La veterana Gloria Trinidad (Madrid, 1968) acaba de publicar una ópera prima que es viento fresco para el noir español. No es que venga con fórmulas disruptivas, sino que más bien se ajusta a los parámetros de la novela clásica, pero se trata de un debut que dignifica el género desde lo literario.

Gallos de poca casta

Gloria Trinidad

Alrevés, 2025.
200 páginas. 20 €

Una trama sencilla: la venta de petacas de explosivos para cometer atracos desata un juego de sospechas donde nadie puede confiar en nadie.

Un protagonista arrastrado por la vida juega a dos bandas –con los criminales y con la policía, que opera al margen de la ley– para librarse de la cárcel y sacar a su hija del hoyo.

Iceberg Slim, el proxeneta que se volvió escritor de culto. Foto: Prime Video

Un escenario propicio para la delincuencia: la denominada Costa Brava madrileña, esto es, el cordón sur de la ciudad, desde Vallecas a Usera pasando por Orcasitas y Villaverde.

Y sobre todo una atmósfera que sublima lo quinqui –las palomas grises rebuscando entre la inmundicia, el pegajoso calor de finales de julio, que se mastica–, además de un decorado sórdido en el que caben una partida de póquer en una taberna de mala muerte, bloques de seis plantas con las bragas tendidas al sol y un lavabo con el grifo arrancado en un parque de skate.

Detalle de la portada de 'Paracuellos. Edición total', de Carlos Giménez (Reservoir Books)

Gloria Trinidad plantea una narración en la que los vibrantes diálogos se imponen a las escenas de acción, si bien no falta la violencia física –apenas dos pasajes–, el robo de una sucursal de banco, el asalto a un chalé, un alunizaje y hasta un tiroteo.

Los alardes literarios, siempre calibrados, están al servicio del alma de la novela, como cuando habla de “nubes gordas y pastosas con forma de coliflor”.

El destino, el azar y las traiciones –abundan los chivatos– son cruciales en esta gran historia de perdedores, afilada y áspera como las espuelas de un gallo de pelea.