Ya podéis ver en Prime Video la magnífica Pesadilla Diabólica, el título que dirigió Dan Curtis en 1976 y que contó con un reparto espectacular encabezado por Karen Black, Oliver Reed, Burgess Meredith y Bette Davis.

En ella Un matrimonio se instala con su hijo en una espectacular casa gótica que encuentra a un precio sospechosamente bajo. El único problema parece ser que en el piso de arriba vive la anciana tía Elizabeth (Davis), que no se mueve de allí.

¿El único? Los Rolf deberían haberse dado cuenta de que las gangas inmobiliarias no existen, ni hoy ni en los setenta. La casa tiene vida propia, se nutre de la gente que muere en su interior, mata en busca de alimento, del aliento de aquellos desdichados que pensaron que habían encontrado un lugar para vivir a un precio razonable.

PESADILLA DIABÓLICA: ¿MERECE LA PENA?
Es probable que el espectador actual pueda tachar esta película de sobradamente previsible, aunque hay que tener en cuenta de que ‘Pesadilla Diabólica’ data de 1976, tres años antes de que Medak dirigiera la magistral ‘Al final de la escalera’ y Rosenberg su ‘Terror en Amityville’, o cuatro años antes de que Kubrick realizara ‘El Resplandor’ (seguro que Stephen King había leído el libro de Robert Marasco en que se basa: ‘Burnt Offerings’, título original también del film, antes de ponerse a escribir ‘El Resplandor’). Lo que consiguió el director Dan Curtis fue crear una historia de casas encantadas terriblemente real, que tal y como se puede ver abriría brecha para siguientes películas de similar temática (recordemos además que recibió el premio al mejor director en Sitges por este film).

La película se engloba dentro del subgénero de las casas encantadas, tan habituales dentro del cine de terror, y cuenta la historia de una familia que decide alquilar una mansión alejada para pasar el verano. No tardarán en acontecer sucesos extraños, tanto en la propia casa como en las personas que la habitan. Es en este punto donde la película acentúa las dosis de mal rollo: el padre enloquecido intentando matar a su hijo en la piscina, la repentina debilidad de la tía, la obsesión enfermiza de la madre…

El pausado desarrollo no hace sino aumentar la tensión en el espectador, desvelándose poco a poco el secreto de esa casa que parece rejuvenecer a base de chupar la energía de sus habitantes. Sin duda un tratamiento bastante original dentro del subgénero, y que se ve reforzado gracias a una ambientación sin estridencias de ninguna clase. De hecho si algo caracteriza ‘Pesadilla Diabólica’ es su capacidad para crear un halo de misterio sin enseñar apenas nada, así como de mostrar escenas terroríficas sin grandes despliegues visuales. La sobriedad de la propuesta dota de cierto realismo al conjunto, dejando en manos de los sueños y de las mentes enfermas los momentos más abiertamente truculentos.

La película gana muchos puntos gracias a su solvente reparto, especialmente por parte del gran Oliver Reed y de la siempre inquietante Karen Black. La magnífica Bette Davis aporta su presencia, aunque su personaje está algo desaprovechado, y el imprescindible Burgess Meredith tiene un pequeño aunque interesante papel.

Por Miguel Martín.