TILL LINDEMANN

+ AESTHETIC PERFECTION

Sábado 15 de Noviembre de 2025 – Palacio Vistalegre – Madrid

Menudo fin de semana que nos esperaba en la capital, cargado de eventos para casi todos los gustos. La doble fecha de HELLOWEEN, HALESTORM y LINDEMANN se me vienen a la cabeza como principales reclamos. No sé qué porcentaje de asistencia asistiría a cada cual, pero desde luego, el concierto del alemán no fue el mejor parado en cuanto a afluencia de público, y quizás tenga que ver el hecho de que hace escasamente cuatro meses atrás pudimos verle actuar por territorio nacional, concretamente en Cartagena. Ahora acaba de reeditar «Zunge» del 2023 como excusa para traernos este «Meine Welt Tour» en el que añadiría a su parrilla de conciertos uno en Barcelona y el de Madrid. Las sensaciones el pasado Junio, aunque con muchos matices, anexos y «peros», fueron positivas, y sigo arrepintiéndome de no haber viajado para ver las actuaciónes que realizó (ninguna en España) junto a Peter Tägtgren, porque había oído maravillas de aquellas. Vamos… me gusta la carrera que Till se está forjando en paralelo a su banda madre, el gigante RAMMSTEIN, como también me parece más que interesante la de Richard Kruspe y sus Emigrate, asimilándose más la del vocalista estilísticamente a la que llevan lanzando desde el ya lejano «Herzeleid». Tras barajar mucho si asistir a las dos noches de las calabazas, disfrutar de la maravillosa voz de Lzzy Hale o volver a ver al alemán, me decanté por comprobar si el espectáculo que nos traería en esta ocasión sería muy diferente del de este verano.

Desde las ocho de la mañana había gente esperando en la cola de Vistalegre (de buena tinta lo sé) para ver el concierto desde las primeras filas, en gran parte, propiciado por haber realizado un comunicado la organización que rezaba que todas aquellas personas que hubiesen comprado su ticket de grada, deberían acudir a pista, con lo que, algo nos hacía pensar que estaríamos algo apretados. Puntualmente accedimos al recinto después de sufrir la lluvia en la inmensa cola, y nos topamos de frente con un escenario muy sobrio, con un telón que cubría la parte trasera del stage con el logo de los americanos AESTHETIC PERFECTION, así como dos teclados laterales y la batería en el centro. Kit que, curiosamente había sido ocupado en el pasado, en esta misma banda, por el gran Joe Letz, a quién veríamos después con Lindemann y que ha grabado y girado con gente como Emigrate o Wednesday 13, entre muchos otros. La banda, creada nada menos que en el año 2000, con ocho discos de estudio en su haber, se compone actualmente del vocalista Daniel Graves, el batería Mike Schopf y dos chicas multiinstrumentistas, Noizith y Lore Jarocinski, que practican lo que ellos mismos autodenominan «Independent Industrial Pop»… vamos, rizar el rizo, porque lo que escuchamos nada más empezar a sonar «Bad Vibes» del ep del 2024 del mismo nombre, es puro metal industrial con reminiscencias a bandas como MINISTRY, MARILYN MANSON, ROB ZOMBIE e igual te pueden llevar a pensar en unos GOTHMINISTER, que en unos THE PRODIGY, pero con una calidad musical abismal, un show muy ensayado y poderoso y una puesta en escena que no deja indiferente. Noizith no deja de patalear usando una indumentaria con tonos rosas, entre colegiala y militar, mientas que su compañera, que igual cogía un bajo, que un guitarra, que se pasaba detrás del teclado, no paraba de animar y moverse por el escenario.

Su batería Mike es un espectáculo visual, levantando los brazos hasta el cielo en cada baquetazo, y su líder, Daniel Graves, es un frontman increíblemente bueno, con un dominio de escenario brutal y una voz ágil en varias tesituras. Empezaron sonando de notable y para «SEX» todos estábamos con la mirada clavada en el escenario, anonadados con el gran sonido, el dominio de la electrónica sobre todo lo demás, y un vocalista que no paró en todo el concierto de animar al personal, con temas que realmente te hacen moverte a su ritmo. Lo curioso es que todavía no habían presentado ningún tema de su nuevo disco, «Closer to Human», porque la siguiente en sonar sería una «Rhythm + Control» en la que las dos chicas al frente no paraban de moverse al son del gran groove del tema, en el que Daniel nos sorprende con tonos mucho más pop, limpios y adictivos. El invento estaba gustando a los asistentes y se notaba, ya que apuesto que al menos el 80% de los que allí se encontraban, no conocían a la banda. Volvieron al «Bad Vibes EP» con «Into the Void» que podría ser la banda sonora de cualquier película slasher americana de los años 90, más oscura, cargada de elementos techno y una gran pegada, propiciada en su gran medida por Mike, que no para de atizarle buenos porrazos a su kit. Incluso me vinieron a la mente aquellos sensacionales THE KOVENANT y su «Animatronic».

Llegados a la mitad de su show, me sorprendió el toque humorístico de «Summer Goth» y su ambiente veraniego teñido de música industrial cuando su estribillo rompe, momento en que la banda tira al público pelotas de playa para que nos entretengamos mientras disfrutamos de su espectáculo, que en lo personal, me estaba pareciendo de lo más acorde y bien elegido para el cartel. La seriedad, y esa atmósfera más afín a ROB ZOMBIE vuelve en «Self Inflicted», aunque la voz de Graves vuelva a aterciopelarse, combinándose con tonos rasgados muy bien combinados. Tanto los dos teclados, como los instrumentos repartidos, eran vilmente ejecutados por las dos jefas de la alineación, y nos demostraron que la noche podría ser suya sin necesidad de telonear a nadie. La bailable y magnética «We Bring the Beat» pudo ser uno de los temas que más me removieron, ni qué decir que el riff de «Gods & Gold» de «Into the Black» (tema en el que colaboró Richard Kruspe de Rammstein originalmente) de 2009 sonó atronador, embaucándonos con su accesible estribillo, y llevándonos a un final otro corte de ese mismo trabajo, «Love Like Lies», en el que Daniel nos incitaba a saltar, darlo todo y quedarnos con la idea de que AESTHETIC PERFECTION no solo habían venido a cumplir, sino a arrasar. Tenían la difícil tarea de agradar al ferviente público de Till y lo consiguieron con creces con un buen sonido, grandes momentos y una puesta en escena cuanto menos, impactante y trabajada. Habrá que estar pendientes por si deciden pasar por alguna de nuestras salas.

Un enorme telón que rezaba «Kill Till», anunciando el «Meine Welt Tour» tapaba lo que la crew iba cambiando en el escenario, preparando un nuevo campo de batalla para la siguiente fase. Una intro fue suficiente para que cayese el adorno al suelo y empezásemos a ver imágenes de personas con sobrepeso mover sus carnes en pantalla. Está claro que TILL LINDEMANN ha decidido abrir la noche con «Fat» de su «Skills in Pills», a diferencia de hacerlo con «Zunge» como el pasado verano. Observamos como en el escenario hay todo tipo de elementos… desde la clásica tarima central para la batería, que en este caso veremos lateralmente, el teclado a la derecha, con una barra de «pole dance», y dos más al frente, micrófonos quíntuples, plataformas móviles y frontales, y una gran iluminación. Todo apuntaba a un espectáculo de primera clase, sin escatimar en medios, que comenzó saliendo toda la banda con máscaras de Till al más puro estilo «F&M» e indumentaria militar de color oscuro, muy impactante, visual e industrial. El héroe luce con una cresta, la cara pintada y un chorro de voz que apenas puede intuirse ante el exagerado sonido de batería del gran Joe Letz, que, de nuevo, vuelve a repetir indumentaria, con unos pechos de goma, y una protesis bucal que nos deja ver sus dientes durante toda su estancia en el escenario. El sonido es realmente malo, malísimo, desde donde yo me hallo, y resta muchos matices al resultado final, que se pierden en la nada. Tratan de suplir las fallas unas monjas pasaditas de peso que se quitan sus hábitos para enseñarnos sus enormes culos y moverlos en los laterales, mientras no se escucha absolutamente nada del teclado de Brynn Route, el bajo de Kristin Kaminski es casi inexistente, y las guitarras de Emily Ruvidich y Danny Lohner tan solo pueden intuirse. Al menos, la voz de Lindemann es real, no como en el inicio de Cartagena… no obstante, el comienzo no podía ser más accidentado. Lo que debe ser algo impactante se ve totalmente eclipsado por un sonido nada acorde a una banda de metal industrial, ni un artista de su tamaño, como sí lo había sido para AESTHETIC PERFECTION. Con la esperanza de que «Und die Engel singen» de «Zunge» remontase el sonido, volvemos a darnos de bruces con el mismo barullo. La caja de Joe suena exagerada, y Till, que ya se ha desprendido de la gabardina del inicio, sigue sintiéndose demasiado débil, a pesar de que su particular timbre de voz sigue siendo inconfudible. En el estribillo es muy apoyado por el público, pero las deficiencias de sonido no dejan de apoderarse del show, que ahora cuenta, además, con dos bailarinas que se elevan en plataformas laterales, frente a un juego de luces espectacular.

De verdad me dio una rabia inmensa el comprobar como «Schweiss», uno de los mejores temas de su último trabajo, desmerece tantísimo en Madrid, aunque conseguimos disfrutarlo cuando todos levantamos el puño tratando de cantar con atino el bestial estribillo (es curioso el alemán que gastamos los españoles). Algún pie de micro que cae, y baquetas que vuelan detras de Letz, nos distraen mientras la vista se va a los distintos elementos que se mueven por el escenario, aunque la música no esté siendo todo lo protagonista que debe. Más me entristeció comprobar que, tras el anterior tema, del que decía que era de lo mejor de «Zunge», ahora le tocaría turno al mejor del mismo. En «Alter Fleisch», mostrándonos una vejez bastante desagradable en pantalla, podemos intuir débilmente los enormes acolches de teclado del tema por parte de una Brynn Route que no paró de posar, subirse a  la barra y hacer contorsionismo mientras maltrataba su instrumento. Las guitarras de Danny y Emily siguen en un nivel muy por debajo del resto, y esto empieza a darme miedo, porque generalmente el sonido en este tipo de conciertos, suele templar alrededor del tercer tema, y vamos por el cuarto. Por supuesto que es complicado no divertirse con «Golden Shower» y su grotesco espectáculo visual, que ya se ha convertido en un himno del alemán, y que todo el mundo cantó con más acierto que las anteriores gracias a que su letra es en inglés, como también disfruté de otro de los grandes mazazos musicales del último álbum como es «Sport Frei», en cuyo vídeo el frontman posa sobre una dama que hace flexiones con él encima, apareciendo después como si fuese un ratón en la rueda… ¡muy original el montaje de los vídeos!. Pero se sigue arrastrando un problema de sonido, que, al menos a mí, no me deja gozar del espectáculo como debería. Ahora sí, la bonita «Tanzlehrerin» en la que un haz de luz proveniente de lo más alto envuelve a Till en tonos azulados, nos deja disfrutar de la profunda y sentida voz del vocalista, que, acompañado de una bailarina que dramatiza la actuación, nos deja uno de los grandes momentos del show, al ser uno de los pocos en los que la música se pudo escuchar en todo su esplendor.

TILL LINDEMANN - Palacio Vistalegre - Madrid TILL LINDEMANN - Palacio Vistalegre - Madrid

Uno de los momentos más esperados lo trae una de las composiciones que grabó Till junto al gran Peter en «F&M» con «Blut», que, sonando un poco más espaciada gracias a la menor saturación de notas e instrumentación, nos dejó a todos calados de agua, al caer auténticas lluvias del techo cada vez que el estribillo aparecía. Terminamos todos con el pelo y la ropa empapados. Los músicos, que ya se habían desprendido de su indumentaria bélica, no notarían el frío bajo los focos… nosotros, que veníamos con el frío y humedad de la calle, de las inmensas colas, tardamos un buen rato en volver a entrar en calor. En «Allesfresser» del mismo álbum, el que más disfrutó fue Joe, que se bajó de su tarima a tirarnos tartas, mostrarnos su culo, mientras llovía dulce, que al menos esta vez, no contaba con la nata cortada (como sí sucedió en Cartagena). En la controvertida «Prostitution» los bailes de barra fueron parte del espectáculo, para un tema que parece haber calado en el personal a juzgar por la reacción del público, claro que «Praise Abort», otro de los clásicos del «Skills in Pills», es uno de los más queridos, y la banda lo adorna subiendo en las plataformas a los guitarristas hasta el infinito, mientras a Lindemann se le va agotando el chorro de voz, que sigue escuchándose débil, aunque muy reforzada por un público que se lo estaba pasando en grande con la banda y la performance. Dando la importancia que se debe a la etapa Till/Peter, «Platz Eins» sirvió para que el grandullón saliese a paseo entre el público, aprovechando el tirón para que tres plataformas volviesen a elevarse, dos de ellas con bailarinas, y la otra con Kristin Kaminski dando una lección de limpieza tocando la línea de bajo central del tema, jugando con el público y finalizando el tema con su aportación. De «Zunge» sonó la tosca, dura e híper-industrial «Du hast kein Herz», con un riff muy RAMMSTEIN que nos dejó ver a Till haciendo sus clásicas poses, poniendo sus típicas caras y mejorando el sonido notablemente hasta llegar a la celebradísima «Skills in Pills», en la que volvemos a ver el vídeo de la anterior gira… píldoras que entran en un ano, y desvaríos que no pueden faltar en un concierto del alemán.

Uno de los temas más especiales de la actualidad más inmediata del músico es la intensa «Übers Meer», en la que pudimos disfrutar de mejor sonido, un juego de láser increíble, mientras la batería de Joe y el teclado de Brynn se elevaban sobre el resto de los músicos con grandes plataformas, en otro de los momentos más impactantes y visualmente bonitos de la noche, enlazando directamente con «Knebel» y su parte eléctrica, cuando rompe el tema con el riff y el grito de Till. Eché en falta el inicio de la composición «in crescendo» con Lindemann teatralizando cada estrofa, para así llegar a la esperada «Fish On» del debut. A Joe le ponen a cuatro patas mientras que del culo, o de vete tú a saber dónde, le sacan alguna sustancia sólida que tiran al público, mientras Till prepara una catapulta con la que nos lanzará pescado, finalizando su experiencia marinera con un pez más grande en la boca, que también caería sobre los fans, que se lo estaban pasando de miedo tirándose pececitos unos a otros. Tras la controvertida «Ich hasse Kinder«, que también sonó potente, dura y menos saturada, «Entre Dos Tierras» de Héroes del Silencio fue el final perfecto para que todos terminásemos cantando junto a la banda a grito pelado, en el único momento en que el público pronunció algo debidamente. Un detalle musical que no ha sonado en toda la gira y que finalizó un show cargado de vaivenes, con muchos altibajos y un sonido que no convenció en absoluto hasta el tramo final del set.

TILL LINDEMANN - Palacio Vistalegre - Madrid TILL LINDEMANN - Palacio Vistalegre - Madrid

La banda se despedía sobre las plataformas móviles, frente a una radiografía de la cabeza de Till en movimiento, mientras, entre la gente que me encontraba, se escuchaban todo tipo de opiniones. Desde aquellos que se conformaron con pasárselo en grande con la performance, a los que, siendo más exigentes, no consiguieron conectar del todo con el concierto por las carencias ya relatadas. A mí me costó disfrutar plenamente de uno de esos artistas a los que sigo habitualmente, porque cuando el sonido no acompaña, es difícil abstraerse de ello.

Texto: José Rojo

Fotos: Óscar Gil Escobar

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