Madrid

Los tiempos de la política y de los medios de comunicación no son los tiempos de la Justicia y la sentencia que condena al fiscal general no se espera de forma inmediata, según fuentes jurídicas, a pesar de las presiones de un sector de la clase política y de la opinión pública.

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El presidente de la sala de lo penal y ponente de la decisión de la mayoría, Andrés Martínez Arrieta, ultima la resolución antes de que la puedan revisar los cuatro colegas que han apoyado inhabilitar por un periodo de dos años a Álvaro García Ortiz por un delito de revelación de datos reservados.

En este caso, además, hay un voto particular de dos magistradas y es una práctica habitual en el Tribunal Supremo -cuando esto ocurre- entregar la resolución a la minoría y dejarles el mismo tiempo invertido en la sentencia para que redacten su voto discrepante. Con estos tiempos, conocer los argumentos del Tribunal Supremo antes del puente de diciembre, dependerá del voto particular.

Adelanto de fallo

El adelanto del fallo no es algo habitual en el Tribunal Supremo, aunque fuentes del alto tribunal defienden que es frecuente en asuntos «de gran relevancia pública» y que se hizo con la sentencia de la Manada o de los ERE de Andalucía.

Sin embargo, en aquellos casos se resolvían recursos contra sentencias de instancia. Esos juicios no se celebraron en el Tribunal Supremo. Los últimos juicios mediáticos en el alto tribunal fueron los que se celebraron contra Baltasar Garzón, que terminó expulsado de la carrera judicial.

Estas mismas fuentes defienden que el adelanto del fallo se hizo para evitar filtraciones porque hubo un cambio de ponencia al quedarse en minoría Susana Polo que apostaba por absolver.

De conocerse este cambio, daba muchas pistas. La decisión se tomó para evitar filtraciones, después de mucha deliberación. El tribunal tuvo que estudiar las cuestiones previas antes de reanudar el juicio y mantuvo reuniones después de cada una de las seis sesiones para intercambiar opiniones.

A esto hay que sumar que entre la primera semana del juicio y la segunda, la sala también mantuvo encuentros. Encuentros presenciales y comunicaciones entre los siete magistrados desde el comienzo en las que el intercambio de documentos y papeles, nos dicen, ha sido constante.