Raulzinho Neto vuelve a sonreír en San Pablo Burgos después de un calvario de lesiones que le dejó durante dos años sin poder sentirse jugador de baloncesto. Con 500 partidos de la NBA a sus espaldas, el base brasileño preparaba su regreso a Europa (anteriormente había estado en el UCAM Murcia) pero tuvo una suerte horrible: Fenerbahce cortó su contrato cuando sufrió una lesión del tendón rotuliano cuando jugaba para su selección. Desde aquel 2023, cuando sufrió esta grave lesión en Indonesia, han pasado muchas cosas, asegura en una entrevista en Play Basket. «A nivel profesional casi nada bueno… hasta este año que he vuelto a jugar».
Lo que le hizo Fenerbahce «fue muy duro», pero Raulzinho Neto busca la parte positiva de lo que le sucedió. Tuvo que recuperarse solo en casa y eso le hizo unirse mucho más a su familia y la gente que tenía a su lado. «Hay jugadores que nunca vuelven de una lesión como esa, y todos los que tienes por detrás a nivel profesional te dejan tirado… es muy duro», recuerda. Pero él siguiendo su filosofía: todo lo que ha conseguido en su carrera ha sido trabajando y entrenando. Y eso hizo.
A diferencia de lo que suele pasar cuando un jugador sufre una lesión grave, que le suelen renovar automáticamente, a él le pasó lo contrario. Cortaron su contrato de raíz. Pese a ello, Raulzinho Neto huye del rencor al club turco y es comprensivo con la situación. «Me ha hecho mucho daño, pero lo entiendo (…) Entiendo que buscaron lo mejor para ellos, pero para mí, como jugador, fue muy duro», asegura. «No hice las pruebas médicas porque estaba con la selección cuando había firmado con ellos, y como tenían esta posibilidad lo hicieron sin pensar dos veces», sigue.
Olvidado ese capítulo, el brasileño probó fortuna en el Barça Basket la pasada temporada, pero su cuerpo no aguantó. No fue falta de paciencia por parte del club catalán, sino que él no estaba al nivel que esperaba. Coger ritmo es lo que más le cuesta, incluso a día de hoy, y por eso decidió acudir con la selección para entrar en competición… pero le vino la oportunidad del Barcelona y no podía dejarlo pasar. «Ya había dejado pasar dos oportunidades de Euroliga porque no creía que estaba a mi mejor nivel físicamente, y cuando vino el Barcelona creía que estaba bien… Fueron dos partidos que me lesioné en los dos. Me dieron la oportunidad, me han tratado muy bien, pero ha sido una pena que mi cuerpo no ha aguantado», confiesa en Play Basket.
El frío de Burgos le recuerda a Utah
Neto ya está recuperado de las lesiones —»la rodilla no me molesta nada»— pero confiesa que a día de hoy le sigue costando acostumbrarse al ritmo del entreno: «A cada 2-3 entrenos me duele un poco el gemelo, el isquio, sobre todo la musculatura. He estado dos años sin jugar a este nivel. Es lo que más me está costando ahora, pero voy mejorando. Si miro donde estaba cuando empezamos la pretemporada a donde estamos ahora, estoy mucho mejor», asegura.
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Ahora vuelve a sentirse jugador en Burgos, equipo por el que ha firmado en parte por el entrenador Bruno Savignani, pero no es el único viejo amigo que tiene en la ACB. Sus primeros pasos en España fueron en San Sebastián con Sito Alonso, con Javi Salgado de maestro, con Diego Ocampo en Murcia… y también se ha reencontrado con Ricky Rubio, excompañero en la NBA. «Tengo una amistad muy grande con él, conozco a su familia, sus amigos y nos llevamos muy bien. Estuvimos hablando en verano y este año hemos hablado un par de veces. Es el tipo de jugador que no quieres que se retire nunca. Está contento y está jugando muy bien. Voy a querer lo mejor para él, será bonito jugar contra él», explica en la SER. Algo parecido ocurre con su compañero de selección Marcelinho, quien fue MVP de la temporada pasada con 42 años. «No sé cuál será su secreto. Se cuida, se entrena… conozco a muchos que lo hacen, pero él tiene algo especial. Igual que con Ricky, es alguien que me ha ayudado mucho fuera de la pista. Si puede jugar hasta los 50 me alegraría mucho verle jugar», añade.
Sin dolor, y recuperando el ritmo, Raulzinho Neto ya está enfocado en encontrar la solución a los malos resultados del San Pablo Burgos. «Nos falta un poco de entender quién somos, que hemos subido a ACB este año y buscar el respeto de la liga, la gente, los árbitros, de los otros equipos… Hay que adaptarse a esta liga. Cuando lo tengamos claro, seguramente tendremos más oportunidades de sacar las victorias», termina. El frío de Burgos le recuerda a lo que vivió en Utah, y es ahí donde espera reencontrarse con un nivel que le llevó a jugar en la mejor liga del mundo.

España inicia su camino al Mundial
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