¿Cómo se alimentaba este australopiteco?

En la dieta de A. deyiremeda abundaban los recursos alimenticios basados en los árboles y los arbustos, según el análisis isotópico de ocho de los veinticinco dientes hallados en el yacimiento. Lucy, a su vez, ampliaba este registro alimenticio con la ingesta de hierbas tropicales y cítricos.

«Fue sorprendente que la señal de los isótopos de carbono fuera tan clara y similar a los datos correspondientes a los homínidos más antiguos A. ramidus y A. anamensis. Pensaba que las distinciones entre la dieta de A. deyiremeda y A. afarensis serían más difíciles de identificar, pero los datos isotópicos confirman que A. deyiremeda no accedía a la misma gama de recursos que A. afarensis, que es el homínido más antiguo que utilizaba recursos alimenticios basados en hierbas», detalla la profesora Naomi Levin, de la Universidad de Michigan (Estados Unidos).

Además de los dientes encontrados en Burtele, también se halló la mandíbula de un ejemplar juvenil de la especie A. deyiremeda. «Esta mandíbula ya tenía un juego completo de dientes de leche, pero también presentaba muchos dientes adultos que se desarrollaban en la parte profunda de la mandíbula ósea», explica Gary Schwartz, del Instituto de Orígenes Humanos (IHO) y la Escuela de Evolución Humana y Cambio Social.

Mediante la tecnología de escaneo microCT de última generación, el equipo determinó que la mandíbula pertenecía a un homínido que tenía unos 4,5 años a su muerte. «En un homínido juvenil de esa edad, pudimos ver trazas claras de una desconexión en el crecimiento entre los dientes frontales (incisivos) y los dientes masticadores posteriores (molares), de forma muy similar a como se ve en los simios vivos y en otros australopitecos tempranos, como la especie de Lucy», apunta Schwartz.

«La sorpresa más destacada fue descubrir que estos primeros australopitecos parecen ser notablemente semejantes en su forma de crecer, a pesar de nuestro conocimiento sobre la diversidad de estas primeras especies de australopitecos en dimensiones, dieta, locomoción y anatomía».

Conocer el pasado para entender el presente y prever el futuro

Saber cómo se movían estos antiguos antepasados y qué comían proporciona a los científicos nuevos conocimientos sobre cómo las especies coexistieron a la vez sin que una empujara a la otra a la extinción. «Toda nuestra investigación para entender los ecosistemas pasados de hace millones de años no se trata solo de curiosidad o de averiguar de dónde venimos», dijo Haile-Selassie. «Es nuestro empeño por aprender sobre nuestro presente y también el futuro».

«Si no entendemos nuestro pasado, no podemos entender por completo el presente ni nuestro futuro. Lo que ocurrió en el pasado lo vemos pasar hoy», explica. «En muchos sentidos, el cambio climático que vemos hoy ha ocurrido muchas veces durante la época de Lucy y A. deyiremeda. Lo que aprendemos de esa época podría ayudarnos a mitigar algunas de las peores consecuencias del cambio climático actual», concluye Haile-Selassie.
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Artículo de referencia:

Haile-Selassie, Yohannes et al. «New finds shed light on diet and locomotion in Australopithecus deyiremeda». Nature, noviembre de 2025. DOI: 10.1038/s41586-025-09714-4