La temporada de Guerschon Yabusele está siendo complicada. En verano fichó por los Knicks lleno de expectativas tras un año fantástico en los Sixers, en el que se aprovechó de la deriva de la franquicia para hacerse un hueco y promediar 11 puntos y 5,6 rebotes por noche, disputando 70 partidos, 43 de ellos como titular, y superando los 27 minutos de media. Eso le permitió poner rumbo a la Gran Manzana, a Nueva York, para enrolarse a un proyecto al alza que hace unos meses llegó a sus primeras finales de Conferencia desde el 2000 y que despidió a Tom Thibodeau para fichar a Mike Brown, un movimiento extraño (son dos entrenadores de la vieja usanza), pero que está dando sus frutos en una (casi siempre) pobre Conferencia Este.

Los Knicks van 11-6, cuartos de la Conferencia Este, con sensaciones dispares pero posibilidades de ir hacia arriba mientras los Pistons (15-3 y reciente e inesperada derrota ante los Celtics) protagonizan su revolución particular. Pero Yabusele no está teniendo hueco: ha participado en los 17 partidos de su equipo, pero con poco más de 10 minutos de media y apenas 2,6 puntos y 2,3 rebotes de media, con un muy pobre 33% en tiros de campo y por debajo del 27% en triples, cuando el curso pasado se fue por encima del 50 y del 38% respectivamente. Poco protagonismo y escasez de oportunidades mientras Mike Brown ajusta su organigrama con Jalen Brunson de líder bien rodeado: Karl-Anthony Towns, Josh Hart, Mikal Bridges…

Y si eso fuera poco, ha habido otro tema recurrente que además ha sacado parcialmente de quicio a Yabusele, que tras la victoria ante los Hornets fue preguntado… sobre su peso. El medio francés L’Equipe ha recogido sus declaraciones, en las que no se muestra demasiado de acuerdo con las críticas sobre su figura: “Lo oí, y si hubiera querido hablar de ello, lo habría hecho, pero decidí no hacerlo. La gente dice lo que quiere. Si comparas mi peso con el del año pasado, es el mismo. El año pasado no fue un problema, así que ¿por qué lo es este año? Además, peso menos que el año pasado”, asegura el jugador, visiblemente molesto con lo que se va diciendo acerca de este tema. “No me preocupa eso, hago lo que tengo que hacer. Me siento bien y en gran forma. Así son las cosas”, dijo.

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Pero la conversación no quedó ahí, y el ala-pívot fue también preguntado por su actual situación en los Knicks y las sensaciones que tiene en su actual destino: “No voy a mentir, es difícil. Estoy en una situación diferente. Trato de adaptarme a mi nuevo rol y hacerlo lo mejor posible. Voy a intentar ser fiel a mí mismo, trabajar en mi estado físico y estar lo más preparado posible cuando esté en el campo”, dice el francés, que ya sabe cómo funciona esto: de 2017 a 2019 estuvo en los Celtics también con poco protagonismo y se vio obligado a emigrar al Viejo Continente para probar suerte, pasando por el Real Madrid. Ahora, y tras un gran año en los Sixers, vuelven las dificultades. Así es la NBA.

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