Elsa Peretti, nacida en Florencia en 1940 y fallecida en la pequeña localidad gerundense de Sant Martí Vell, que hizo suya, en marzo de 2021, fue una de las figuras clave de la Barcelona moderna, antifranquista e intelectual de los años 60. Después, en el Nueva York de la década siguiente, se codeó con figuras como Andy Warhol y Ray Halston, el diseñador de moda interpretado por Ewan McGregor en la serie de 2021. Rompió lazos con su familia, fue rebelde y moderna en una época en la que convenía –y no era tan fácil– serlo. Comenzó como modeló, diseñó después joyas para Tiffany y se convirtió en filántropa con diversos proyectos cristalizados en la Barcelona que siempre amó por encima de cualquier otra ciudad. “Nueva York me pareció muy simple después de Barcelona”, dijo en una ocasión, y lo dijo orgullosa.

De estas y otras muchas cosas trata el documental ‘Elsa en Catalunya’, un trabajo del italiano Enrico Iannillo realizado cuando se celebran los 25 años de la creación de la fundación Nando i Elsa Peretti –Nando era su padre, con quien rompió pero a quien siempre respetó– y a las puertas del quinto aniversario del fallecimiento de una presencia volcánica, rupturista, tan bien integrada en la cultura de la ciudad que en 2013 recibió el Premi Nacional de Cultura. Son 44 las personas entrevistadas para el documental, de figuras de la Gauche Divine y las noches locas de la discoteca Bocaccio a quienes estuvieron al lado de Peretti en Barcelona, Nueva York o Sant Martí Vell, el pueblo abandonado que compró para convertirlo en su hábitat natural.

El documental se centra en la Peretti ‘catalana’, pero habla de todo y de todos. De las fotografías que le hicieron Leopoldo Pomés, Oriol Maspons, Antoni Bernard, Outumuro o Colita, con quien Elsa estableció un fuerte vínculo de amistad. De cómo llegó a Barcelona en 1962, con 22 años, y se convirtió en modelo. De sus colecciones de ‘porrons’, la fotografía que se hizo con Salvador Dalí simulando ser una monja, las andanzas por la calle Tuset, las fiestas en Bocaccio, la Escola de Barcelona, la relación con el promotor de flamenco Paco Rebés –descubridor de La Chunga–, la fascinación por Carmen Amaya o el torero José Tomás, las fascinantes fotos de Elsa y Antonio Gades tomadas por Colita en el rodaje de ‘El amor brujo’ o el inicio de su etapa como diseñadora junto al escultor Xavier Corberó: ahí empezaron las esculturas y las joyas concebidas siempre como formas orgánicas que triunfarían en los estantes de Tiffany y otras joyerías.

Poco después, a principios de los 70, Nueva York sustituiría Barcelona y Peretti frecuentaría ahora el Studio 54, a Warhol y Truman Capote. El documental incluye imágenes del filme amateur rodado por Gonzalo Herralde en 1971 con la expedición organizada y pagada por Bocaccio y Oriol Regàs rumbo a la ciudad de los rascacielos.

Elsa Peretti, una agitadora que estuvo junto a Serena Vergano –muy presente en el documental–, Teresa Gimpera y Romy en la revolución femenina de la Barcelona sesentera. No todo fueron noches de fiesta. El arquitecto y diseñador Oscar Tusquets, figura prominente de aquella ‘izquierda divina’, recuerda como una noche en Bocaccio Romy, que entonces era pareja del cineasta Jacinto Esteva, rompió un vaso y se lo puso en el cuello a Peretti para que no tuviera ninguna intención de coquetear con el director. Eran otros tiempos. Peretti fue musa, después diseñadora y coleccionista, finalmente filántropa. Convencida siempre de todo lo que hizo.

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