pero «ninguno es insalvable». «Solo necesitamos más tiempo. Honestamente, creo que llegaremos a un acuerdo», afirmó.
Viaje a Moscú del enviado de EE.UU.
Trump también ha adelantado este miércoles que ha encargado a su enviado especial en misiones de paz, Steve Witkoff, que viaje a Moscú para reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin, la semana que viene. Además, su yerno, Jared Kushner, puede que también se una a la expedición. Kushner formó parte también del equipo negociador para Gaza.
El mandatario estadounidense ha resaltado que no recibirá al presidente de Ucrania en la Casa Blanca de nuevo a menos que haya un acuerdo sobre la mesa.
«Solo quedan algunos puntos de desacuerdo», ha revelado en una publicación en su red social Truth Social en la que ha agregado que el secretario del Ejército, Dan Driscoll, se reuniría con la parte ucraniana.
Con estas noticias de fondo, el presidente de Rusia ha firmado un documento en el que se reclama que las autoridades de su país consoliden la identidad rusa y su lengua en las partes de Ucrania ocupadas desde la invasión de 2022. El informe, titulado Estrategia de políticas nacionales de Rusia en el periodo hasta 2036, aspira a que el 95% de la población de estas zonas se identifique como ruso en once años. Entrará en vigor en enero.