Barcelona consolida su peso en el universo gastronómico con seis establecimientos reconocidos en la edición 2026 de la Guía MICHELIN. Tres restaurantes de la ciudad —Enigma, Mont Bar y Aleia— han alcanzado la segunda estrella, mientras que Kamikaze y Scapar se incorporan a la guía con la primera. Fuera de la capital, La Boscana, en Bellvís (Lleida), también ha sido distinguida con dos estrellas, confirmando el empuje de la cocina catalana más allá de los circuitos habituales.

También destacan cinco nuevas incorporaciones catalanas a la categoría Bib Gourmand: Bardeni Caldeni, Glug y Oníric (Barcelona), Urbisol (Calders) y L’Hostal de Ca L’Enric (La Vall de Bianya). Una selección que premia espacios con buena relación calidad-precio.

Con estas novedades y la pérdida de tres establecimientos (Oria, Aürt y Teatro Kitchen Bar, por cierre o reestructuración), Barcelona suma un total de 28 restaurantes con estrella MICHELIN y 41 estrellas en la edición 2026. La gala confirma una tendencia clara: la consolidación de proyectos ya premiados y la entrada de nuevas propuestas con identidad propia y liderazgos muy personales.

Lluvia de segundas estrellas en Barcelona

Uno de los grandes nombres de la gala fue Albert Adrià, que obtuvo la segunda estrella para Enigma, su proyecto más personal. “Ha sido una sorpresa. No me lo esperaba. Muchas gracias”, dijo al recoger la chaquetilla blanca. La guía roja define su local como “un restaurante singular y realmente único; heredero del mítico elBulli”, y destaca su excelencia técnica y un menú de 25 pases con elaboraciones visuales y un componente escénico integrado.

También consiguió la segunda estrella Aleia, el proyecto de Paulo Airaudo en la Casa Fuster, con el chef Rafa de Bedoya al frente. El restaurante ofrece un único menú degustación de línea contemporánea, basado en producto local y técnica depurada. Bedoya dedicó el reconocimiento al equipo y a su mentor.

Una de las delicadas propuestas de Aleia, el restaurante del Hotel Casa Fuster galardonado con dos estrellas MICHELIN.Una de las delicadas propuestas de Aleia, el restaurante del Hotel Casa Fuster galardonado con dos estrellas MICHELIN.

Mont Bar, dirigido por el chef Fran Agudo, completa la tríada barcelonesa. La guía lo define como un espacio “a medio camino entre restaurante y gastrobar”, con tapas de autor y una carta donde los snacks creativos representan la mitad de la oferta. Entre las propuestas destacan el mochi de sobrasada y queso Mahón o las espardenyes a la carbonara. “Gracias al equipo que hace el esfuerzo por seguir adelante”, dijo Agudo sobre el escenario.

Más allá de Barcelona, Joel Castanyé emocionó al público al recoger la segunda estrella para La Boscana, en Bellvís (Lleida). “Quiero agradecer a mi madre, que con 82 años sigue dando guerra, a mi padre desde arriba, a mi esposa, al equipo y al Pla d’Urgell. Lo rural es maravilloso”, declaró. La guía destaca la “experiencia integrada en plena naturaleza”, con jardín, estanque y una propuesta gastronómica que cuida tanto la técnica como la escenografía.

También destacó el reconocimiento al chef catalán Ramon Freixa, que logró la segunda estrella para su restaurante en Madrid, Ramon Freixa Atelier, con una dedicatoria en catalán: “Va por vosotros, padres”.

Primera estrella para Kamikaze y Scapar

Kamikaze, ubicado en el Eixample, ha recibido su primera estrella. El proyecto del chef Enric Buendía, formado en Mugaritz y Disfrutar, combina técnicas japonesas y sabores mediterráneos en dos menús degustación. La guía MICHELIN destaca “una creatividad que revisita la gastronomía asiática desde una marcada impronta mediterránea”, con platos como el mochi catalán con erizo, la gamba pandan, el paté bulgogi o los espárragos con miso y fresa.

Chef Enric BuendíaEl chef Enric Buendía, al frente de Kamikaze, un proyecto personal y lleno de carácter que ha recibido su primera estrella MICHELIN.

También entra por primera vez en la guía Scapar, el omakase del chef Koichi Kuwabara, antiguo miembro de Dos Palillos. El restaurante ofrece un menú sorpresa donde el propio chef explica cada plato, poniendo énfasis en la temporalidad, el producto local y la transmisión del conocimiento. La guía lo define como un ejemplo de fusión entre cocina kaiseki japonesa e identidad catalana, con una ejecución “precisa y sensible”. Kuwabara no asistió a la gala, siendo el único cocinero premiado que no recogió la chaquetilla blanca.

Juego visual y sabor intenso en el restaurante Kamikaze, distinguido con una estrella MICHELIN en la guía 2026.Juego visual y sabor intenso en el restaurante Kamikaze, distinguido con una estrella MICHELIN en la guía 2026.
Una edición con criterio consolidado

Aunque empezó con aparente discreción, la gala se cerró con Cataluña como una de las grandes protagonistas. Las distinciones han seguido una línea coherente: se premian proyectos personales, con discurso propio y trayectorias consolidadas. Muchos de los galardonados ya habían sido reconocidos anteriormente y han visto reforzada su posición con una segunda estrella. Se trata de una apuesta clara por la continuidad, el rigor técnico y la madurez creativa.

En el recuento total, los 19 restaurantes de Barcelona con una estrella MICHELIN son: Caelis, Moments, Koy Shunka, Dos Palillos, Alkimia, Angle, Prodigi, Slow & Low, Kamikaze, Fishølogy, Atempo, Hofmann, COME by Paco Méndez, Hisop, Quirat, Scapar, MAE Barcelona, Via Veneto y Suto.vLos 5 restaurantes con dos estrellas son: Mont Bar, Aleia, Enigma, Cinc Sentits y Enoteca Paco Pérez. Y los 4 restaurantes con tres estrellas son: Lasarte, Disfrutar, Cocina Hermanos Torres y ABaC.

El emblemático Bibendum, icono de la guía MICHELIN, durante la gala 2026 celebrada en Sohrlin Andalucía.El emblemático Bibendum, icono de la guía MICHELIN, durante la gala 2026 celebrada en Sohrlin Andalucía.
Acercamiento entre cocina y arte

La gala de este año tuvo lugar en Sohrlin Andalucía, un espacio dedicado a la creación artística impulsado por Antonio Banderas y Domingo Merlín. El actor malagueño reivindicó los paralelismos entre cocina y teatro: las recetas como guiones, el restaurante como escenario. Este espíritu impregnó toda la ceremonia, que puso en valor la capacidad de la cocina contemporánea para dialogar con otros lenguajes creativos.

La relación entre escenografía, narrativa y emoción se hizo explícita en muchos de los proyectos premiados, convirtiéndose casi en hilo conductor de la gala. En este contexto, el premio Mentor Chef a Quique Dacosta sirvió como declaración de intenciones: reconocer una trayectoria que ha defendido la gastronomía como una forma de expresión artística total, capaz de conmover, inspirar y narrar desde el oficio.